31 - El Demonio En Persona

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Me parecía irreal, que hace a penas unas semanas estaba siendo la mujer más feliz del mundo luego de casarme con el amor de mi vida, que a penas el día anterior mi esposo me había dejado con total seguridad de que estaría bien y ahora estaba reviviendo mi maldito y doloroso pasado.

Ése que debió quedarse en el olvido, ése que me recordaba que mi vida había sido un infierno antes de que dos hombres que no tenían nada que ver conmigo me salvaran.

SEÑOR MIN

El mundo parecía ir en cámara lenta luego de escuchar a mi princesa decir lo que su supuesta madre le había hecho, yo estaba furioso, sentía que era capaz de matarla en ese mismo lugar, pero mi pequeña por fin estaba abriendo su corazón y sabía que lo necesitaba, por muy doloroso que fuera para ella decirlo y para mí escucharlo necesitaba sacar todos esos recuerdos y decirlos en voz alta para que dejaran de atormentarla.

MTn: ¿no te da vergüenza que todos estos hombres estén escuchando cómo perdiste tu valor? - Tn volvió a reír, pero está vez su risa estaba mezclada con dolor y vergüenza, era evidente.

Tn: me importa un carajo lo que piensen de mí, pero creo que es momento de que se sepa la clase de persona que eres, ¿no? - volteó a ver a los vigilantes que habían estado desde el principio, a quienes se habían acercado luego de escuchar los gritos y finalmente a mí, pero desvió su mirada de inmediato, no debía estar avergonzada conmigo, pero sabía que no podía evitarlo - Que todos aquí se enteren que mi propia madre me vendió, dejó que me violaran y drogaran, me golpeó, golpeó a mis hermanos, intentó envenenarme para cobrar mi seguro de vida, pero por su maldita culpa el que terminó enfermo y muriendo fue mi papá - ¿entonces ella siempre supo lo que realmente le pasó a su papá? - que sepan que lo golpeaste aún cuando él ya no podía defenderse, que escuchen que casi me matas, que me amenazaste y que cuando estuve en el hospital regresaste otra vez a drogarme con la intención de que muriera, ¿crees que me duele que todos lo sepan? ¿Crees que me importa si por tu culpa, según tú, perdí mi valor? ¡Créeme que no! ¿Sabes por qué? Porque voy a disfrutar de verte en el maldito suelo recogiendo la limosna que te estoy dando, podré haber perdido mi valor, pero tengo la satisfacción de verte aquí humillándote mientras le pides dinero a la persona a la que más daño le haz hecho.

Todos la veíamos sorprendidos, sabía que nadie la estaba juzgando, al contrario, parecían sentir su dolor, todos los que estábamos presentes en ése lugar éramos padres que daríamos la vida por nuestros hijos, que trabajábamos por darles lo que se merecían y sobre todo, eran personas que admiraban a mi hija por ser siempre tan amable con todos.

Tn: anda, recoge el dinero, ponte de rodillas y levanta cada maldito papel, date cuenta que tanto tú, como ese dinero son quienes han perdido su valor... ¡PONTE DE RODILLAS Y LEVÁNTALO! - le gritó y yo de verdad desconocía a mi princesa, pero estaba orgulloso de que por primera vez no se dejara intimidar.

MTn: no puedes hacerle esto a tu madre.

Tn: ¿mi madre? Te equivocas, yo nací de ti, pero tú no eres mi madre, yo no tengo una... Yo tuve un padre que dió su vida por mí y tengo ahora un padre que ha dedicado su vida a hacerme feliz, pero yo no conozco lo que es tener una madre, así que si quieres el dinero ponte de rodillas y levántalo mientras me miras a los ojos.

Vig: ya escuchó a la señorita Tn, recoja el dinero - el vigilante tomó su cartera, sacó su dinero y se lo lanzó cuando ya se encontraba de rodillas - sepa que esta señorita es más valiosa que todos los que estamos aquí juntos.

Uno a uno, todos los presentes hicieron lo mismo mientras le recordaban a esa mujer que Tn era una mujer hermosa, valiosa y muy querida, mi pequeña sólo se limpiaba las lágrimas que comenzaron a caer ante el gesto que habían tenido por ella.

Nada es prohibido. Parte 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora