Capítulo 23

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Qué harías si un día aparecen dos niños pequeños que dicen ser tus hijos cuando claramente tu vida social se limita a una persona (arconte) y algunas melusinas?

Bueno, esa pregunta nunca cruzó por la mente de Neuvillette. No siempre tenía tiempo libre y el poco que tenía no lo usaba para pensar cosas sin sentido, por no decir imposibles.

Los deberes en fontaine requerían todo su tiempo y atención, aunque solo una persona podía irrumpir en esa concentración, no solía divagar a menudo.

Pero ese día en concreto tendría una gran sorpresa, que al concluir su día lo dejaría pensando muchas cosas.

🫧

En la ópera epiclese, Furina se reunió con los actores para repasar sus líneas. Libre de sus responsabilidades como arconte tuvo que buscar un sustento (o entretenimiento, como solía llamarlo) para vivir. Se había casado hace algunos años y en la actualidad era madre de un par de gemelos.

Gemelos que no pudo dejar en casa porque no consiguió una niñera y su querida escuela no tuvo clases.

Dejó a sus hijos en el escenario donde por unos minutos estuvieron en paz. Ellos no eran muy ruidosos o extremadamente activos, pero de todas formas eran niños, y qué haces cuando estás en un espacio tan grande sin alguien de tu edad y la persona a cargo de ti está ocupada?.

Eso cruzó por la mente de Ryūji, que caminó por todo el lugar, vigilado de cerca por su hermana "deja de seguirme"

"No, eres impulsivo, te meterás en problemas. Y mamá dice que como soy la mayor debo asegurarme que eso no pase" se cruzó de brazos

"A sí?. Pues alcanzame si puedes" tan pronto como terminó la oración salió corriendo por todo el lugar. Sus pequeñas pisadas resonaron por toda la ópera, lo que no pasó desapercibido por Furina.

Con una mirada de advertencia ambos se detuvieron en seco. Los dos sabían muy bien que colmar la paciencia de su madre no era una buena elección.

Abatidos, se sentaron en el borde de un asiento de la ópera, se miraban entre si tratando de buscar algo para entretenerse sin tener éxito.

Furina sabía bien que los niños son bastante activos a sus cinco años, pero no sabía como tenerlos entretenidos cuando su trabajo estaba asfixiandola.

🫧

En el palacio las cosas no iban mejor para Neuvillette. Al parecer las lineas ley tenían algo extraño, el tiempo parecía cambiar en algunas personas.

Según el informe que sus ojos leían, las personas se veían a si mismas en situaciones del pasado. Al parecer, despues de "un tiempo" todo volvía a la normalidad.

Su ceño se frunció ante las palabras. Todo apuntaba a que el tiempo transcurrido en "el pasado" era equivalente a unas horas en el presente. Esto ya comenzaba a darle dolor de cabeza, así que dejó el papel por un lado y bebió de su copa agua de sumeru. Vagamente se preguntó como se encontraba Furina y que pensaría de este suceso.

Afuera el cielo se nubló y el pensamiento de Furina fue descartado para cambiarlo por uno de sus hijos.

"Ryūji... Luces molesto" las palabras de su hermana lo sacaron de sus pensamientos y con una mirada gélida respondió. "Déjame en paz Viollette"

Ambos niños se encontraban fuera de la ópera. Furina seguía trabajando y ellos pidieron salir para evitar molestarla.

Estaban sentados en las escaleras cuando un brillo proveniente de la fuente llamó su atención. Ambos miraron el singular brillo desde los bordes y de un momento a otro la intensidad se volvió casi cegadora.

Historias Neuvillette/FurinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora