Misión: Recuperar su amor

El dolor de la ausencia

La soledad para mi no es algo nuevo.

Es verdad que con los años he logrado conocer gente que se preocupa por mi y con la cual me llevo bastante bien, pero siempre ha existido un espacio lleno de soledad dentro de mi. Probablemente sea porque nunca me he sentido parte de ellos, como si fuésemos de mundos diferentes y no pudiésemos comunicarnos bien.

Cuando el escritor venía, mi mundo cambiaba su perspectiva 180°, su compañía me mantuvo en un universo en donde no existía más la soledad, en donde no tenía que hablar más lento o sobre explicar las cosas. Supongo que me hizo olvidar lo solo que estoy.

Lo que fueron visitas de vez en cuando, un día se convirtieron en visitas cada jueves y a veces otros días de la semana, en ocasiones hacíamos trabajos juntos y después íbamos por algún café, algunas veces le aportaba a sus historias de misterio para que fuesen más interesantes, en ocasiones se nos hacía muy tarde charlando así que me quedaba en su casa hasta el día siguiente, comenzamos a hacer pijamadas con Poe-kun cocinando postres para mi mientras yo cuidaba de Karl o simplemente esperaba por él, otras veces la misma agencia lo hizo venir así que pasamos mucho tiempo juntos. Descubrí que le gusta el café americano y que si bien cocina postres para mi, él no es fan de las cosas dulces, su inspiración llega en la noche/madrugada por lo que tiene un mal hábito de sueño y muchas veces se queda dormido sobre su escritorio de trabajo en la oficina del segundo piso. Cada vez pude conocer más de su vida y mientras más pensaba en ello, más fascinante se hacía ante mis ojos.

El problema con la constante compañía es que cuando te acostumbras a ella y de la nada se va, te sientes más solo que al principio.

Así me siento a medida que los días siguen su rumbo, su ausencia me consume junto con la nueva sensación de soledad que conozco. Los días se hacen más largos y aburridos, los caramelos ya no son tan dulces como antes y por supuesto que han aparecido preguntas con respecto a la ausencia de Poe-kun en la agencia. Al principio nadie dijo nada, pero transcurriendo una semana de su ausencia notaron que algo andaba mal y por supuesto que me preguntaron a lo que respondí solo con silencio o diciendo que estaba ocupado escribiendo o trabajando de arquitecto otra vez.

La pequeña carpetita morada esperando en mi escritorio a su dueño llama mi atención.

¿Cuándo vendrá? ¿Volverá? La sola idea de él no volviendo forma un nudo en mis entrañas, una pequeña presión en el pecho que lentamente crece como una gujero negro devorando todo a su paso, en estas tres semanas de ausencia y nada de misterios que resolver he tenido mucho tiempo para pensar y comer caramelos. Lo que antes hubiese sido mi paraíso ahora es como un castigo, mi mente no deja de repetir ese día una y otra y otra vez pensando en ¿Qué tal si...

"Lo más doloroso de amar a alguien es cuando no lo haces a tiempo" escucho a mi lado. Levanto mi cabeza del escritorio pese a ya saber que se trata de Dazai.

"No sé a qué te refieres"

"Claro que sabe a qué me refiero" dice arrugando su entrecejo "en fin ¡Andando Atsushi!" grita con su voz cantaría para luego salir.

"¡Dazai-san espereme! ¿Dónde vamos?"dice el albino casi tropezando con todo a su paso.

Apenas se van esos dos, la oficina queda en silencio estando únicamente Kunikida y yo dentro. Mi mente gira en torno a lo que dijo "...cuando no lo haces a tiempo" ¿cuándo caduca ese tiempo? ¿Cuánto tiempo tengo? ¿Será que alguien como yo puede llegar a tener ese tipo de sentimiento? ¿Poe-kun es especial para mí? Sé que es un buen amigo, hace meses que nos hicimos muy cercanos y sé que puedo confiar en él, pero ¿es acaso más especial que solo eso?

"Kunikida" digo llamando la atención del rubio, quien rápidamente se levanta de su escritorio y camina hacia mi dirección.

"Dígame, ¿Ranpo-san?"

"¿Tienes a una persona especial?" pregunto.

"No tengo a alguien especial, Ranpo-san" dice con algo de vergüenza y confusión en su rostro.

"Oh" murmuro "¿Cómo sabes cuando alguien lo es?"

"¿Por qué me pregunta esto a mi?"

"Prefiero la orientación de un hombre de moral e ideales rectos al de un suicida, unos hermanos incestuosos o de Yosano" claramente Atsushi y Kenji no son opción, mucho menos Fukuzawa.

"Comprendo" dice mientras se ajusta los lentes. Su rostro pasa por la sorpresa y la comprensión, para luego tomar una silla y tomar asiento justo frente a mi escritorio.

"Sabe que es especial cuando es incomparable con los demás, porque cuando la miras a los ojos el mundo se paraliza y tu corazón se acelera con solo el anhelo del más pequeño roce, la deseas como no has deseado a nadie, la amas y la cuidas como cuidarías de una flor, darías todo con tal de no verla llorar y mantener la brillante sonrisa en su rostro, puedes ser vulnerable y hacer cosas que jamás pensaste que harías porque ella te va a dar valentía y fuerzas, pero también te hará sentir vulnerable y frágil, además-"

"Que cursi eres Kunikida" dije interrumpiendo. El nombre de Poe-kun no abandonó mi mente en ningún momento de su relato.

"Disculpe si soy impertinente no es necesario que responda, pero ¿Es por su amigo el escritor?"

"¿Tan obvio es?"

"Hace tres semanas me lo encontré mientras caminaba hasta acá después de terminar la misión"

"Oh" la imagen de Poe deprimido, quizá llorando se forma en mi mente con tal rapidez que soy incapaz de detenerme.

"En fin, si eso es todo. Tengo trabajo que hacer para antes de las seis"

"¡Espera!" lo detengo " él...o sea, Poe-kun estaba...emm ¿bien?"

"No creo que yo deba comentar eso, Ranpo-san"

"Sí, supongo"claro que sé la respuesta, es muy obvia pero realmente esperaba equivocarme.

"Si es preciado, debería estar seguro de no hacerle llorar en vano" dijo para desaparecer en la montaña de papeles en su escritorio.