32 - Puntitos

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Estando en la estación de policías me hicieron enfrentarme de nuevo a esa mujer luego de dar mi declaración sobre todas las cosas por las que debía pagar, lamentablemente no tenía pruebas de la mayoría de ellas, sin embargo, existían pruebas de lo que me hizo a mí antes de que me tuvieran que llevar a Corea de emergencia.

Incluso los trabajadores sociales que atendieron mi caso se dieron el tiempo de declarar a mi favor y confirmar que ella era capaz de hacer todo lo que yo había declarado y al haber sido delitos que cometió contra una menor, el delito era aún más grave, incluso después de tantos años.

Cuando estaba por irme me habló de nuevo.

MTn: te vas a arrepentir de lo que le estás haciendo a tu madre.

Tn: ¿alguna vez te arrepentiste por lo que me hiciste a mí?

MTn: no y no lo haré.

Tn: ¿y entonces qué te hace pensar que yo me voy a arrepentir? Te lo dije y no es broma, yo sería la persona más feliz de escupir sobre tu tumba - no lo haría jamás, pero eso es algo que ella no merecía saber.

MTn: Yoongi te va a despreciar cuando lo sepa.

Tn: mi esposo sería incapaz de juzgarme por algo así.

MTn: ¿tu es~esposo?

Tn: ¿te sorprende? Si hace unas horas me estabas diciendo que había sido muy inteligente al meterme en su cama... Pero a diferencia de lo que crees, lo hice porque lo amo... Creo que lo único que voy a agradecerte en esta vida es que me hayas puesto en el camino de la familia Min, después de todo fue la única buena decisión que haz tomado... Adiós mamita - dije con tanto sarcasmo y me fui sin darle oportunidad de que dijera algo más.

Sabía que sus palabras no eran verdad, pero aún así había logrado meterse en mi cabeza y lo único que quería era embriagarme para olvidar.

SMin: ¿qué pasa?

Tn: papá vamos a casa, no me siento bien... No me dejes sola por favor.

SMin: ¿te dijo algo más?

Tn: no importa, sólo quiero estar lejos de todo y no salir mientras esto pasa.

SMin: ¿qué te parece si mejor vamos a comer? Ninguno hemos almorzado y me muero de hambre.

Tn: está bien - dije no muy convencida, pero él tenía razón.

Me sentía ansiosa, pero ahora ya no era del todo malo, es decir, aún conservaba el malestar de todo lo que me había pasado en las horas anteriores, pero la sensación de paz regresó a mí, era como si me hubiera quitado un peso de encima, pero había algo más, algo que me hacía sentir bien a pesar de todo, pero también era algo que me hacía tener taquicardia y eso me preocupaba.

Fue hasta después de la comida, cuando me dió asco, que recordé que tenía algo que hacer.

Tn: papá, ¿puedes acompañarme a un lugar?

SMin: claro, ¿a dónde te llevo? - dijo mientras me abría la puerta para subirme a la camioneta.

Tn: sube tú, yo conduzco - dije mientras le quitaba las llaves de la mano.

No dijo nada, sólo subió y nos dirigimos al lugar.

SMin: ¿qué hacemos aquí? ¿Te sientes mal? - dijo preocupado al ver que habíamos llegado a una clínica.

Tn: algo así, ven, necesito saber algo - caminamos hasta llegar a recepción - buenas tardes, tengo una cita con la ginecóloga - volteé a ver a papá y no entendía nada.

Pasamos al consultorio y por fin papá se enteraría por qué estábamos ahí.

Dra: dígame, ¿en qué puedo ayudarla?

Nada es prohibido. Parte 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora