¿Dónde estás? ─ Cap. 6

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         ──── 𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘖𝘮𝘯𝘪𝘴𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 ────

                                   

─ “¿Qué carajos pasa por tu maldita cabeza, niña estúpida?” Preguntó aquel hombre alterado, sujetando fuertemente a la chica rubia de la muñeca mientras la llevaba a una habitación.

─ “¡Sabes que mi único propósito es encontrar la carta de mi padre!” Respondió la rubia, también alterada por el momento. Aquel hombre simplemente no la escuchó y siguió avanzando hasta que por fin llegaron a un almacén algo pequeño. Metió rápidamente a aquella chica rubia y luego él entró por detrás, cerrando la puerta de un solo golpe.

─ “¿Sabes cuántos malditos problemas tuve por tu culpa? Me imagino que no, porque la querida Mei no piensa en los demás. Solo es una maldita egoísta que piensa en sí misma. Igual que su maldito padre.” Dijo aquel hombre, viéndola fijamente, neutral, sin apartar en ningún momento la mirada de aquella joven, quien parecía estar asustada.

─ “No metas a mi padre, sucia rata de alcantarilla. Él fue y será mucho mejor que tú, por algo mi madre lo escogió a él.” Contestó la rubia enojada, pero en el fondo tenía temor por lo que este hombre le podría hacer. Él se quedó callado por unos segundos hasta que nuevamente habló.

─ “Bien, veamos si tu padre puede salir de la tumba y ayudarte, maldita zorra.” Comentó el hombre, dándose la vuelta y cerrando la puerta detrás de él con seguro. La chica, sin saber qué hacer, se quedó unos segundos paralizada, para después tomar conciencia de lo que estaba pasando, yendo así hacia la puerta, golpeándola una y otra vez mientras suplicaba salir.

─ “¡Jasón!, por favor, déjame salir de aquí”, decía una y otra vez aquella chica rubia, mientras sus ojos se cristalizaban. Pero en ningún momento recibió respuesta del otro lado. Ella, sin saber qué hacer, solo se quedó callada, recargada con la espalda apoyada contra la puerta, poco a poco se deslizaba hasta derrumbarse en el suelo y sollozar sin control alguno.

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─ “¿Estás escuchando lo que digo, Matt?” preguntó un hombre de tez negra desde el escritorio, viendo cómo aquel chico castaño tenía la vista perdida en la ventana de la habitación

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─ “¿Estás escuchando lo que digo, Matt?” preguntó un hombre de tez negra desde el escritorio, viendo cómo aquel chico castaño tenía la vista perdida en la ventana de la habitación.

─ “¿Dónde está ella?” preguntó aquel chico castaño, algo confundido y enojado.

─ “Sabes que no te puedo dar esa información, deberías hablar tú con tu madre sobre ella,” contestó el hombre apartando la vista hacia otro lado.

─ “Es ridículo,” dijo aquel chico castaño, dando la vuelta y dirigiéndose hacia la puerta para irse y cerrándola tras de él. Se escuchaba la voz del otro hombre gritándole al castaño que volviera, pero este simplemente lo ignoró y se fue.

El chico castaño caminaba por esos pasillos extensos y confusos de la base. Mientras avanzaba, se encontraba perdido en sus pensamientos y, por supuesto, esos pensamientos tenían nombre, y ese era Mei. El castaño nunca pudo sacar a la rubia de su mente desde que la conoció. Ellos tuvieron una conexión especial, o al menos eso era lo que pensaba aquel chico. Cuando giró a la derecha hacia otro pasillo, notó las piernas de un chico en la ventilación, para después entrar por completo. El castaño se quedó unos segundos pensando en lo que vio, algo desconcentrado por lo que acaba de ver antes, por otro momento más discute si debería ir, pero al primer intento de avanzar siente una mano en su hombro. El castaño se queda paralizado y siente un escalofrío recorrer todo su cuerpo.

─ “¿Qué haces tan tarde por estos pasillos?” pregunta un hombre con la voz fría. El castaño cierra los ojos por un momento para después abrirlos y girarse lentamente hacia el hombre desconocido.

─ “¡Hey! Ya sabes, lo normal, supervisando los pasillos para que todo esté bajo control”, contestó el castaño un tanto nervioso al ver quién era ese hombre desconocido.

─ “Qué considerado, Matt, pero deberías estar ya durmiendo. A tu madre no le gustará que estés despierto a estas horas”, respondió el hombre fingiendo una sonrisa. El castaño le devolvió la sonrisa falsa y quitó la mano de su hombro.

─ “Claro, yo ya me voy, ten una buena noche, Jasón”, comentó el castaño para darse nuevamente la vuelta e irse corriendo de ahí, mientras el hombre lo observa para después avanzar hacia otro lado.

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             ───── 𝘛𝘩𝘰𝘮𝘢'𝘴 𝘱𝘰𝘷 ─────

             ───── 𝘛𝘩𝘰𝘮𝘢'𝘴 𝘱𝘰𝘷 ─────

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─ “Thomas...”

─ “Eres la luz al final del camino, tú eres la cura...”

─ “¿De qué hablas? ¿Dónde estoy?” pregunté confundido ante lo que escuchaba. Ni siquiera podía moverme, estaba completamente paralizado. La habitación era fría y la única luz que iluminaba el lugar era una lámpara de color azul. Fue entonces cuando vi la silueta de una chica que poco a poco se acercaba a mí, hasta que pude ver su rostro.

─ “Thomas, ¿acaso nunca fui lo suficiente para ti?”

─ “Mei... ¿De qué hablas?” pregunté algo desconcertado por sus palabras. Ella puso su mano en mi mejilla con sus ojos fijos en los míos.

─ “Siempre fue Teresa... ¿Qué tiene ella?”

─ “No entiendo lo que dices...”

─ “Te amo, Tommy, pero nunca podrás ser mío...” No sabía qué decir, me había quedado completamente paralizado. Poco a poco, ella se acercó a mí hasta que nuestros rostros estaban a centímetros y finalmente me dio un beso. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, pero al mismo tiempo me sentía tan bien. Sus labios eran tan suaves, tan perfectos...

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¡Hola chicos! Sé que hace tiempo que no subía un capítulo, pero aquí está este y espero que les guste un montón, se me cuidan. 💗

Solo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora