Cinco

2.1K 137 22
                                    

Que empieze el juego:

Elynna:

Cuando era pequeña, siempre quise tener dos hijos, una niña y un niño.  Todavía tengo la esperanza de que pasará algún día y en su momento indicado con la persona indicada. Y no, no dudaré ni un segundo en criarlos. Nunca supe que es el amor de padres e hija, pero puedo aprender a dárselos a mis hijos. Darle todo que no tuve; amor. 

Eliza.

Siempre viene a mi mente su nombre cuando pienso en mis padre, ella si me dió todo lo que necesitaba y más. Pero por más que sea, no iba a cubrir ese espacio vacío que tenía.

Acaricio su pequeña mano pálida lentamente haciendo que el pequeño cierre sus manitos en mi dedo índice. Sonrío. No pensé que iba a cargar en mis brazos al bebé de la embarazada que llevé al hospital, mucho menos quedarme en su mansión por unos meses. Jacov tiene pocos cabellos como negro, pero hay que esperar a que crezca a ver a qué color cambia.

—Te quitaré por unos minutos a mi nieto. —Sonrío y se lo entrego a Jennev. —Ve a tú habitación a cambiarte, linda. —Asiento.

•••

Una semana.

Ya pasó una semana desde que estoy aquí. Jennev me a enseñado cosas que ya sabía, pero está vez fué en su empresa, poniendo a prueba lo que sé hacer. Me enteré que Jeanv y Jerev son mellizos, ambos tienen venticinco años mientras Jenna tiene veintitrés. Todos son unas buenas personas, me siento bien aquí, como si estuviera en el lugar correcto. En un hogar.

—¡Listo!.—Exclama Jenna, después de maquillarme sencillamente y prestarme un vestido corto, sexy, calor negro y sensual.

Hoy iremos a la inauguración del club de Jerev  Koslov II, Jenna y sus padres irán por un momento nada más ya que el pequeño Jacov está un poco insoportable. En estos momentos se encuentra con su padre, Maickol. No lo e conocido aún, ya que no se lleva bien con los señores Koslov. Dejo mi cabello negro liso caer hasta mis nalgas y me miro en el espejo, soy una preciosura.

—Hoy llamarás la atención de todos en ese club, puedo jurarlo. —Asegura Jenna. —Estoy muy orgullosa de Jerev, a hecho mucho en estos años. Empezó desde cero y ahora tiene su propia empresa, casa, apartamento, y ahora un club. —Habla emocionada, mientras retoca su maquillaje. Así sea que se echó maquillaje, se notaba el cansancio en sus ojos, y no era solamente por el niño, porque hay veces que se queda en la mansión Koslov, el pequeño Jacov duerme tranquilamente mientras ella está sentada toda la noche en el jardín.

Ella oculta algo.

—Lo menos que quiero es llamar la atención. —Suelto un suspiro.

—Pero con ese vestido donde se marcan tus nalgotas, harás todo lo contrario.—Rie.

—Te recuerdo que tú me lo prestaste. —ruedo los ojos divertida. Estar con Jenna es...relajante. No es lo mismo cuando tenía quince años y hablaba con las chicas del instituto. Antes me dejaba manipular, cuando hablaba con ellos sentía le tensión en mis hombros, me sentía obligada.

Que estúpida era.

—Bueno, es hora de irnos. Tengo tres horas para menear la cola antes que deba ir a cuidar mi bebé precioso. —Agarra su bolso y bajamos, haciendo resonar nuestro tacón en las baldosas. Bajamos los escalones como las reinas que somos pero dejo de caminar al verlo, Jenna sigue bajando.

Jarev [1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora