Capítulo 23 ♤ Todos son reemplazables

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Los llantos habían cesado, la lluvia había mermado, Aziraphale sostenía al pequeño James y conversaba entre susurros con su madre mientras Beelz permanecía pacíficamente dormida en la cama, Roman también dormía pero lo hacía en un sillón y en una posición nada cómoda que probablemente le generaría una contractura al despertar.

—El pequeño Jim es tan bonito

—¿Jim?— habló Kate con curiosidad.

—Sí, Jim, corto para James, Beelz dijo que ese iba a ser su nombre, a mi me gusta, ¿tú qué opinas?

—James es lindo, no es muy largo y es elegante, me gusta, le queda al chico, es un nombre igual de bello que él, ¿verdad bebecito?

Después de que su madre lo conociera, que se abuela lo cambiara y que la doctor se retirara no sin antes dar algunas indicaciones a los presentes sobre el cuidado del pequeño, este durmió plácidamente por un par de horas, hasta que despertó y para dejar descansar a su madre “el tío Azira” lo tomó en sus brazos y ahora el sujeto hablaba con “la abuela Kate”, él los miraba, era un mundo nuevo, tenía que estar atento al ambiente.

—Está muy serio

—Aziraphale nació hace un par de horas no le exijas mucho— decía entre risas tratando de no hacer mucho ruido.

—Solo decía, no lo sé, mamá, nunca había visto a un bebé tan pequeño, cuando las niñas de Muriel nacieron yo… yo no estaba aquí

—Lo sé, tesoro, y aunque las circunstancias no sean para nada las mejores al menos estuviste presente para ayudar a Beelz y a tu hermano, aunque él no lo sepa

—Yo siempre haré lo que sea por mi familia y Gabriel también, solo que él… bueno ya entendiste

—Todo es mi culpa— dijo con pesar —mía y de tu padre, sabíamos en lo que nos metíamos al aceptar quedarnos con tu abuelo, Gabriel está viviendo lo que juramos que nunca pasaría y yo no puedo dejar de…

—Esto se va a arreglar, mamá, te lo prometo— menciona antes de dejar terminar a su madre, la toma de la mano para afirmar su comentario, como si con el tacto fuera a firmar un contrato que no podría romper.

—Tú hermano se perdió el nacimiento de su propio hijo, Beelz ocultó al bebé que estás cargando solo para protegerlo, tú hermano está cometiendo atrocidades porque está cegado creyendo que nos está cuidando, ¿te imaginas lo que haría si se entera de esto?

—Lo tengo bastante claro y es por eso que no lo va a saber, al menos por ahora, el deber de todos en esta habitación es cuidar a James, sin importar lo que pase— el bebé jadea ligeramente y capta la mirada de los adultos. Aziraphale baja la mirada cruzándose con esos ojitos que lo obsrrvan curiosos —así es pequeño, prometo protegerte siempre, siempre— el rubio se acerca un poco más para dejar un beso en la cabecita del recién nacido, lo que provoca más ruiditos por su parte —Claro que sí señorito, siempre, ¿quién es el bebé más hermoso del mundo? ¿Eh?— le decía con una sonrisa iluminando su rostro.

Kate lo observó dibujando una sonrisa enternecida.

—No te ves mal cargando bebés, Aziraphale

—¿Eh…?

–Oficialmente eres el único que falta, piensa un poco en eso

—Yo daría la vida por cualquiera de mis sobrinos, cualquiera de los tres, pero yo… nunca he pensado en eso, mamá, mi prioridad ahora es continuar con el negocio, con el legado y eso es

—Esto— concluye poniendo la mano sobre la manta con la que cubrían a James —Elizabeth, Bree, James y cualquier otro heredero es y será nuestro legado, y eso es lo único que importa

Obsesión y Lujuria {AziraCrow}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora