Takemichi Hanagaki es un jóven Beta que fue retado a declararse a Manjiro Sano un Alfa y el chico más popular de su preparatoria. Sin embargo, cometió un grave error y acabó por declararse a su mejor amigo; Ken Ryuguyi un joven Alfa un año mayor que...
• Hay un salto en el tiempo de 4 años. • Takemichi y Draken viven juntos ya que se casaron hace casi un año. Aunque comenzaron a vivir juntos unos años antes. • Algunas parejas viven juntas o se casaron pero eso lo descubrirán durante el capítulo.
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Takemichi comenzó a despertar de entre las sábanas.
Dio un gran bostezo y refregó sus ojos en un intento de despertar por completo. Sentía que apenas y había descansado correctamente y, el causante de su desvelo yace plácidamente dormido a su lado.
El omega sonríe y comienza a besar el rostro de su amado esposo quién empieza a despertar a causa de la agradable comezón que le provoca el accionar de su omega. De un momento a otro el alfa sube al omega sobre su vientre y empieza a besar sus labios con amor.
— Buenos días dormilón —lo saluda Takemichi con una sonrisa y el cabello alborotado.
— Buenos días —responde el alfa con alegría mientras acaricia el cabello del omega hasta llegar a su cuello en donde deja su mano izquierda que tiene en su dedo anular un precioso anillo brillante.
— ¿Qué te apetece primero? —le cuestiona el omega aún sobre él— ¿El desayuno?, ¿Una ducha?.
— Mhn...—piensa el alfa— esto está muy bien —le dice mientras acaricia sus piernas desnudas— adoro tenerte sobre mí, cariño —confiesa sensualmente a la vez que se acomoda sentándose en la cama y se acerca al oído del omega— anoche estuviste increíble mi amor —le dice al oído.
— Tonto —responde el omega riendo ligeramente para inmediatamente acariciar el cabello de su alfa— por tu culpa apenas y pude dormir.
Los besos empiezan a hacerse presentes y Takemichi abraza por el cuello a Draken quien recorre el cuerpo del omega con sus manos hasta llegar a su bella y delgada cintura. El omega se levanta un poco pegando aún más sus cuerpos. Los jadeos de ambos les hacen aumentar el deseo de poseerse así que Draken, al leer el hambre de su omega comienza a adentrarse en él mientras lo besa con intensidad.
Las estocadas se van intercalando entre ligeras y más bruscas, hasta que Draken encontró el punto más sensible de Takemichi haciéndolo perder la cordura; aclamabar el nombre de su alfa entre un montón de gemidos mientras rasguñaba su espalda.
En la búsqueda de más de esas sensaciones maravillosas, Takemichi alzó sus caderas y se dejó caer haciendo sensuales movimientos qué solo gustaban más y más al alfa.
El agotamiento llegó en algún momento, por lo que el omega recargó su frente en el hombro del alfa mientras no paraba de jadear.
— Cariño, ¿Estás bien? —inquiere el alfa.
— Si... n-no pares —pide con dificultad para inmediatamente reír levemente— lo disfruto demasiado...
Draken solo sonríe ante la sinceridad de Takemichi.
