Capítulo 9

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Habían pasado con exactitud 48 horas desde que Furina abandonó el palacio. En ese tiempo también discutió junto a Neuvillette algunas alternativas para que pudiera dejar fontaine con toda seguridad.

Posiblemente no era de esperarse la llegada de alguien... Particular.

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Sus pasos eran firmes. Algunas personas lo miraron y murmuraban a su alrededor, él los ignoró yendo directamente a su destino.

Llegó a las puertas del palacio mermonia, lo miró por unos minutos y avanzó a la entrada. Ambos guardias en la puerta intentaron detenerlo en vano, ya que, con una mirada los dejó helados en su lugar.

Su presencia era imponente, de eso no cabía duda. El personal lo miró cuando se adentró por las puertas, nadie se atrevió a hablar. No fue hasta que casi traspasa a la oficina del ludex que una melusina se sujetó con fuerza a sus piernas. Claro que eso no lo detuvo en lo más minimo.

Su entrada fue... Única(?)

"Guardias!!!" La melusina gritaba mientras se aferraba con fuerza a sus piernas

Estaba en la entrada viendo la mirada estupefacta del dragón de agua y de su acompañante cuando se vio rodeado de varias personas con armas en sus manos

"Qué manera tan cálida de recibirme" el sarcasmo era bastante marcado

Neuvillette tomó el asunto en sus manos y actuó de inmediato

"Por favor retírense. Es mi invitado..."

"Pero señoría-"

"Aprecio tu preocupación, pero todo estará bien, gracias Sedene"

Poco a poco la habitación se vació y Furina pudo ver al hombre parado en medio del lugar.

"Deberías irte con ellos" susurró discretamente

"Estás loco?, no pienso dejarte a ti solo en esta situación"

De nuevo su atención se centró en el dragón dendro. Vestía una playera holgada color arena, bastante desgastada que dejaba entrever parte de su pecho. Su pantalón era sencillo y de color negro junto con unas sandalias a juego.

Su cuerpo tenía una complexión similar a la de Neuvillette. Bastante alto, piel bronceada y su cabello hasta los hombros sujetado en una media coleta dejando un fleco partido a la mitad por su rostro, tenía un singular tono verde; y sus ojos, un par color ámbar que se degradaban hasta un tono esmeralda, bastante distinguible de un humano común.

Pero lo que desde su punto de vista los diferenciaba era la dureza en sus miradas. Neuvillette era muy noble y solemne, en cambio, él mantenía una sonrisa burlona y un aire de confianza que parecía irritarlo.

"Qué tal? Leviatan" finalmente se posicionó cara a cara

"Hola, Apep..."

La tensión podía sentirse a metros de distancia. Todo era muy sofocante.

"Creí que nuestro acuerdo era... 1 semana..."

"Bueno, me aburrí de esperar. Las cosas en el desierto van bastante bien y pensé que no sería tan malo venir"

Se recostó en el sillón a su lado con tanta confianza que parecía que era suyo

Historias Neuvillette/FurinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora