Obsesión y Lujuria {AziraCrow}

Capítulo 4 ♤ ¿Celoso?

Y todo es diversión y juegos
Hasta que alguien se enamora
Pero ya compraste el ticket
Y no hay vuelta atrás

-Melanie Martinez
Carousel

~♤~

En los bosques frondosos de Escocia un
ciervo de imponente tamaño deambula en busca del río más cercano. Su pelaje reflejado con el sol lo hace parecer de oro, el ciervo dorado que todos quieren cazar. Ha sido libre desde que nació, no conoce el cautiverio pero sus instintos le ordenan que huya de ese lugar, que se esconda entre los árboles, en la oscuridad del espesor del bosque. Pero ni siquiera el bosque más oscuro lo mantiene oculto... 

—Justo ahí

—¿Aquí?

—Sí— murmuró Aziraphale quitando el seguro del arma —Como te enseñé, sostenla bien, con firmeza, ¿ya la tienes?

—Ya

—Aprieta el gatillo

El sonido del disparo retumbó por todo el lugar, se oyó el eco en cada rincón del bosque, Elizabeth volteó a ver a su tío sorprendida, lo miró con los ojos bien abiertos, emocionada, comenzó a reír de los nervios mientras Aziraphale la felicitaba.

—Traigan al ave— ordenó mientras tomaba el arma de su sobrina y le quitaba el cartucho.

—Sí señor

—¿Si le di?

—Claro que sí. Lo hiciste muy bien

—¡Mamá!— exclamó la niña volteando hacia donde estaba el resto de la familia —¿Me viste?

—Ve con ella

La niña corrió hacia la mesa con su madre, sus abuelos y sus tíos, ellos la recibieron con halagos y felicitaciones mientras Aziraphale veía desde la distancia satisfecho.

Era fin de semana, tenía los días libres, y lo único que quería era estar con su familia. Habían ido a Escocia, a la residencia en Balmoral, el día estaba perfecto para un día en el campo para que las niñas jugarán afuera.

—Señor

—¿Charlie?

Charlie le muestra la foto de la cabeza del hombre de la otra noche, Aziraphale la toma y asiente gustoso.

—Que la inclinen un poco a la izquierda, quiero que se vea como la pintura de medusa de Caravaggio, y si pueden consigan serpientes— le devolvió a Charlie el Ipad y terminó de limpiar el plomo en la boquilla del arma. —Mis niñas están creciendo Charlie, y el mundo es un asco, tengo que limpiarlo antes de que algo malo les suceda

—Ellas van a estar bien

—Sí— respondió con seriedad —siempre y cuando no se sepa quiénes somos. Hemos estado en las sombras por mucho, y así debemos mantenernos, de lo contrario no me van a lastimar a mi— dice y voltea a ver a las niñas —sino a ellas

Esas niñas le recordaban que aunque no quisiera debía seguir en esto, porque aunque no podía admitirlo él ya estaba sumergido en esta red, y no sólo eso, él era quien operaba esta red, y si no sabía cómo proceder entonces pasaría a perjudicar a su familia.

.
.
.

En la residencia familiar de los Crowley, la familia pregunta por el unigénito mientras se sientan a la mesa, dicen que ya nunca almuerza, unos creen que es porque cuida su figura, otros piensan que el amor tiene mucho que ver con eso, pero la verdad es que no tiene tiempo. Sus ocupaciones han ido incrementando conforme pasan los años.