Victoria se encontraba frente al espejo en su habitación, ajustándose el velo mientras la habitación estaba siendo iluminada por la vela de los candelabros colgados del techo. Cuando terminó, se dirigió a la puerta, por la cual salió. No se dirigió al comedor como era habitual a esa hora, sino que tomó un camino diferente. Iba al cementerio que se encontraba detrás de la mansión, donde los árboles parecen guardianes silenciosos de todas las almas que se encontraban enterradas ahí.
Se agachó con cuidado entre las flores marchitas que adornaban la lápida de mármol blanco, cuyo nombre tallado con elegancia decía " Annabelle Maria Lith". Con un pañuelo limpio, comenzó a retirar suavemente las hojas secas y la tierra que se acumulaba sobre el altar dedicado a su madre. En su familia, sólo ella y su padre se encargaban de mantener la tumba limpia y adornada. Cuando su padre estaba ausente, lo cual ocurría a menudo debido a sus ocupaciones, y Victoria no tenía permiso para salir de su habitación, a veces durante meses, la lápida quedaba descuidada, cubierta por flores marchitas y el polvo del tiempo.
— Me hubiera gustado haberte conocido, madre. Papá es un buen padre, siempre me ha cuidado, a su manera, pero lo hace —dijo Victoria con una expresión de seriedad que siempre tenía en su rostro—. ¿Qué hubiera sucedido si no hubieras muerto, madre? ¿Es realmente mi culpa tú muerte como a veces suelo escuchar por los pasillos? Es aterrador pensar que si yo no hubiera nacido, posiblemente estarías con vida.
Cuando terminó, Victoria se quedó unos momentos más frente a la lápida, perdida en sus pensamientos. ¿Qué hubiera pasado si ella no hubiera muerto en su nacimiento? Aunque el hubiera no existía, ella no dejaba de pensar en las posibilidades de tener a una madre a su lado como todos sus primos. Los veía hablar con sus madres, contarles sobre como había sido su día, mientras ella solo podía escuchar eso sin mencionar nada.
— Ya tengo dieciocho. El Papa me dio el colgante que hiciste para mi. De verdad, lo aprecio mucho.
Después de unos minutos, Victoria echó una última mirada a la lápida de su madre y comenzó a caminar de regreso. Al llegar al comedor, todos ya estaban reunidos. Se sentó junto a Samara, quien había sido acogida en la familia como la esposa de Isla. Al observar la disposición de la mesa, Victoria no pudo evitar recordar que si su madre aún estuviera viva, ella ocuparía el lugar que ahora correspondía a Samara. La cena transcurrió en silencio. Victoria buscaba a su padre con la mirada, pero él no estaba presente, lo cual le pareció extraño, ya que siempre solía estar allí durante la cena para no dejarla sola. A pesar de la ausencia de su padre, continuó cenando en silencio.
Cuando terminaron, los platos desaparecieron y, en su lugar, aparecieron pliegos de pergamino con los nombres de los presentes. En el de Victoria se encontraba un nombre desconocido. Siempre había sentido el peso de ser la única mujer de su linaje, y esa noche, mientras miraba el pergamino con su nombre, un escalofrío recorrió su espalda. Desenrolló el pergamino con manos temblorosas, su pulso acelerado mientras sus ojos recorrían las palabras trazadas con tinta oscura.
"Maria Victoria Lith, heredera de nuestra estirpe ancestral, te convocamos al Consejo de los Elegidos. Tu presencia es requerida en la noche del próximo eclipse lunar en el antiguo templo de los Nueve Espejos. Allí, tu propósito te será entregado. No faltes."
Con cada palabra, Victoria sintió el peso de su responsabilidad volverse más real. Sabía que este día llegaría, pero jamás imaginó que sería tan pronto. El Consejo de los Elegidos no era una simple reunión; solo los miembros más destacados y prometedores de la familia Lith tenían el honor —y la carga— de asistir. En ese lugar se tomaban decisiones que definirían el futuro del linaje, y ahora le tocaba a ella demostrar que era digna de la herencia familiar.
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CAMINOS DE SANGRE
FantasyEn un mundo donde las historias de terror narran la posesión demoníaca, pocos han considerado los horrores que acechan en la noche. Esa noche oscura y silenciosa, capaz de infundir terror en cualquier ser viviente, es el escenario de un misterio pro...