Capitulo 2

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Me despiertan con un almohadazo, y lo primero que que veo al abrir los ojos es la cara de Celia que no logra ocultar la emoción, que al principio no entiendo, ¿acaso no ve la hora que es?.

– ¡Vamos Daniel, no podemos desperdiciar este día!– Dice ella con mucha euforia.

Yo apenas me centro, me pasó una mano por el cabello y suelto un bostezo largo abriendo por completo los ojos obligado por la luz del sol que pasa por la ventana, miro mi móvil, 9:15am, ¡9:15am!.

– ¿Desde cuándo te gustan tanto la mañanas a ti?– pregunto obstinado porque aún quería dormir

– Desde siempre, mira– Señala la ventana con ambas manos ya de pie y fuera de la cama– Es un día muy bonito, hay que aprovecharlo, ¿Qué tal si vamos al parque?, voy a mi casa, me cambio y regreso rápido para irnos– Sugiere ella con ese entusiasmo que a cualquiera se le pagaría, no a mí, pero seguro a otros si.

– Ehh– vaciló un poco en mi contestación.

-–Daniel– Aquí viene el sermón, pienso– Además del instituto no sales a ninguna parte ni te relacionas con otra persona que no sea yo, deberíamos salir, y te vendría bien el sol– Termina Celia y puede que tenga algo de razón.

– Bien, pero antes, vamos a desayunar– respondo cediendo a su petición y ella aplaude en un gesto de victoria.

– ¡Siii!– Es su respuesta sin nada de disimulo en su emoción.

Celia va directo al baño y cierra la puerta de madera a su entrada.

Yo me quedo un momento sentado aún en la cama improvisada/piso mirando el móvil y checando el pronóstico del clima, el cual dice que será una mañana despejada y soleada de sábado, así que no tengo alguna excusa– tocó parque– Digo en voz baja poniendome de pie y recogiendo las cosas para organizar un poco la cama.

Celia sale del baño con la cara húmeda, seguro se la limpio quitando todo rastro del sueño que pudiera haber quedado en su rostro.

Al verla afuera paso por su lado y entro al baño, me cepillo los dientes y escucho una notificación en mi móvil, es un mensaje de mi madre <<Daniel, eh salido hacer algunas compras y pasaré por el salón, hay comida para ti y Celia en la nevera >>. Termino de leer ese mensaje, limpiarme la cara con el agua y salir del baño para encontrarme a Celia esperándome sentada en la cama.

– ¿Vamos?– Le pregunto indicándole con el mentón el camino a la puerta.

– Claro– responde ella siguiéndome.

Pasamos por el pasillo y bajamos las escaleras. En efecto la casa está sola, bajo yo primero y voy directo a la cocina mientras que Celia queda atrás de mi mirando su móvil.

Antes de pasar la isla de la cocina para llegar a la nevera, tengo una extraña sensación de que alguien me observa, un escalofrío ligero recorre mis hombros, pero al voltear a los lados y solo ver a Celia tomando asiento en uno de los taburetes, sacudo la cabeza y sigo en lo mío.

Terminando de calentar los sandwiches que mi mamá nos había dejado, le doy un plato a Celia con los suyos y procedo a sentarme al lado de ella en otro asiento.

– Creo que hay un nuevo puesto de helados en el parque Guillén– exclama Celia mirando su plato, dejando su móvil a un lado y mordiendo el pan.

– Suena bien, creo–  respondo no tan emocionado

No soy de alegrarme o emocionarme mucho por las cosas o eventos que tenga en mente, más bien, espero a ver el desenvolvimiento de los echos ya que ellos me diran como afrontar la situación del momento, para saber sobre el repentino interes de Celia por ir al parque, pregunto:

No sé qué veas - Ante Tus Ojos No Siempre Está La Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora