Elynna:
Que estúpida eres Elynna.
Claro que no era en serio. Ir a una cita con él, es lo último que está entre sus planes. Lo veo de reojo manejar su auto ganándome una buena vista. Aprieto mis piernas cuando siento una sensación extraña entre mis piernas.
Debes controlarte Elynna.
Jarev estaciona el auto frente a una tienda de ropa muy grande y elegante.
No me sorprende. Nos bajamos del auto y veo detrás de nosotros dos autos negros a una distancia prudente. dos hombres salen y nos siguen de manera discreta. Observo el lugar con desdén. Esto es lo que me gusta de mi, que lo material no me sorprende ni me llenan los ojos.Niego exasperada mirando la puerta, soy capaz de decir que las bisagras están hechas de oro. El abre la puerta haciendo que de inmediato se acerque un hombre calvo con porte elegante.
—Buenas tardes señor Koslov.—Saluda con educación el hombre, haciendo que sonría. Necesitamos más gentes así en la vida.
—Necesito un vestido para ella. —Lo miro mal haciendo que el levante una ceja.
—Buenas tardes. —Digo entre dientes, mirando a Jarev, más imbécil no puede ser. —Estamos buscando un lindo vestido, que me quede perfecto para un día viernes. —Sonrío mostrando mis dientes, sabiendo perfectamente que se va a enojar. Lo confirmo cuando lo escucho gruñir.
—Sígueme señorita. —Asiento y hago lo que me dice, mientras Jarev me sigue a mi, pisandóme los talones.
Me enseña varios modelos hasta que mi vista se enamora de una, es negro, y corto, tiene un lindo escote que hará que mis tetas se vean increíble. Me gusta, miro la etiqueta y quiero retractarme, pero Jarev le dice al hombre que lo agarre. ¡Cuesta 1.000 dólares!. —Perfecto, tenemos unos tacones que combinarían perfectamente, es un vestido de último modelo, la tela es muy costo...Dejo de escuchar al hombre calvo cuando siento a Jarev muy cerca de mi. ¿El sentirá eso?.
Pues claro que no, soy yo que quiero sexo.
Niego mentalmente.
•••
—Diablos, ¡te ves muy preciosa!. —Exclama Jenna. Eliza asiente estando de acuerdo con ella.
Hoy por fin es viernes. Ese día Jarev me dijo que es la primera vez que ve a una mujer elegir un vestido tan rápido, simplemente me encogí de hombros, no sirvo para eso, me revuelve el estómago. No sé cómo hacen las modelos para cambiarse diez veces en menos de media hora.
Cada quién.
En el camino, me contó detalladamente el plan para sacarle información a París. Y no es nada del otro mundo aún, solo debo ganarme su confianza.
—Pero ahora debes decirnos para donde vas. —Eliza se cruza de brazos esperando una respuesta, al igual que su ahora aliada.
—Voy a comer con...Ian.—miento. está parte si que no lo ensayé. Jenna entrecierra los ojos pero luego los abre soltando un grito.
—¿¡Él chico que fué a tú oficina la semana pasada!?. —Asiento.
—Okey mujercitas, ahora me deben contar quién es ese tal Ian, y porqué vas a cenar con él. —Ambas miramos a Eliza, que se encuentra mirándonos fijamente mientras pone su mano en su cintura.
—Pareces una señora, Eliza. —Esta misma entrecierra los ojos aniquilando con su mirada a Jen, cuando dijo eso.
—Claro, ¿porqué será? ¡pues porque soy una señora niñita!. —mientras estas dos siguen discutiendo, me miro al espejo otra vez.
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Jarev [1] ©
Teen FictionCinco años pasaron y los dos cambiaron mucho. Ella ya no es la ingenua de antes que se dejaba manipular, y él ya no es el dulce rubio fiestero. Mientras ella vivió toda su vida con la ausencia de sus padres, él no soportaba más vivir con los de él...