The last sweet home (Segunda temporada)

Prólogo I; Dulce hogar

En un rincón de hielo y soledad,
se alza mi frío hogar sin piedad.
Sus paredes gélidas y distantes,
resguardan mi ser de emociones vibrantes.

En cada habitación, un vacío helado,
donde el silencio y la indiferencia han anidado.
La cocina, sin aroma a calor ni sabor,
y la sala, sin recuerdos que se entrelazan con ardor.

Las ventanas, aliadas del frío y la oscuridad,
dejan entrar la penumbra y la melancolía en su realidad.
El jardín, un desierto de sombras y desolación,
donde el viento susurra tristes canciones sin ilusión.

En cada rincón, se esconden historias marchitas,
de risas apagadas y derrotas infinitas.
Los pasillos, testigos de pasos sin rumbo,
y las puertas, cerradas, sin sueños que se derrumban.

Mi frío hogar, refugio de indiferencia,
donde el amor se desvanece sin clemencia.
Es en sus paredes donde encuentro aislamiento,
y en su abrazo, la más fría de las tormentas.

Que nunca falte la distancia y el desapego,
en mi frío hogar, mi eterno juego.
Un refugio desolado, carente de amor y paz,
donde siempre seré frío, jamás me desvanecerá.

No existe un dulce hogar, solo existe una construcción de cemento llena de recuerdos que nos destruyen a los que lo hemos perdido todo.