Capítulo 32

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Entre el insesante golpeteo de las gotas contra la ventana y el sofocante calor de la cocina extendiendose a la sala, Ryūji se sentía aburrido.

Hacía horas que su padre y gemela habían ido al palacio mermonia a trabajar, mientras que su madre cocinaba y él simplemente se desplomaba en el sillón.

"Esto es muy aburridooooo" exasperado y arrastrando la palabra dejó que la gravedad lo deslisara de su lugar.

"Si tan aburrido estás, entonces ven acá y ayúdame" Furina desde su lado de la cocina le contestó.

Un resoplido molesto escapó de su nariz y se acercó a su madre. "No se supone que a mis 17 años esté aburriendome aquí"

"Y que quieres hacer?" sin despegar la mirada de la estufa, Furina continuó la charla.

Ella sabía que su hijo era bastante aventurero (imprudente), pero no podía simplemente romper su rutina y saltarse comidas solo porque él estaba de mal humor.

Ryūji no dijo nada y en cambio solo sopló su flequillo a un lado. Tenía mas que claro que molestar a su madre para salir un rato a caminar bajo la lluvia no era una opción.

"No lo sé... Por qué no vamos a liyue?, esa chica famosa Yun-jin dirige una ópera, todos piensan que será genial"

Finalmente Furina lo miró a los ojos. Eran casi como un espejo de los suyos, pero mientras que los de ella eran como dos océanos diferentes, los de su hijo eran como un abismo y un mar muy profundo.

"Ir a liyue en plena semana no le conviene ni a tu padre ni a tu hermana. Mejor no los molestemos"

"Siempre dices eso...." Murmuró para si mismo. Aunque en el fondo sabía que sus padres los querían a ambos, él siempre sintió que su hermana encajaba mejor en las expectativas de ellos.

Furina miró en silencio su tormenta interna. Se acercó despacio y pasó una mano por su cabello, deslisandolo suavemente arriba y abajo.

"Siempre podemos preguntarles. No te desanimes, si?" Su sonrisa tranquilizadora contagió al joven, que rápidamente la imitó y le ayudó a servir la comida

La lluvia afuera era más intensa que nunca y a ambos les llevó a preguntarse que pasaba en el palacio.

🫧

Neuvillette nunca fue ajeno a ver a las parejas jóvenes dentro de la oficina. Pero por alguna razón le molestaba con creces que los jóvenes se acercaran a una chica. Más específicamente a SU hija.

En ese momento había terminado de firmar unos documentos, por lo que los llevó a fuera para que Sedene los recogiera y organizara en una pila.

Fue justo cuando terminó de entregárselos que vio a un chico familiar.

Desde que lo contrataron no había parado de dirigir su atencion a Viollette. Al inicio solo dándole los buenos días, después, tardando más con los documentos en mano para entregárselos y ahora incluso le pedía salir a una cafetería.

Neuvillette observó desde la distancia sintiendose cada vez más molesto. Para el personal no pasó desapercibido el cambio de humor tan repentino del juez. Todos guardaron silencio y se alejaron despacio.

Historias Neuvillette/FurinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora