BIENVENIDA A SU REINADO [CHARLASTOR]

9. Alianzas.

Vox y Valentino habían acudido también a la reunión para sorpresa de muchos, ellos no eran particularmente conocidos por asistir a las reuniones, consideraban sus propios asuntos más importantes.

— Bienvenidos Overlords. — Saludo Carmilla en la silla principal. — Me sorprende ver caras nuevas. — Dijo viendo a los nuevos invitados, manteniendo un poco más la vista en Charlie. — Su alteza... Veo que has traído una invitada, Alastor. —

— Quien mejor para tratar temas de población que la hija del soberano ¿No cree? — Preguntó retóricamente, Alastor.

— Claro. — Carraspeó. — Me imagino que todos aquí saben cuál es la razón de la reunión, la amenaza que el cielo ha puesto no es tema fácil... Esto solo nos deja una opción, contraatacar. — La sala se lleno de murmullos.

— ¿Cómo mierda sugieres enfrentar a un ejército angelical? — Pregunto Valentino con su característica voz insolente y su risa burlona.

Carmilla suspiro mientras se levantaba.

— ¡Matando a los angeles, claro! — Dijo Alastor alegre.

Charlie se levantó de su asiento atrayendo la mirada de todos. — La razón por la cual el exterminio se adelantó es gracias a un juicio celestial del cual tuvimos participación Alastor y yo. — Todos quedaron atónitos, incluso los overlords más temidos quedaron estupefactos. — En este juicio, se reveló que el cielo no está al tanto de las masacres, se llevan a cabo con el consentimiento único de la serafín mayor Sera y el encargado Adán, el primer humano. — Todos mostraron un interés inmediato en sus palabras. — El juicio se llevo a cabo para determinar si la redención es posible en demonios, el jurado estuvo de acuerdo con mi punto a excepción de Adán y Será, quienes prefirieron dar por cerrado el juicio y adelantar el plazo de exterminio. — Dijo cabizbaja.

— Entonces esto es tu puta culpa. — Dijo Vox al otro lado de la habitación.

— Vox, te sugiero mantengas la boca cerrada si aún la quieres mantener. — Dijo Alastor mientras sus cuernos crecían y una interferencia se hacía presente.

— Defiende a tu puta novia cuánto quieras, pero ella nos metió en esto. — Se burló.

— Si, lo hice, pero era esto o seguir dejando que los exterminios continúen hasta que no quede nadie. — Se defendió Charlie. — Ahora más que nunca podemos unir al infierno contra los angeles y sabemos que es posible matarlos. —

— Su majestad tiene un punto, esto tarde o temprano iba a suceder. — Carmilla apoyó a Charlie.

— Ajá... ¿Y como sugieren matar a los angeles que por siglos han sido imposibles de matar? — Pregunto Valentino.

— Con las lanzas celestiales. — Dijo Cestial.

— Cestial tiene razón, son las únicas que pueden herir angeles. — No se le veía feliz al respecto.

— Tú mataste a el angel ¿No es así? — Preguntó Vox.

Carmilla suspiro, asintiendo y por consecuencia dejando a todos atónitos.

— ¿Y por qué no lo dijiste? — Pregunto una de las overlords.

— Porque si lo hacía desataría una guerra... Ahora la guerra vino a nosostros y no me queda opción. —

— ¿Con cuántas lanzas dispones? — Pregunto Cestial.

— Miles, los angeles no saben que esa es su debilidad así que no escatiman en su producción... Mis hijas han investigado al respecto y no están hechos de un material conocido, es tan fuerte como el acero pero con la estructura del cristal, además está reforzada por un encantamiento que hace que con un solo corte puedan eliminar cualquier rastro de vida. — Saco una de sus lanzas mostrandola ante toda la junta.

— Bien ¿Quienes van a tener el valor de ir allá a fuera y enfrentar angeles? — Dijo Valentino intentando burlarse.

Alastor levanto la mano tranquilamente, Charlie le siguió, después las hijas de Carmilla, Carmilla, Cestial, Rosie y el resto de overlords en la sala a excepción de Valentino y Vox.

— Putos locos suicidas. — Dijo Vox.

Carmilla les dijo que les darían armas para todos los que reclutaran, ella reclutaría a sus mejores soldados para pelear contra los angeles.

.....

Charlie y Alastor volvieron al Hotel y les explicaron a todos lo que habían hecho junto con el resto de overlords.

Después de su explicación, Vaggie tomo a Charlie del brazo y la alejo para hablar en privado.

— Charlie, no me agrada que hagas alianzas con overlords... Son engañosos y traicioneros. — Dijo preocupada.

— Engañosos... Y traicioneros... — Repitió Charlie sería.

— Charlie, escúchame. — Insistió.

— Vaggie... Por favor no... — Se dispuso a irse.

— Hablaste con Adán ¿no? — Preguntó atando cabos.

— Si. — Dijo de espaldas a Vaggie.

— El te dijo... — No completo la oración.

— Si. — Charlie se fue.

.....

Alastor llamo a Charlie y la hizo acompañarla a su estación de radio donde le entrego su micrófono.

La hizo sentarse en la silla principal donde el mismo transmitía su podcast. Alastor le dió un beso en la mejilla y encendió su micrófono.

— ¡Saludos! ¡Estoy seguro de que me extrañaron! Ya pasó un buen rato desde la última transmisión, pero no sé alarmen, su Radio Podcast de confianza nunca pierde sintonía y menos ahora que tenemos a una invitada especial. ¡Adelante con Charlotte Morningstar y sus acaloradas noticias! — Alastor acercó su micrófono a Charlie.

— H-Hola, soy Charlie... La hija de Lucifer. — Todos prestaron atención, algunos pensando que Alastor la iba a torturar como el resto de voces invitadas a su podcast. — Como saben, el temporizador de exterminios se adelantó 5 meses... Seguro están alarmados y asustados, pero no todo está perdido, recientemente se descubrió que los Angeles pueden ser asesinados... — Los murmullos y gestos de sorpresa se hicieron presentes en todos los aros del infierno. — También se sabe que algunos miembros del cielo consideran la posible redención de almas condenadas. Así que por este medio les pido colaboren... Overlords y gente entrenada están dispuestos a defender el infierno y sus vidas. Lucharemos juntos en esta guerra y les prometo que lograre la redención para quienes deseen cambiar su eterno destino... — La gente se veía más tranquila que hace 5 minutos, pero aún así los murmullos y las incertidumbres continuaron.

— ¡Ya lo oyeron, no de mi, pero de alguien que es de fiar! — Alastor apagó la estación de radio sin despedirse, no se sentía de humor extrañamente.