Capítulo 8

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Draken se había quedado completamente paralizado ante el atrevimiento de Takemichi quién había cerrado los ojos aún en el intento de alcanzar su boca.

Trató de acercarse parándose de puntitas, pero ni así lo alcanzaba, hasta que Draken pareció ceder a la acción cerrado los ojos y agachándose un poco.

Cuando estaba a punto de rozar sus labios con los suyos, Takemichi abrió un poco los ojos topandose con lo hermoso que lucía el rostro de Draken en este momento.

El miedo y la sensación de vergüenza lo inundaron así que se apartó de inmediato dejando sorprendido a Draken.

— ¡Perdona, yo!... Eh oh ah —habló Takemichi con torpeza— yo no...

Por un segundo miró el rostro de Draken para inmediatamente, avergonzado, bajar la mirada.

No pudo tolerar más la situación y acabó huyendo hacia su casa.

Subió a toda prisa hacia su habitación y se encerró en ella.

«¡¿Qué demonios iba a hacer?!» se dijo teniendo la almohada contra su cara «¡Seguro que ahora piensa que estoy loco!»

Dió mil vueltas en su habitación y no pudo ni dormir.

Ahora más que nunca sentía comezón en su nuca así como un dulce pero molesto cosquilleo en el corazón y su estómago.

«¿Qué es esto que siento?» se preguntaba una y otra vez.

Antes de que su madre despertará él se alistó para irse a la escuela. Dejó una nota y el desayuno listo para ella y ahora sí salió a toda prisa hacia la preparatoria.

Lo que menos quería ahora era ver a Draken. Tenía miedo de enfrentar lo que estaba experimentando.

Para su fortuna logró evitar encontrarselo cuando llegó a la escuela y durante las primeras horas de clases.

A la hora del almuerzo prefirió quedarse escondido en su salón.

«¿Qué hago?, ¿Qué debería hacer?» se cuestionó.

Su teléfono empezó a timbrar, por un momento se asustó al pensar que se tratara de Draken pero no era así, se trataba de Hakkai así que atendió.

— ¿Qué sucede? —le preguntó.

— Me topé a Draken en la cafetería y me preguntó dónde estabas. Ahora mismo va hacia nuestro salón, ¿Sigues ahí o....?

No lo dejó terminar y colgó la llamada. Se asomó afuera y sí, Draken se aproximaba a su salón.

Nuevamente el aroma de Draken era demasiado fuerte.

Por la adrenalina del momento, Takemichi empezó a correr de un lado al otro tratando de encontrar un lugar para salir o esconderse.

«¡¿Qué hago?!, ¿Bajo el escritorio?, ¿En el ropero?, ¿Finjo demencia?»

Finalmente acabó por salir por la ventana que yacía abierta. Afortunadamente se encontraba en el primer piso.

— ¿Takemichi? —lo llamó Draken apenas abrió la puerta del salón.

Sentía que su corazón se desbordaba de su pecho con solo oír su voz y percibir su aroma así que se llevó ambas manos a la boca tratando de callar la fuerte voz que moría por salir desde lo más profundo de su ser.

Quiso entrar a buscarlo pero desistió de la idea y en cambio esperó de pie afuera por varios segundos y volvió a hablar.

— Supongo que no estás aquí —dijo con resignación.

,Ꮚ⁠˘⁠ Mi pequeño y precioso Omega ⁠ᏊDonde viven las historias. Descúbrelo ahora