Capítulo 22

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Eeee, esto tiene contenido explícito asi que... Ya saben.... (U•⁠﹏⁠•⁠)

🫧

El agua bajaba de la nación hydro. Su gente celebraba, excepto una persona.

El (falso) arconte hydro suspiró de alivio y se desplomó sobre sus rodillas sintiendo que todo finalmente se resolvió. O al menos casi todo.

Furina corrió entre las calles a paso veloz, su larga cola se mecía con su movimiento. A lo lejos escuchando felicitaciones por todas partes. No es como que eso le importara en lo mas mínimo. De hecho su corazón latía con fuerza, esperando que lo que escuchó hace unos minutos fuera mentira.

Pero no... No lo era...

Neuvillette estaba de pie, frente a la puerta de su habitación, sujetando dos maletas. Cuando se miraron ella notó el cansancio de su mirada. Parecía muerto en vida, y como no... El era un humano...

"Neuvi-"

"Escucha... Todo terminó. Ya no estoy a cargo de nada. En adelante es tu responsabilidad" caminó por un lado de ella sin atreverse a mirarla "adios Furina. Gracias-"

"No!!. Espera, no no no, esto está mal. Esto no puede estar pasando. Este es tu hogar, tu lugar está aquí. Nadie dijo que te fueras-"

"Basta!!. Así es como debe ser. Y este... nunca fue mi lugar..." Avanzó a paso firme con la cabeza agachada.

Furina tomó su manga y lo detuvo

"No te vayas... No me dejes..." Su voz quebrada suplicó

"Por favor... Dejame ir... Estoy cansado... Quiero descansar"

Con esto finalmente lo dejó. El eco de sus pasos se fue desvaneciendo y Furina solo pudo murmurar "Que descanses bien, Neuvillette..."

🫧

Su casa era pequeña. Muy pequeña comparado a su propio cuarto en el palacio.

Suspirando se recostó en su nueva cama. El sol estaba oculto entre el cielo nublado, Furina lo estaba pasando mal?

Da igual, ella merece algo mejor que un mentiroso.

Lagrimas calientes rodaron por sus mejillas. Aún se sentía traicionado, nunca pensó que Furina se revelaría de esa forma con él.

🫧

Todo comenzó el día que su reflejo le pidió hacer de arconte. Todo para salvar a su gente.

Neuvillette nunca vaciló en su decisión, tomando con firmeza su puesto y dando a conocer su lugar. Infundiendo respeto entre su gente pronto lo aceptaron como su arconte.

Pero todo cambió el día de la llegada del soberano hydro, o la soberana mejor dicho. Él esperaba encontrarse con un hombre corpulento o con una criatura de mirada feroz.

En su lugar, lo recibieron dos ojos expectantes de distinto color. Una chica bajita fue lo que encontró en su oficina ese día.

Su cabello llegaba a sus hombros, y dos pequeños mechones azules sobresalían de su cabeza. Pero lo más distintivo era la cola que cargaba. Sus escamas azules y brillantes a la vista.
Era muy hermosa a su parecer.

"Bienvenida sea señorita..."

"No necesito tu formalidad. Me prometiste el mejor asiento, así que aquí me tienes"

Historias Neuvillette/FurinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora