Charlie miraba con cierta incertidumbre a Alastor, en el fondo de su estómago podía sentir una tensión extraña, eran demasiadas cosas; perder el trono y después recuperarlo por una propuesta de matrimonio, ver a Alastor en un estado tan corrompido y sobretodo, saber que su madre en algún momento decidió que ella no merecía el trono.
Colocó ambas manos en las mejillas de Alastor — Juntos vamos a hacer que el infierno...— Abrió los ojos como platos y sonrió. — ¡No te dije! — Charlie agarro de los hombros a Alastor. — ¡Pentious fue redimido! — Brillaba de emoción.
Alastor se acostó y la atrajo a un abrazo. — Lo lograste. — le susurro en la frente.
— Lo logramos, Al. — Lo abrazo fuerte.
— Vamos a tener mucho más trabajo si quieres llevar a medio infierno al cielo. — acariciaba el pelo de Charlie, deshaciendo nudos entre sus dedos.
— Necesitaremos atraer más gente al hotel...—
— Déjamelo a mí... — Alastor acurrucó su mentón sobre la cabeza de Charlie. —
— Alastor... ¿Que te dijo mi madre cuando te ofreció el trono? — Con su mano sobre el hombro de Alastor hizo pequeños caminos, llevándose de por medio rastros de sangre seca.
— Me citó en el palacio real, yo ya sabía que había estado bajo su mirada, esa aura oscura tan de ella es imposible de ignorar cuando está a tu al rededor. — Dijo recordando.
.....
Alastor fue citado por uno de los caballeros del palacio Magne, no hizo especulaciones al respeto, no tenía ideas claras sobre lo que requerirían los soberanos de alguien como él.
Llego al lugar, era sombrío, la falta de caos y muerte da más miedo en el infierno que en cualquier otro lugar. Los alrededores eran grises, una niebla cubría los horizontes de aquel palacio el cual desde afuera solo dejaba divisar sus torres más altas, un gran muro blanco daba perímetro al palacio.
Espero pacientemente en la entrada, hasta que uno de los caballeros abrió la puerta y lo guío al palacio. Durante el trayecto pudo ver qué por dentro parecía un lugar increíblemente acogedor, había un jardín enorme con todo tipo de plantas y especies, el castillo era blanco y de brillantes paredes que presumían ser de mármol.
El lugar podría ser fácilmente confundido con un bello jardín de la tierra, el cielo casi parecía ser mas claro en aquel lugar, un tono naranja confundible con un atardecer, no tan rojo como el resto del infierno.
Cuando llegaron a las puertas del palacio el caballero le dió el paso y lo dejo solo en la sala principal.
Alastor no estaba en territorio conocido y quienes lo habitaban eran fácilmente sus posibles verdugos, así que optó por ser obediente y quedarse quieto.
— Alastor ¿Verdad? — La voz de Lilith recorrió toda la habitación sin un origen, parecía rebotar en cada pared con la misma intensidad, haciendo imposible saber de dónde provenía.
— Correcto, su majestad. — Se veía tranquilo a pesar de la situación.
— ¿Tienes idea de por qué estás aquí? — Su voz se devolvió a dónde provenía, detrás de Alastor, quien no pudo evitar alterarse internamente cuando percibió su cercanía.
— Me temo que no, no sabría decir el por qué usted requiere mi presencia. — Seguía tranquilo aparentemente.
— ¿Alguna suposición? — Ella lo rodeo y se acercó a una habitación, se adentro y Alastor la siguió.
— No creo tener ni la más mínima idea de por qué estoy aquí. — Alastor trataba de ser lo más pasivo.
— ¿Te consideras un demonio inteligente? — Ella se sentó en un sofá y le indico que hiciera lo mismo en el sofá que daba de cara.
La cara de Alastor dejo ver por un segundo la extrañeza de aquella pregunta, estaba siendo puesto a prueba y eso lo molestó. — Me considero bastante capaz de llevar a cabo un buen razonamiento lógico. —
— ¿Crees que podrías reinar el infierno? — La pregunta salió con desdén, como algo rutinario.
La pregunta lo sobresaltó. — No creo poder saber a ciencia cierta lo que eso implica, menos en un entorno tan... Hostil como lo es el infierno, pero creo que podría llevar a cabo un mando cuánto menos competente. — Estaba nervioso. — Disculpe si no es molestia ¿Podría saber a qué se debe el interrogatorio?—
— Dime quién eres. — Su pregunta fue ignorada por completo, no tenía voz en aquella "charla".
— Yo... Soy Alastor, el demonio de la radio. — Su sonrisa estaba tensa.
— ¿Nada más? — Su miraba daba a entender una burla discreta.
— Soy un asesino caníbal y gozo de acabar con aquellos que se creen con la facilidad de someter a los débiles, tengo un programa de radio famoso en el infierno, por eso soy conocido como el demonio de la radio. — No supo si lo que dijo fue acertado, ella no era legible.
— ¿De dónde obtuviste tanto poder? — La mirada de Alastor se hizo un poco sombría.
— Hice tratos... Cuando aún estaba vivo. — No dijo más.
— ¿Te gustan los tratos entonces? — Una leve sonrisa apareció en su rostro.
— Sin duda. — Alastor seguía intranquilo.
— Necesito algo de ti y creo tener algo que tú quieres. —
— ¿Algo que quiero? — Interesante.
— Algo que la mayoría quieren en realidad, pero todo tiene un costo. —
— ¿Que tengo yo que usted necesite? —
— No es algo que tú tengas, necesito que hagas algo por mi. — Cruzó ambas piernas y giro un poco su cabeza.
— ¿Que es lo que yo obtengo? — El tono era serio.
— El trono. — Alastor internamente se sobresalto, de todas las posibilidades, que le ofrecieran el trono era la más baja y más teniendo en cuenta que ellos tenían una hija quien ya estaba destinada a ese rol. La duda ahora, sería que tenía que dar cambio del trono. — Lo que yo necesito de ti es que cuides de mi hija en el plazo que yo te indique, ella no es caprichosa ni rebelde, una chica tranquila. —
— ¿Quiere que sea su niñera? — Estaba confundido, era un trabajo muy sencillo a simple vista y definitivamente no valía el trono del infierno.
— Es más complejo que eso, para este trabajo te mantendrás 24/7 cerca de ella, no dispondrás de tu poder completo y te será limitada la cantidad de muertes que puedas ejecutar. — Seguía siendo demasiado sencillo, demasiado tentador. — La última condición es que cuando llegue la hora de que tú accedas al trono, uno de los tratos que yo poseo se romperá y un ente escapará del limbo.—
— Algo debía de haber... —
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BIENVENIDA A SU REINADO [CHARLASTOR]
FanficCharlie es ingenua hacía su propia gente y no es temida ni respetada por nadie, aún así un demonio temido y respetado le ayuda mejorar su posición y a conocer su propio terreno de manera desinteresada, involucrandola con los overlords y clases más b...