Las cartas de Edgar

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Querido Ranpo,

Hoy, mientras te acompañaba en la investigación de tu último caso, experimenté una serie de emociones que me dejaron completamente desconcertado. A medida que avanzábamos en la resolución del misterio, me encontraba cada vez más absorto en tu presencia, en tu brillantez y en tu encanto único.

Cada movimiento tuyo, cada palabra que salía de tus labios, parecía tener un poder hipnótico sobre mí. Estaba fascinado por tu habilidad para analizar cada detalle y conectar los puntos de una manera que me dejaba perplejo. Sin embargo, en medio de mi admiración por ti, algo comenzó a cambiar dentro de mí.

Hubo un momento en particular durante nuestra investigación en el que me di cuenta de que mi corazón latía más rápido de lo habitual. Mientras te observaba interactuar con los testigos y examinar las pruebas, una extraña sensación se apoderó de mí. Era como si algo en mi interior estuviera tratando de decirme algo, pero no podía entender qué era.

Entonces, cuando me hiciste una pregunta directa, me encontré sin palabras. La confusión se apoderó de mí mientras luchaba por encontrar una respuesta coherente. ¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Por qué me sentía tan desconcertado en tu presencia?

Y luego, cuando pronunciaste mi apellido y nuestros ojos se encontraron, algo dentro de mí hizo clic. En ese momento, todo se volvió aún más confuso. Me di cuenta de que lo que sentía por ti iba más allá de la simple admiración. Había algo más profundo, algo que no podía explicar ni entender.

Querido Ranpo, me siento perdido en un mar de emociones contradictorias. No sé qué hacer con estos sentimientos confusos que me invaden. Pero una cosa es segura: mi corazón late con una intensidad que nunca antes había experimentado, y todo gracias a ti.

Con confusión y desconcierto,

Edgar Allan Poe

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Querido Ranpo,

Probablemente ya te habrás dado cuenta, y si no es así, puede que alguien te lo haya mencionado. Debo expresarlo: si los ojos son las ventanas del alma, entonces posees el alma más preciosa de todas.

El brillo del cielo nocturno palidece en comparación con el resplandor que emanan tus ojos. Ranpo, en tu mirada se reflejan más de mil cielos.

Me siento agradecido por mantener oculta mi mirada. No soy bueno ocultando lo que siento, y seguramente habrías notado mi vulnerabilidad ante ti cuando me observas, lo hipnotizado que quedo por tu mera presencia.

Con tus ojos, podrías percibir lo que los míos no pueden ocultar.

Juro por mi vida que, con tal de presenciar el brillo de esos ojos, sería capaz de desafiar al mundo entero y cumplir cualquier deseo que me pidieras.

¿Podrías dirigir tu mirada solo hacia mí si prometo que la mía solo buscará la tuya?

Con cariño,

Edgar Allan Poe

-3-

Querido Ranpo,

Permíteme comenzar expresando mi más profundo asombro por el café que compartimos hoy. Nunca antes había disfrutado de una experiencia tan sublime con una simple taza de café. ¿Quién hubiera pensado que detrás de tu ingenio y agudeza se escondía también alguien tan gracioso? Cada sorbo de ese café de grano fue como un viaje a través de los sabores más exquisitos, y cada palabra que salió de tus labios, tan inteligentes como siempre, parecía endulzar aún más la experiencia.

Misión: Recuperar su amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora