Capitulo 7

5 2 0
                                    


– Bueno, ya llegamos– escucho a Isy hablar apenas.

Llevábamos más de un rato en su camioneta después de salir del centro comercial.

Yo intentando dormir, pero solo podía hacerlo de momentos, ellas hablaban muy alto y no puedo dormir así.

– ¿Daniel, estás vivo?, ya llegamos a tu casa– ahora habla Celia.

Me incorporo en el asiento y miro por la ventana a mi derecha la entrada de mi casa.

– Gracias por traerme Isy– le digo en modo de despido y agradecimiento abriendo la puerta para bajar del carro.

– No hay de que– dice ella desde su asiento detrás del volante.

– ¡Espera!, yo voy contigo– dice Celia también abriendo la puerta para bajar y seguirme.

Ella se baja y yo la espero al lado de la camioneta hasta verla con los pies en el suelo frente a mi, y empezamos a caminar hasta la puerta de entrada cuando Isy habla:

–  ¡Hey!, Si vas... Si van a ir a la fiesta avísenme, les puedo enviar la dirección o llevarlos yo misma– dice Isy que ha bajado el vidrio del copiloto para hablarnos desde el interior de su camioneta.

– Está bien, te avisaré, bye– dice Celia rápido.

Isy hace una despedida rápido con su mano y baja el vidrio para ponerse en marcha y en minutos, ya no está.

Celia y yo pasamos por la puerta y llegamos a la sala en dónde está mi madre mirando su móvil, y al vernos, sonríe y deja su móvil a un lado del sillón individual en dónde está para empezar con su entrevista que hace siempre que nos ve a Celia y a mí llegar juntos:

– Hola muchachos, Celia querida, ese top te queda muy bien– halaga mi madre– ¿Dónde estaban?.

– Graaacias señora lian, bueno, respondiendo a su pregunta, fuimos al parque Guillén, y luego al centro comercial, comimos unas pizzas que estaban muy ricas por cierto, amo Domino's– dice Celia sentándose en el sofá y tomando una postura que es la que hace siempre que ve a mi madre y siempre pasan horas hablando.

– ¿Lograste hacer que daniel saliera de la casa?– bromea mi mamá desde su lugar.

Yo me quedo en la cocina sirviendo un vaso de agua sin mirarlas, solo escuchando lo que dicen.

– Pues si–dice Celia con orgullo en su voz- no crea que es muy fácil, pero logré convencerlo, también iremos a una fiesta a la que nos invitaron hoy.

– Me alegro por ustedes, y gracias por hacer que daniel salga más de su habitación– dice mi madre poniendose de pie y mirándome desde la sala– Es bueno que salgas Daniel, también necesitas socializar un poco más.

– Puede ser– digo llegando hacia donde estan ellas– Pero en mi habitación no hay nada malo, es un buen lugar para pasar el rato o mejor, todo el día.

– El sol te hará bien, y conocer a más personas te dará ánimos de salir más a menudo– dice mi madre al frente de mi.

– Tal vez, tengas razón, puede que lo averigüemos– digo sentándome al lado de Celia en el sofa.

– Al menos no te niegas rotundamente, es un gran avance hijo, bueno, los dejaré, estaré en mi habitación por si me necesitan– dice mi madre caminando por el pasillo, ese mismo al que a Celia le da miedo, al final está su habitación.

– Adiós señora lian y gracias– dice Celia con entusiasmo y mi madre voltea para responderle con una sonrisa.

Mi madre se pierde y a los minutos de oír cerrar delicadamente su puerta, Celia habla:

No sé qué veas - Ante Tus Ojos No Siempre Está La Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora