Capítulo 10 ♤ Confía en mi

644 58 30
                                    

Iban entre reclamos de Crowley y preguntas desesperadas que Charlie no podía responder, durante todo el camino el único en hablar y maldecir fue Crowley, Aziraphale solo venía pensando en una cosa, y Charlie parecía que leía su mente porque atraves del retrovisor lo miraba cada que podía para de algún modo asegurarle que todos estaban bien, pero no podía hacer eso hasta no estar de frente con la situación.

Llegaron a una casa apartada de todo y de todos, en la entrada había una caseta de seguridad, y a cada lado de cada pilar había un guardia armado. Crowley no había visto esa casa antes, ni siquiera reconocía el camino, llamenlo paranoico, pero se sentía atrapado, totalmente rodeado, no podía confiar en nadie excepto en una persona y de no ser por él entonces estaría perdiendo la cabeza por completo.

—¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?— cada segundo que pasaba hacía que Crowley perdiera un poco más la cabeza, sus pensamientos lo traicionaban y lo hacían perder la razón completamente.

Aziraphale vio el pánico en su mirada, Crowley se iría encima de Charlie si no interferia, se puso entre los dos tratando de consolarlo de algún modo pues lo entendía, entendía la angustia que oprimía su pecho al no saber nada sobre su familia.

—"¿Qué está pasando?" ¿Enserió Crowley?— respondió Charlie con molestia con toda la intención de retarlo.

—¡Llévame a mi apartamento!

—Te llevo y luego te matan o matas a alguien y arruinas todo ¡por tu maldita paranoia!

Crowley se salio de sus casillas, estaba cansado de que todos pensaran que podían pasar sobre él y faltarle el respeto, sacó su arma y apuntó a Charlie completamente poseído por la ira.

Charlie no le tuvo miedo, el inútil intento de Crowley por infundirle terror solo le dio valor a Charlie, sonrió de manera burlona y sacó su arma amenazandolo; uno de sus hombres más leales se unía a este juego que su misma cabeza había creado retandolo.

—¡Charlie! Suficiente— Aziraphale volteó a verlo ordenandole no sólo con palabras, sino con la mirada. —Encárgate de lo que te tengas que encargar

Charlie podría pasar sobre la autoridad de Crowley, pero nunca sobre la de Aziraphale, resignado y tragándose su orgullo bajó el arma y subió al auto para retirarse mientras que Aziraphale buscaba la manera de llamar la atención de Crowley; lo tomó del brazo, sus músculos se sentían tensos, estaba rígido y a la defensiva, cada mínimo ruido lo alteraba.

—Anthony

Aziraphale llamó su nombre unas tres veces, pero parecía ido, sus oídos zumbaban, el sonido de su corazón retumbaba tan cerca de sus tímpanos que le impedían pensar con claridad, eso y el calor de su sangre hirviendo por la impotencia. Aziraphale tuvo que pensar en algo mejor, él mismo se obligó a relajarse y dejar de pensar en sí mismo por un instante para centrarse en el pobre colapsando frente a él. Relajó sus músculos y exhaló profundamente para después poner ambas manos en cada brazo de Crowley, un toque suave y tranquilo que llamó la atención del susodicho.

—Vamos adentro

Crowley bajó el arma y como buen manso se dejó guiar por la única persona en la que confiaba mientras le repetía que todo estaría bien; había escuchado eso tantas veces que oírlo solo lo estresaba más.

Al ingresar a la casa las puertas se cerraron encerrandolos detrás de cuatro paredes desconocidas, con un montón de personas extrañas que los tenían totalmente rodeados, si quisieran atacarlos este sería el momento correcto, Crowley no dudaba de eso.

—Crowley, Crowley, mírame

—Tengo que llamar a mis papás, ¿hay alguna manera en la que pueda contactarme con ellos?

Obsesión y Lujuria {AziraCrow}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora