SEGUNDO SOL: EL JUICIO DE LAS SOMBRAS

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—La academia tiene sus propios recursos y habilidades especiales. Podemos rastrear su ubicación a través de una serie de métodos... no convencionales. La clave está en un artefacto antiguo que posee la academia. No es infalible, pero es nuestra mejor opción.

—¿Vamos a seguirla? —le susurró Draxar a Thaddeus.

—Sí —respondió Thaddeus con firmeza—. No podemos perder más tiempo. Victoria está en peligro y tenemos que encontrarla.

Celine, con una expresión decidida, sacó de su bolsillo un antiguo artefacto: un pequeño medallón dorado con inscripciones en una lengua antigua. Lo sostuvo en alto, y una suave luz comenzó a emanar de él, proyectando sombras danzantes en el suelo.

—Este medallón tiene la capacidad de rastrear a aquellos que están conectados por un vínculo especial. En este caso, a Victoria, pero solo funciona una vez. Lo estuve guardando para algo importante —explicó Celine—. Nos llevará a ella.

El medallón comenzó a brillar con una intensidad creciente, llenando el lugar con un resplandor mágico que parecía devorar la oscuridad a su alrededor. Las llamas etéreas de la magia del medallón envolvieron el lugar, creando una atmósfera de luz sobrenatural. Eldrin y Thalion, que habían estado en un profundo sueño, se despertaron sobresaltados por la explosión repentina de luz. Sus ojos se abrieron en estado de alerta, buscando comprender la transformación abrupta de su entorno.

Antes de que pudieran procesar lo que estaba sucediendo, la cueva se desvaneció a su alrededor, reemplazada por un paisaje totalmente diferente. La luz del medallón había desencadenado un cambio mágico que parecía llevarlos a otro lugar, otro tiempo. La abrupta transición hizo que Thaddeus cayera al suelo, golpeándose ligeramente la cabeza en el proceso. Aturdido, se levantó con rapidez y miró a su alrededor, tratando de comprender el nuevo entorno.

Frente a él, una figura se perfilaba en la distancia, iluminada por el resplandor del medallón. Al acercarse, Thaddeus vio a Victoria, esta vez sin el velo que solía ocultar su rostro. La luz mágica reveló sus rasgos con claridad. Para Thaddeus, la visión de su rostro desnudo fue como una revelación. Por primera vez, pudo ver la verdadera Victoria, y aunque su corazón se sintió aliviado por su presencia, esa sensación de liberación se desvaneció rápidamente al notar el estado en el que se encontraba.

—Victoria... —murmuró Thaddeus, su voz temblando mientras extendía una mano hacia ella—. ¿Qué ha pasado?

Victoria, al mirar a Thaddeus, parecía estar en un estado de shock, sus ojos reflejaban una mezcla de desesperación y alivio. Su respiración era irregular, y la sangre en su rostro parecía contar una historia de dolor y pérdida.

—¿Qué sucedió con tu velo? —preguntó Eldrin de golpe, su voz cargada de curiosidad y preocupación.

Victoria lo miró con una expresión vacía, como si la pregunta fuera un eco lejano en medio de su tormento interno.

—No creo que eso importe ahora, ¿o sí? —respondió Victoria con un tono cansado, la frustración y la tristeza entrelazadas en sus palabras—. Solo quiero deciros que vuestros padres han sido asesinados... al igual que mi padre y el resto de nuestra familia.

Hizo una pausa, el dolor visible en cada línea de su rostro. Su voz se volvió más quebrada mientras continuaba.

—Vi a mi padre exhalar su último aliento en mis brazos, un momento que se grabó en mi... y... yo no supe qué hacer. Fue una escena que nunca podré olvidar. Me quedé paralizada, sin saber cómo reaccionar. Al igual que ustedes, me quedé sin nada por lo que seguir luchando. La sensación de vacío es abrumadora, pero estoy aquí porque sé que los demás no tienen que pagar por mis errores. No puedo dejar que su sacrificio sea en vano.

CAMINOS DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora