—¿De qué baile hablas, Celine? —frunció el ceño, claramente desconcertado. ¿Había un baile y él no tenía idea?
—¿Acaso nunca me prestas atención? —Celine lo miró con una mezcla de exasperación y burla.
—Ni que fuera tu novio para prestarte atención todo el tiempo —replicó con desdén, encogiéndose de hombros.
—No busco problemas. El baile es mañana por la noche. Lo han estado organizando desde el inicio de clases, y siempre es un mes antes de Semana Santa. Es un día para relajarnos. Algunos se las arreglan para colar alcohol, pero no te metas en eso, está prohibido. En serio, deberías buscar un traje.
—¿Un traje? Ni que fuera a dar un discurso presidencial. Además, no me gustan esos eventos, son demasiado aburridos.
—Vamos, Thaddeus. Es una buena excusa para que te distraigas un poco. Podrías invitar a Victoria, ir juntos al baile —insistió Celine con una sonrisa sugerente.
—¿Victoria? —Thaddeus la miró con sorpresa, como si lo que acababa de decir no tuviera sentido—. No creo que a ella le interesen los bailes.
—Bueno, si no le preguntas, nunca lo sabrás —dijo Celine con una sonrisa desafiante—. Además, ¿quién sabe? Tal vez ella también necesite un respiro.
En realidad, la vidente estaba equivocada. Victoria no tenía el más mínimo interés en asistir a ningún baile. De hecho, detestaba ir a esos eventos, pero cada año se veía obligada a participar en los organizados por su familia al final de la temporada, algo que nunca disfrutaba. Dejó de observar la caja que tenía entre manos y la devolvió a su lugar habitual cuando escuchó el sonido de la puerta. Fastidiada, se dirigió hacia ella, molesta porque odiaba que la interrumpieran.
Al abrirla, se encontró con Nereyda, la hija de Delaciva, quien empujaba un carrito lleno de pergaminos.
—Mi mamá me castigó, así que ahora tengo que repartir estos pergaminos —dijo, extendiendo uno hacia Victoria—. Es sobre el baile de mañana, solo un recordatorio de que la asistencia es obligatoria. No puedes negarte, igual que yo no puedo rechazar hacer esta tontería. Por cierto, me encanta tu velo, es tan... viva la muerte.
—¿Te han dicho alguna vez que pareces un loro?
—Sí —rió Nereyda—, pero no sé si eso es bueno o malo.
—Es malo, al menos cuando estás cerca de mí —respondió Victoria, cerrándole la puerta en la cara antes de que la chica pudiera replicar—. Genial, no solo tengo que soportar los bailes de mi familia, ahora también los de aquí.
Victoria suspiró profundamente mientras se apoyaba contra la puerta, observando el pergamino en sus manos. Sabía que no tenía opción, el baile era obligatorio, pero la sola idea de asistir la hacía sentir frustrada. Miró hacia la caja, la cual parecía brillar con una luz tenue desde su lugar habitual. Aunque trataba de no pensar demasiado en ella, la caja siempre parecía tener una presencia constante en su mente, recordándole que su vida nunca sería completamente normal.
— Vamos, Victoria. Solo tienes que ir y quedarte en un rincón.
Ella se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos, tratando de encontrar algo de paz. Sin embargo, la puerta volvió a sonar. Frustrada, tomó una almohada y ahogó un grito en ella. ¡¿Por qué no podían dejarla en paz?! Se levantó, furiosa, y fue a abrir la puerta, dispuesta a enfrentarse a quien fuera. Pero esta vez no era una molestia.
Frente a ella estaba Thaddeus, con la mirada fija en el suelo, visiblemente nervioso, como si algo lo mantuviera en silencio. Parecía tímido, dudando si decirle lo que tenía en mente. Tras unos segundos de vacilación, finalmente se armó de valor. Al fin y al cabo, no tenía nada que perder. Levantó la cabeza lentamente, mostrándole una sonrisa pequeña, casi tímida, dejando al descubierto sus dientes que lo hacían parecer un poco vulnerable, como un conejo. Sus manos jugaban nerviosamente, traicionando la tormenta interna que lo consumía.
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CAMINOS DE SANGRE
FantasyEn un mundo donde las historias de terror narran la posesión demoníaca, pocos han considerado los horrores que acechan en la noche. Esa noche oscura y silenciosa, capaz de infundir terror en cualquier ser viviente, es el escenario de un misterio pro...