Capítulo 18

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Las feromonas liberadas por el alfa eran tan fuertes que llegaban a marear demasiado al omega haciéndolo sentir en un nivel increíble de necesidad por su alfa, la marca de su cuello le dió una sensación de cosquilleos y comezón encima de que los gruñidos de su alfa lo hacían aumentar el deseo de sexo.

El alfa lo encerró aún más provocando que su espalda y trasero golpearan la puerta, el alfa comenzó a besarle el cuello y a repasar su lengua y la punta de sus caninos por la suave y exquisita piel del omega.

El omega abrazó al alfa frotando su cuerpo con el suyo soltando suaves jadeos.

El alfa no dejó pasar más tiempo, guió sus manos a la pequeña y delgada cintura del omega hasta llegar a su voluptuoso trasero manoseandolo un poco, una vez lo tomó con fuerza el omega subió sus piernas rodeándole la cintura al alfa quien lo cargó para luego comenzar a besarlo, entre jadeos y besos intensos el alfa llevó a su omega a sus aposentos donde tomó asiento en la cama aún sujetando por el trasero al omega.

Mientras se besaban el omega acarició el rostro del alfa repasando sus dedos por el suave y sedoso cabello del alfa. Amaba hacer esto porque el cabello suelto de Draken era algo que le encantaba.

Al separarse, sus bocas aún eran unidas por un delgado hilo de saliva. El omega bajó de su regazo poniéndose de rodillas frente al alfa.

— ¿Qué sucede? —inquirió el alfa.

— Es que, hay algo que hace rato quiero probar... —respondió con vergüenza el omega.

— ¿Y eso qué es?.

El omega bajó una de sus manos tocando la fascinante erección del alfa. El alfa entendió a que se refería, el omega comenzó a aumentar sus jadeos mientras miraba con deseo el enorme bulto que resaltaba del pantalón del alfa.

— Cariño, no te presiones —pidió el alfa acariciando el rostro de su precioso omega.

— Nunca lo he hecho —admitió bajándole el cierre y sacando la enorme y palpitante polla del alfa— pero con Draken no sé cómo calmar las ganas que me genera desde hace tanto.

El alfa sonrió.

— No esperes mucho —advirtió con vergüenza el omega— jamás he hecho esto.

— Nunca espero —admitió el alfa acariciando el rostro del omega— porque contigo lo tengo todo amor mío.

Con más seguridad, el omega dió inicio a la tarea. Dió suaves y pequeños besos en la punta para después empezar a pasear la lengua por él falo, la mirada del alfa comenzó a tornarse turbia a la vez que sus jadeos se hicieron presentes. La mirada del omega destilaba lujuria y deseo de devorar la enorme polla del alfa.

Poco a poco, mordisqueando, chupando y engullendo la fue introduciendo en su boca. El alfa echó la cabeza hacia atrás presa del enorme placer que le generaba el accionar del omega.

— Angh, Takemichi —gruñó el alfa.

El omega sentía que la polla del alfa se ponía cada vez más caliente. Aceleró sus movimientos con la lengua provocando que el alfa terminara dentro de su boca dejando que el líquido tibio y salado se deslizara por su garganta tragando la mayoría.
Salió despacio de la boca del omega, éste se llevó una mano a la boca para limpiar lo que había escurrido por sus labios.

— No imaginé que supiera así de bien
— mencionó aún con un poco del líquido blanco en sus labios.

Los ojos del alfa, totalmente llenos de deseo de poseer al omega se encontraron con la mirada turbia de este.

Se puso de pie e instantáneamente el alfa lo tomó de la cintura para volver a besarlo, realizó una maniobra de manera que dejó boca abajo al omega sobre la cama para luego subir a él.

,Ꮚ⁠˘⁠ Mi pequeño y precioso Omega ⁠ᏊDonde viven las historias. Descúbrelo ahora