Lauren
—Los mercados de acciones asiáticos han subido, y los futuros del Dow están al alza, pero el ape to por el riesgo...
Dejé de lado a Dominic.
Era un experto en mercados que había convertido su incipiente empresa en una potencia de Wall Street en menos de dos décadas. Le respetaba y escuchaba todo lo que tenía que decir sobre acciones, dinero y finanzas.
Excepto esta noche.
Mi mandíbula se tensó cuando otra carcajada plateada flotó desde la barra.
Camila llevaba siete minutos hablando con Normani. No solo hablando:
sonreía y se reía como si ella fuera una comediante premiada, cuando yo sabía a ciencia cierta que no era tan divertida.
La irritación me atravesó el pecho cuando ella se inclinó más hacia Normani para mostrarle su teléfono. Ella dijo algo y Camila volvió a reírse.
Nunca se había reído tanto conmigo, y yo era su maldita prometido.
—Terminemos esto durante el almuerzo. —Corté a Dominic antes de que pudiera entrar en detalles sobre el impacto del último anuncio de la Reserva Federal—. Tengo que hablar con Camila.
Se tomó la interrupción con calma. —Haré que mi asistente prepare algo.
Ya estaba a medio camino de la habitación antes de que la última palabra saliera de su boca.
—Siento que haya tardado tanto. —Apoyé mi mano en la espalda desnuda de Camila y clavé a Kai una mirada dura—. Gracias por hacerle compañía a mi prometida mientras hablaba con Dom, pero me temo que tengo que robártela. —Puse un pequeño énfasis en la palabra prometida —. Todavía no he tenido la oportunidad de darle un tour adecuado al club.
—Por supuesto. —Normani se puso de pie, la imagen de la cortesía británica. Un susurro de alegría acechaba en las comisuras de su boca—. Camila, fue un placer, como siempre. Lauren, nos veremos por ahí, estoy segura.
¿Como siempre? ¿Qué quería decir con "como siempre"?
—La próxima vez que quieras marcar tu 'territorio', podrías orinar en un círculo a mi alrededor —dijo Camila cuando Normani se fue—. Será más sutil.
—No estaba 'marcando mi territorio'. —La idea era absurda. No era un puto perro—. Te estaba salvando de Normani. Ten cuidado con ella. No es tan caballerosa como parece.
—¿Comparada contigo, que te metiste en medio de nuestra conversación como un toro en una cacharrería?
—La sutileza está sobrevalorada.
—¿Para tí? Definitivamente. —Camila se levantó, con su vestido brillando como estrellas pintadas en sus curvas.
Todo mi cuerpo se tensó.
Ese maldito vestido. La visión de su aparición en el vestibulo, todo labios rojos, piel suave y encaje desnudo, quedó grabada para siempre en mi memoria, y la odié por ello.
—Creo que me ofreciste un tour al club. —Levantó una elegante ceja oscura—. Por eso te deshiciste de Normani, ¿no es así?
Le respondí con una fina sonrisa y le tendí el brazo. Ella lo cogió.
—¿De qué hablaban tú y Normani? —Ignoré a los invitados que intentaban captar mi atención mientras salíamos por la puerta.
Ya había alcanzado mi cuota de conversación para la noche.
—Andrómeda. La constelación —aclaró Camila. Señaló la proyección hiperrealista que salpicaba la cúpula de cristal. Diferentes constelaciones parpadeaban hacia nosotros, incluida Andrómeda.
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Pride Queen
Romance-No lo olvides. -Apreté mis dedos contra su nuca, obligándola a mirarme-. Eres mi prometida, no la de nadie más. Me importa una mierda lo guapas que sean o el tipo de acento que tengan. Eres mía, y nadie... -Bajé la cabeza, mis labios rozando los su...