The last sweet home (Segunda temporada)

Capítulo siete; Envidia

—¿Sientes eso?—Eun Yoo me toma de la mano

—Desde que salimos...—seguimos caminando.

—¡Corre!

Oímos disparos, me doy la vuelta en medio de nuestro escape y veo a ciertos imbéciles seguirnos, armados.

—¿Tienen un arma?

—¿De dónde la sacaron?—nos preguntamos.

—¡Malditas perras!—gritaron.

Nos escondemos en uno de los autos. Hago presión en el arma en mis manos, pero comienzo a sentir algo...

—¿Hay que atacarlos?

—Eun yoo...

Mi nariz comenzó a sangrar.

—Mierda—ella se acerca y pone su mano en mi nariz, intentando detener el sangrado—, no, no... ¿Qué hacemos? ¿Te transformaras?

—Eun yoo, mi pierna—comencé a sentir dolor, y poco a poco comencé a gemir, ella tapa mi boca con fuerza y nos acurrucamos, mi nariz y mis oídos sangran sin parar, y si ellos me veían, sería mi fin.

—Niñitas... ¿Dónde están?—oimos afuera del auto.—, Salgan, salgan, dondequiera que estén...

El hombre se da la vuelta y Eun Yoo patea la puerta, golpeándolo.

—¡Vamos!

Me ayuda a pararme y salimos corriendo otra vez, no sin haber cruzado miradas con uno de ellos.

—¿Viste su nariz? ¡Volvamos, hay que avisarle a los soldados! ¡Ella es un monstruo!

—Maldita sea—le apunta con su arma—, cállate maldito inútil.

Continuamos corriendo, mi pierna dolía así que cojeaba. Eun Yoo me deja sentada en lo que oímos pasos y como algo cae.

—___, tenemos que seguir, mírame—pone su mano sobre mi boca, dándome de su sangre.

Mi mente se despeja y puedo levantarme, Eun Yoo toma mi mano y cruzamos el puente colgante en medio del lugar. Cómo ya me sabía el camino, todo lo que debía hacer era mantener la calma y, por sobre todo, el control.

Voy detrás de ella pero, en un instante, sus piezas se cruzan y cae;—¡Eun Yoo!

Me quedé colgando de las barras, mientras oía un ruido de bebé, el cual resonaba en mis oídos. Miré hacia abajo viendo a mi amiga inconsciente, me muevo con sigilo y logro bajar por una de las escaleras del lugar, me escabullo hacia ella.

—Oye, es una niñita.

—Qué alivio.

Oigo que dicen, me acerco a Eun Yoo y la reviso. Oigo un disparo, me doy la vuelta y veo que uno de los hombres está muerto, el otro grita.

—¿Estás bien? ¡Eun Yoo!—la ayudo a sentarme mientras tose.

—Estoy bien...

Al reincorporarse, oímos un gruñido. Hago que ella se pare detrás de mi, no sin antes entregarle el rifle. Mosntruos comienzan a salir de distintas direcciones, la lluvia se oye fuerte.

—Eun Yoo, busca refugio...

—¡No, no voy a dejarte sola!

—¡Entiende, no podré protegerte si estoy debil!

Me ignora y rompe unos sacos de arena, creando una nube pequeña.

—¡Eun Yoo!

Uno de los monstruos intenta atacarla, pero le lanzo hacia el con uno de mis brazos transformados, apuñalando lo. Continuamos corriendo por la fábrica, yo me acerco a los monstruos grandes y los dejo acorralados.

Veo que eun Yoo está atrapada, acelero y me deslizo debajo de uno de los monstruos, cortándole una pierna y dejando libre a mi compañera. Siento mi mano ardiendo, cuando miré al suelo, ví una mancha cristalina, aparentemente saliendo de mi antebrazo.

Me levanté ignorandolo y siguiéndole el paso a Eun Yoo, subí las escaleras y me lancé sobre uno de los monstruos que intentaba comerla, fue ahí, en dónde sentí cómo ambas manos me ardían y, de pronto, el monstruo se detuvo y quedó hecho piedra. Una piedra del mismo color que la mancha cristalina que había dejado abajo hace pocos segundos.

—¿Qué demonios?—Eun Yoo me mira, yo le ayudo a levantarse.

—¡Hay que salir de aquí!

Nos detenemos cuando una Luz entra por una de las puertas en el lugar, pongo a Eun Yoo a mis espaldas, protegiéndola.

—____, es hielo...

—¿Qué?

Comienzo a sentir frío, el monstruo hecho piedra detiene a los que lo seguían de atacarnos, y me doy cuenta, con horror, que el frío emanaba del monstruo petrificado. La luz me distrae, así que Eun Yoo me mueve y bajamos de las escaleras corriendo hacia la puerta. Al llegar, no hay nadie.

La lluvia cae sobre nosotras, nos quedamos quietas viendo hacia todos lados. Oigo que Eun Yoo susurra unas palabras...

—Eun Hyeok... Eun Hyeok... Eres tú, ¿Verdad? La última vez también fuiste tú. Estoy segura.  Eun Hyeok... ¡Eun Hyeok!—gritó ella, —¿Puedes mostrarte al menos una vez?

Me acerco para abrazarla por detrás, ella se aferra a mi—, tranquila...

—¡Deja de huir, porfavor, déjame verte! No me importa como te veas, porfavor, déjame verte... Eun Hyeok. ¡Te lo ruego, porfavor muestrate aún que sea solo una vez!

Levanto a Eun Yoo y paso su brazo sobre mi hombro, sosteniendola. Camino con ella intentando escapar de la lluvia mientras llora en mi oído—, porfavor...

Nos detenemos hasta que una niña se paró frente a ambas, portando en su brazo izquierdo un lazo rojo, detrás de ella, se encuentra uno de los hombres que anteriormente nos perseguian. Vuelvo a pararme frente a Eun Yoo.

—¿Estás bien? Ven aquí. Es peligroso.—dice Eun Yoo, intento no acercarme demasiado y la mantengo detrás mío.

El monstruo a su lado se acerca a atacarnos, por instinto, mi mano se transformó y una chispa salió de ella, llegando a los piez del hombre convertido. La chica detiene la mano del monstruo y me doy cuenta de que está es capaz de controlarlo.

—¿Qué? ¿Van a matarlo? Por fin se está portando bien. Espera ahí.—el hombre retrocede ante las palabras de la pelinegra, hago que Eun Yoo baje la guardia y esconda su arma, la miramos impactadas.

Cuando mis ojos se fijan en el cadáver a un lado, mi mente solo podía pensar en una cosa...

En el hambre.

—Puedes comerte su sangre, si quieres.—me ofrece la joven.

—No, no como basura.

—¿Son Lee Eun Yoo, y Kim ____?—se detiene a mirarnos.

—¿Cómo sabes nuestros nombres?—dice Eun Yoo.

—Todos se fueron por ustedes. No hacen daño.

—¡Espera!

Antes de que Eun Yoo pueda detenerla, otro monstruo amigo de la chica la empuja hacia uno de los autos, uno con forma de bebé.

—¡Eun Yoo!

El bebé estaba por atacarme pero al momento de defenderme la chica volvió a hablar;

—Basta, ella no. Regresemos.

Cuando se alejan, vuelvo la vista hacia eun Yoo.

—¡Vamos, hay que irnos!

Le ayudo a levantarse y la apoyo sobre mi, caminamos unidas pero con dificultad. La lluvia no era ayuda pero por lo visto se detendría en un par de horas.