22- Siempre es perfecta

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Berli Adamas

Desperté desorientada con el olor a hospital y lo sabía claramente porque los odio desde pequeña. El sonido de la máquina a mi lado me producía unas fuertes punzadas, adaptarse a la luz de la habitación me tomo algo de tiempo y mi garganta se sentía tan seca como si estuviera en un desierto, con raspaduras.

- Agua- dije lo más despacio posible divisando la figura de Alex a mí lado.

¿Qué hacía aquí? ¿Qué me ocurrió?

Mi mamá estaba dormida junto a mi padre en una especie de sofá que a penas pude detallar ya que Alex acercó ese preciado líquido a mi boca. Para que bebiera.

- Despacio, respira no te apresures- me indico mirándome con cierta intensidad que hacía que mi corazón latiera en el pecho como una colegiala.

Entonces vinieron a mí el recuerdo, yo en un vestido rojo hermoso, Tara animandome a qué le confesera mis sentimientos por fin a Alex, los nervios de por fin pasar una noche juntos, el auto y luego las luces, el miedo. Pensé que sería el final.

Alex nota el cambio en mí y me saca de mi mente apretando mi mano.

- Tranquila Berli, aún estás delicada , saliste de una cirugía muy complicada. Así que respira voy a llamar a el doctor.

Asiento aturdida y observo como se marcha pero antes despierta a mis padres que vienen a dónde estoy yo. Mamá es la primera con lágrimas en los ojos.

- Oh cariño, mi pelotita. Gracias a Dios- me abraza y mi padre la reprende.

- Cuidado con el oxígeno- advierte y ella lo mira mal, quiero reír pero no me sale.

Ya que me da un poco de dolor en el abdomen, me siento como el cuerpo dormido, supongo que será algo de la anestesia Alex dijo que me operaron aunque no menciono de qué, debo preguntarle al doctor, ya que mis piernas se sienten raras. Pero bueno no puedo mirar de este ángulo.

Y menos con las punzadas en la cabeza.

- Señorita Adams- entra un grupo de doctores con Alex, seguido de una enfermera.

- Veo que está perfectamente, nos alegramos mucho tenerla entre nosotros. Ahora la examinaremos ya que tuvo una cirugía muy delicada debido al impacto del accidente.

- Sobre eso doctor, sería posible que volviera.- mi madre pregunta sollozante y mi padre la calla con una mala mirada y un apretón dejándome más que confundida.

Alex tampoco dice nada y creo que me están ocultando algo.

- Les voy a pedir a todos que salgan y nos dejen solos con la paciente.- les pide uno de los doctores a mis padres los cuales asienten a regañadientes.

Se hace un silencio mientras salen y se dirige está vez el mismo doctor a Alex.

- Usted también señor Hamilton.

- Yo me quedo doctor- interrumpe Alex al doctor y toma una de mis manos - Ella es mi esposa.

Su voz retumba en la habitación sin dejar nada para la discusión con su tópico carácter dominante. No deberían emocionarme tanto estás palabras, pero lo hacen y hay tanta sinceridad en su rostro que mi corazón da volteretas. Y me gustaría tanto abrazarlo y besarlo en este instante.

Puedo que esto sea real, muy real.

- Bueno- suspira el doctor rendido- Lo mejor entonces será que nos de espacio para examinarla.

Hamilton asiente y se coloca al lado del sofá como un Alcón vigilante. Se ve tan sexy con uno de sus trajes.

"Tan comestible"-

Joder Berli, sacudo esos pensamientos y me concentro en las preguntas de los doctores. Comienzan a examinarme los signos vitales, las mucosas, escucho una parte de que estoy un poco deshidratada y luego continúan con su lenguaje médico.

Miro a Alex y el me guiña un ojo haciendo que se me escape una media sonrisa y regrese la atención a los doctores avergonzada.

Me piden que apriete sus manos y luego que intente mover mis piernas, todo va bien hasta ahí.

Hasta que destapan mis piernas y compruebo que no puedo hacer lo que dice el doctor, no del todo.

Una de ellas obedece, pero la otra...

- No la siento doctor, no puedo - digo asustada sintiéndome impotente - ¿Qué me pasa? ¿Por qué está dormida?- me desespero buscando respuestas en los rostros de los médicos los cuales permanecen neutrales sin apice de alguna emoción que me diga algo.

- Berlí- dice Alex intentando acercarse y niego.

Esto es lo que me estaban ocultando.

- ¿Qué - toso en un ataque donde mi garganta arde y me cuesta respirar y hablar al mismo tiempo.

- Tranquilicese señora Adams por favor, esto no le hace bien. - indican pero niego a la vez que se me escapan lágrimas por la frustración, la impotencia y el no saber que es lo que me sucede.

Alex se acerca y me abraza apartando a los médicos.

Y lucho contra él hasta que la enfermera me inyecta un sedante y caigo en la oscuridad con su olor mientras acaricia mi pelo y me susurra que "todo estará bien, mi amor. No dejaré que nada ni nadie te haga daño. Ni si quiera tú misma".

Sus labios se sienten como un sueño lejano a la vez que su voz, después no siento nada.


#

Pov. Alex Hamilton

Depósito a Berli en la cama del hospital después de acomodar su cabello para salir detrás del team médico.

El team que mandé a buscar directamente de Estados Unidos cuando su cirujano me informo de las posibles secuelas que tendría mi mujer. Es mía, de eso no tengo dudas. El miedo que sentí cuando me informaron del accidente fueron suficientes para hacerme aceptar de una vez por todas lo que siento por esa chica.

Y que la quiero por el resto de nuestra vida. No sé si ella está preparada para mí y eso me asusta, pero no la dejaré ir no importa lo que tenga que hacer.

Nada más cerrar la puerta de la habitación de hospital su madre se abalanza sobre mi dándome una cachetada.

- ¡Todo esto es tú culpa!- solloza y su marido la agarra- Por tú culpa mi hija está así.

- Disculpela señor- mi suegro la agarra en vano ya que me mira furiosa como ayer-

- Disculpa nada, no ves que ahora seguro la abandona, todo esto su culpa. Si mi hija queda coja o inválida -

- ¡No digas eso Leonora!- la vuelve a reprender el padre de Berli y se la lleva lejos por el pasillo mientras yo me dirijo hacia los doctores los cuales me esperan.

Y tengo algo claro, sé que no soy médico pero daría mis piernas, mi corazón y mi vida por la mujer que está ahí dentro. Así mismo todo mi dinero si hay una mínima posibilidad de que vuelva a brillar por ella y cumplir sus sueños. Y en caso de que no sé pueda la amaré con cualquier condición física, para mí siempre es perfecta.

Curvas PerfectasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora