21. Esclavo.

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Cuando el ataque de Lucifer termino y solo quedó un crater en medio de la habitación principal rodeado de un humo que no permitía ver las cenizas, todos en el hotel estaban impactados por la escena. Charlie se acercó llorando, pero una onda expansiva disipó el humo y Alastor en shock junto con Lilith se encontraban en el centro del crater, intactos, todos se quedaron atónitos incluido Lucifer.

Lucifer y Charlie querían llorar cuando vieron a  Lilith.

Lentamente ella fue subiendo el crater, calmada, acercándose a ambos quienes la contemplaban con dolor.

Miro suavemente a Lucifer y lo tomo de ambas manos, él vio el anillo de bodas en su mano y supo que la lealtad de su esposa no es algo en lo que debería dudar, suavemente ella se dirigió a su hija y la abrazó.

Mamá ha vuelto, mi niña. — Le dijo al oído mientras la abrazaba. Charlie no pudo contener las lágrimas.

¿Por qué lo protegiste? — Pregunto Lucifer serio.

Los tratos se rompen si uno de los involucrados muere. — Invocó la cadena que jalaba el cuello de Alastor, esa cadena era pesada y fría, Alastor se encorvo, tratando de sostenerla con sus manos.

Charlie con lágrimas de felicidad bajo hasta encontrarse con Alastor y abrazarlo, el correspondió alzandola con ambos brazos en un cariñoso abrazo. Ella lloraba en su hombro, aferrándose a su traje con fuerza, además, había enroscado sus piernas al rededor de el.

Lilith y Lucifer vieron a escena, Lucifer con incomodidad y Lilith, ella no parecía demostrar alguna emoción, pero se daba cuenta que no le podía prohibir amar a su hija, al fin de cuentas, ella también cayó en los encantos de un hombre con el que no debería estar.

Carraspeó — Si me disculpan. — Lilith se acercó a ambos y Charlie retomo la compostura y se arregló un poco.

Tomo a Alastor de la muñeca y se acercó a Charlie. — Necesito hacer algunas cosas, volveremos ¿De acuerdo? — Charlie parecía querer llorar, no quería pasar por el duelo de no ver a su madre otra vez, pero no podría retenerla. — Cuando vuelva... Tendrás toda una eternidad para disfrutar de tu madre. — Le dió un beso en la frente y entre llamas se esfumó con Alastor.

Ambos llegaron al patio del palacio Magne, donde Roo los esperaba.

Hiciste tu parte del trato, Alastor. — Lilith invocó la cadena que los mantenía unidos, está se desquebrajo entre los dedos de Lilith y finalmente como motas de polvo, se fundió en el aire. — Eres libre, la sucesión está a tu nombre, cuando todo esto terminé, podrás reclamar la corona.

Alastor se mantuvo quieto. Mentalmente estaba en otro lado, estaba en un acantilado y el único paso que podía dar era hacia el frente, aún así, no sentía miedo, sentía negación. Podría irse ahí mismo, la corona le pertenece ahora, el trono del infierno aguarda para el, sin embargo, a pesar de ser lo que tanto busco, ahora se siente solo, dulce soledad, la compañía que nunca tuvo.

Irse ahora implicaba no volver jamás, podría hacer lo que quisiera, pero no quería eso, quería estar encadenado, atado con una correa de púas, quería moler sus rodillas arrodillado ante una reina, ante Charlie.

Él sabía que el no iba a ser redimido, ver a su madre solo fue una atadura menos, ella estaba bien y eso era lo que importaba, el no necesitaba la redención, el fue forjado para ser parte del infierno y servir en este.

El portaba su propio infierno, su mente rota llena de caminos sin destino, el caos era la cuna de su bienestar, eso era él y sin embargo, aquellos destellos de humanidad lo carcomían recordándole lo que fue y lo que nunca dejará de ser, y esos destellos ahora iluminaban un nuevo deseo que complementaba lo que el era, dominaría el infierno y se lo entregaría a quien dominó su alma sin necesidad de cadenas.

Alastor. Eres libre. — Lilith Repitió seria.

Lo soy. — Alastor contestó cerrando su sonrisa.

Ya no lo eres. — Dijo Roo acercándose. — Eres un esclavo. —

Lilith frunció el entrecejo. — La corona no es suficiente ¿No es así? También quieres a la antigua heredera. — Captó la mirada sería de Alastor. — ¿Está logrando redimirte? Ja, eso es algo que le tengo que aplaudir, no creo que nisi- — Fue interrumpida por Alastor que dió un paso hacia ella de forma brusca.

No, no quiero la redención, no quiero el cielo ni la pureza, tal vez Charlie pueda llevar almas a el cielo, tal vez a todo el infierno, pero no a mi. — Escupió cada palabra con firmeza.

Y aún así, un monstruo como tú cayó en los encantos de un angelito como ella. — Añadió Roo quien estaba disfrutando del espectáculo. — Creo que Alastor cumplió mal el trato ja, ja, ja. Era cautivarla y hacer todos sus sueños realidad, no al revés. —

Alastor harto, se dispuso a irse.

Que sepas una cosa Alastor. Yo no te prohibiere estar cerca de mi niña, amarla y hacerla tuya, porque se que si la traicionas, ella te devorara vivo, así que, no la subestimes... Yo no forjé una princesita, forjé una reina. — Dijo seria, mirándolo de reojo.

Alastor se fue de vuelta al hotel, dejándolas.

Hemos avanzado, a pesar de no estar atado, sigue ayudando al plan, estoy segura de que se asegurará de que el hotel progrese y lleve más pecadores al cielo, solo entonces seguirá la fase final. — Roo dijo para finalmente disolverse en el aire.

Lilith suspiro y llamo a su mayordomo solicitándole que llamara a su chofer.

.....

Alastor entro por la puerta principal y fue recibido con un abrazo cariñoso de Charlie.

¿Y mamá? — Cuestionó preocupada.

Aquí. — Dijo detrás de Alastor, asustando ligeramente a este.

BIENVENIDA A SU REINADO [CHARLASTOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora