Muchas veces el matrimonio es la muestra más especial y romántica de sellar el amor entre dos personas y en el peor de los casos para sellar un trato. Pero, ¿qué pasaría si en ese matrimonio arreglado uno de ellos se enamora y el otro no?
•Hyunho
•...
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Minho conducía por las calles de Seúl tomado de la mano de su esposo Hyunjin. Apenas habían pasado dos semanas desde que regresaron de su viaje. Aún así aún flotaban en la burbuja de su luna de miel en París, pero sabían que debían reincorporarse a la vida real.
—Mis padres quedaron de preparar galbi para celebrar nuestro regreso—comentó Hyunjin emocionado.
—Seguro sabrá riquísimo. Tú madre tiene un sazón increíble—dijo mientras llevaba la mano de el omega a sus labios para depositar un beso en sus nudillos.
Al llegar, fueron recibidos con gran alegría. Los halagos sobre lo bien que se veían juntos no cesaban. El padre de Hyunjin los recibió con los brazos abiertos, al parecer estaba de buen humor.
—Chicos, pasen, pasen. Que bueno que llegan. Los estábamos esperando para comer.—comentó In Youp
—¡Hijo!—Jiwoo habló, corriendo hasta los brazos de él omega, quien la recibió gustoso.—Me alegra tanto que ya hayan vuelto.—se separó de el abrazo—¿Como estás, mi pequeño?—acarició el rostro de el menor.
—Estoy bien, mamá. Tuvimos unas vacaciones increíbles. ¡París es hermoso!—comentó con entusiasmo.
—Me alegra tanto que te haya ido bien en tu luna de miel, mi vida.—sonrió enternecida.
Jiwoo tomó el rostro de su hijo entre sus manos, su ceño frunciéndose levemente mientras mantenía una leve sonrisa en su rostro. Podía notar un leve brillo en los ojos de su hijo, un brillo que nunca antes había tenido.
—¿Mamá...estás bien?—preguntó preocupado el menor.
—Ah si...lo...lo siento—sonrió alejando sus manos de el rostro de Hyunjin—anda, ven, vayamos a comer.—tomó el brazo de el omega entrelazando su propio brazo con el de él.
Durante la cena, hablaron sobre la luna de miel. Lo bien que la habían pasado, los lugares que habían visitado y las fotografías que Hyunjin había tomado.
—Hijo—dirigiéndose a Minho—me alegro que mi Jinnie esté en buenas manos. Pero, ¿cuándo podré consentir a mis futuros nietos?
—In Youp...—habló Jiwoo—los chicos acaba de llegar de su luna de miel. Aún están en su burbuja de amor, déjalos que se acostumbren a vivir juntos, además aún es muy temprano para hablar de bebés. Déjalos que sigan viviendo en su nidito de amor, después vendrán los nietos.—posó su mano arriba de la de su esposo.
—Tonterías, tú y yo tuvimos a Hyunjin a los meses de casados.
Hyunjin se sonrojó violentamente ante la picaresca situación. Minho, acostumbrado a la sinceridad de su suegro, sonrió amablemente.
—Como dijo mi suegra, aún es pronto para hablar de bebés. Recién comenzamos nuestra vida de casados y queremos disfrutarnos el uno al otro. Pero le prometo que cuando Hyunjin y yo estemos listos, lo primero que haremos será avisarle, suegro.—afirmó con una sonrisa tomando la mano de Hyunjin.
