Capítulo Once; La Noche

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(canción, Beatiful things, Benson Boone) recomiendo que lean el capítulo con la canción.

—Te quiero, Kim ____— Sonrío mientras él me abrazaba.—Y no quiero perderte, Jamás.

—Ni yo a ti, Hyun-su.— Correspondí, agradecida por la oportunidad de quererlo.

—Gracias... por aceptarme y por aceptar mis sentimientos.— Su mirada sincera me conmovió.

Nos acercamos lentamente, fundiéndonos en un beso largo y tierno mientras entrelazábamos nuestras manos. Mis mejillas se tornaron color carmesí ante la intensidad del momento. El suave roce de sus labios contra los míos me hizo sentir como si el tiempo se detuviera. Cada caricia, cada suspiro compartido, reforzaba el vínculo especial que de pronto habíamos creado.

Sus brazos rodean mi cintura con ternura, aferrándose a mi como si el mundo estuviera a punto de desaparecer.

—Porfavor, quédate... Te quiero, te necesito, no quiero perderte a ti también.

—Jamás me iré de tu lado. Jamás voy a desaparecer.

Mentiroso.

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Cuando la figura y yo caemos al suelo, puedo sentir el helado hielo en mi espalda, seguido de gritos..

—¡____! ¡____!—Eun Yoo es retenida por el monstruo bebé, quién tenía mientras le limitaba el paso.

Me quedo plasmada viendo el cielo, como a mi alrededor solo hay rocas puntiagudas de las cuales emanaba un frío ártico. Veo un ala enorme pasar por sobre mi, y la figura se levanta.

—¿Chan Hyun su?—escucho la voz Eun Yoo, pero no soy capaz de creerlo.—, ¡Cha Hyun su!

Un torbellino de emociones se agitaba en mi interior mientras mi mente intentaba procesar lo que mis ojos estaban presenciando. Durante tanto tiempo, había creído que él estaba perdido para siempre, que había muerto en aquel incidente. Pero aquí estaba, tan real como el frío hielo que sentía contra mi espalda.

Me levanto como puedo y veo que el se acerca a mi, confundido y con la misma sorpresa en los ojos.

Mis labios temblaban mientras intentaba articular su nombre, pero las palabras se atascaban en mi garganta. Las lágrimas amenazaban con desbordarse de mis ojos, mezclando la sensación de alivio abrumador con el asombro que me embargaba.

Extendí una mano temblorosa hacia él, como si temiera que fuera una ilusión que desaparecería en cualquier momento.

—Hyun-su...—murmuré, mi voz apenas un susurro cargado de incredulidad.

Eun Yoo, retenida por el monstruo bebé, también había visto su figura. Su voz desgarrada llamaba su nombre una y otra vez, reflejando la misma sorpresa que yo sentía. Pero en ese instante, en medio del caos y la confusión, solo existíamos Hyun-su y yo, reunidos después de lo que creíamos una pérdida irremediable.

Me mantuve paralizada mientras observaba la reacción de Hyun-su al verme. Sus ojos recorrieron cada detalle de mi rostro, como si temiera que fuera una ilusión, un fantasma del pasado. Con cautela, se acercó y tocó suavemente mi mejilla, como si confirmara que era real.

Nos miramos en silencio por unos instantes, viéndonos con las emociones reprimidas. Entonces, una sonrisa se formó en sus labios, entre lágrimas, iluminando su rostro. Sin decir una palabra, nos acercamos el uno al otro en un beso esperado, uniendo nuestros labios.

El beso fue como un torrente de emociones que inundó mi ser. Cada roce de sus labios contra los míos fue como un recordatorio tangible de todo lo que habíamos pasado juntos, de cada momento que habíamos compartido y de todo lo que habíamos perdido.

Sentí su ternura y su amor transmitidos a través de ese contacto, como si cada beso fuera un bálsamo para las heridas del pasado. Fue reconfortante y embriagador al mismo tiempo, una explosión de sensaciones que me dejó sin aliento.

En ese instante, todo lo demás desapareció, y solo existíamos nosotros dos, unidos en un abrazo de nuestros labios. Era el beso que había esperado, el beso que había soñado durante tantas noches de soledad y angustia. Y en ese momento, me sentí completa, por fin me sentía viva después de mucho tiempo.

Al separarnos, Hyun-su me rodeó con sus brazos en un abrazo reconfortante.

—Pensé que estabas muerta—, admitió con voz temblorosa, mientras sus ojos buscaban los míos en busca de comprensión.—Perdóname por nunca volver. Perdóname por abandonarte...

Mis ojos se llenaron de lágrimas al escuchar su confesión. No podía imaginar el tormento que había pasado, creyendo que me había perdido para siempre. Con voz entrecortada por la emoción, respondí:

—No tengo nada que perdonar. Estamos juntos ahora, y eso es todo lo que importa.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y lo abracé con fuerza.

Cuando Mis ojos se encontraron con los de Hyun-su, y una sonrisa sincera se formó en nuestros rostros. Pero de repente, todo cambió. La expresión de su rostro se tornó sombría, y sus ojos perdieron su color, volviéndose blancos como la luna en una noche oscura. Antes de que pudiera reaccionar, su brazo transformado me empujó violentamente, alejándome de él.

—¡____!—Un grito desesperado de Eun Yoo resonó en el aire mientras me apartaba incapaz de comprender lo que estaba sucediendo.

Un intenso ardor comenzó a irradiar desde mi abdomen, y al bajar la mirada, vi horrorizada cómo el ala de Hyun-su me había quemado.

Eun Yoo se acercó a mí, con el rostro lleno de preocupación y furia contenida. Estaba a punto de atacar a Hyun-su, pero este la amenazó con su ala, demostrando un poder que jamás había visto.

Confusión y dolor se mezclaron en mi mente mientras intentaba procesar lo ocurrido, preguntándome qué había cambiado en Hyun-su... En porqué nos atacaba de esa forma... Y me di cuenta, con horror, que había Sido poseido por la chica a sus espaldas.

—El amor no te salva la vida. Eso dijiste ____.

Eun Yoo intenta acercarse a él nuevamente, pero es detenida;

—¿Tienes ganas de morir? ¿Que rayos haces aquí, semimonstruo?—gritó el hombre. Eun Yoo se me acerca y pone una venda en mi abdomen, intentando calmar la sangre.

Hyun su da vuelta la mirada hacia nosotros y, con mis ojos llenos de lágrimas, grité

—¡Este no eres tú, Hyun su!—sus ojos permanecieron blancos, mientras alzaba su ala, comenzó a caminar lejos.

—Desaparece.—le advertió el hombre.

—No... ¡No, Hyun su!—intento correr una vez que las heridas se han curado, pero Eun Yoo me lo impide.

—¡___, no es el! ¡No es él!

Me dejo caer al suelo mientras me corren las lágrimas. ¿Qué había pasado?

¿Cómo pudimos estar tan cerca y ahora tan lejos?

Ahora veo... Ahora veo que el amor en este mundo es mucho más peligroso que los monstruos.












The last sweet home (Segunda temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora