1- No eres menos que nadie

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"Haz que los imposibles se vuelvan realidades que puedas alcanzar"

Anónimo

Pov. Berli Adams

- Hasta cuando vas a estar mirando ese poster y suspirando- la voz de mi amiga Tara me saca de mis pensamientos haciendo que la mire y suelte el pequeño cartel como si quemará entre mis dedos.

- Sabes lo que pienso- continúa hablando y me preparo para su discurso motivador de mejor amiga.

La cuestión es que ambas estudiamos en la Universidad de Diseño de Londres, y este es ya nuestro último año, debería ser el mejor, el más alocado y tendríamos todas nuestras metas cumplidas así como una perfecta empresa para la cual trabajar en unos meses ya sea como diseñadora o como modelo.

Pero ahí radicaba el mayor problema, yo soy la típica chica rellenita con demasiadas curvas y sujetador de gran talla, mis pómulos pueden ser comparados con dos pelotitas de pin pon, siendo mis ojos azules lo que más resalta de mi cara de tez clara con una cabellera color zanahoria que cae libremente como cascadas en ondas hasta mi cintura, siendo mi arma de invisibilidad para pasar desapercibida en este mundo cruel de personas elitistas que piensan que pueden menospreciar a los demás por su físico. Ojalá pudiera decir eso en voz alta y mandarlos a todos a volar. Pero se que no tendría caso alguno y por eso mis sueños de ser modelo han quedado en eso.

Cómo un amor platónico que sabes que estará bien de lejos y nada más.

Tara es lo contrario a mí, todo belleza curvas correctas, pero paso por algo en su segundo año que la hizo cambiar y esconderse conmigo detrás de ropa demasiado holgada. Lo cual nos hace a ambas las parias sociales de esta Universidad.

El discurso de Tara se ve interrumpido por la llegada de Aschley así como los spaguetis que caen sobre mí con toda la salsa escurriendo sobre mi cara, producto de su actuar elitista de perra.

- Oh por Dios- jadea Tara horrorizada levantándose para ir hacia mí que me quedo completamente paralizada apretando los puños como cada día.

- Ahora esa camiseta luce mejor- se burla uno de los secuaces de Ashley mejor llamada Ría y las otras chicas que la siguen ríen.

- ¡Yo te voy a enseñar que se ve mejor maldita perra!- Tara intenta ir a por ella pero la freno colocando mi mano en su brazo.

Quiero salir lo más rápido de aquí y esconderme debajo de una piedra ante las miradas burlonas de todos con el show diario de la rubia que ha hecho mi vida imposible desde primer año de la Universidad. Todo por no ser como ella y tener un cuerpo perfecto, así como una vida perfecta.

Pero en cambio soy yo la que miro con horror como Ashley toma el póster arrugado entre sus dedos y cuando lo lee me mira y ríe en voz alta haciendome sentir lo peor del mundo.

- ¿En serio crees que una gorda como tú ganaría esto?- señala con sus uñas hacia el anuncio de la nueva campaña de lencería en la empresa fundadora de la Universidad, la mejor del país y en diseño de lencería y me lo restriega en la cara. Puedo sentir como mi corazón se rompe con su mirada cruel y burlona acusándome por aspirar a algo imposible, mis ojos pican y se me dificulta tragar y la gota que rebasa el vaso son la manera que escupe sus siguientes palabras - Tú solo eres una gorda asquerosa, quién quisiera verte en ropa interior -

Sus palabras y las risas de todos los presentes en el comedor me persiguen mientras me levanto. Tara me habla pero no la escucho, solo un pitido molesto en mis oídos.

Tropiezo cayendo en mi huida camino a la salida del comedor y ya no puedo contener mis lágrimas que se derraman sin parar cayendo alguna en mis labios sintiéndose dulces y a la vez saladas por la salsa del spaghetti.

- Vámonos de aquí- susurra mi mejor amiga ayudándome a levantarme y al fin salir para poder respirar.

Cada paso es más duro, y las palabras de Ashley son como un crudo golpe de realidad.

Tal vez solo debí quedarme con mi madre y escuchar sus palabras. Tal vez ella y todos tenían razón. Tal vez solo el diseño nunca estuvo hecho para mí y no debí perseguir mis sueños como una tonta niña ilusa. Después de todo terminaré en el mismo lugar, sin un empleo y trabajando en el restaurante de comida familiar.

#

La tarde me la tomo libre después de lo sucedido. Tara me deja en mi apartamento después de asegurarle como diez veces que estaba bien aunque por dentro aún estuviera sangrando con cada burla. Cualquiera diría que debería estar acostumbrada tras cuatro años teniendo a Ashley como torturadora, pero nada había Sido como hoy.

Nadie se acostumbra a que te hagan bullying.

Saludo a mi corserje antes de dirigirme al ascensor y maldigo cuando recuerdo que tenía un cartel bien grande está mañana anunciando que esta roto hasta nuevo aviso.

Hasta mi edificio me odia.

Subo las escaleras hasta mi tercer piso pensando que me dará un ataque cardíaco, nunca he sido muy fan del deporte, soy algo vaga y lo evito a toda costa. Las veces que he intentado empezar a hacer algo de ejercicios me rindo antes de empezar. Por eso llegó con la lengua afuera a mi puerta y una vez estoy dentro me rindo cayendo sentada en mis cuatro paredes que son como un cajón compuesto por una salita, cocina pequeña y una habitación. Lo único que pude pagar con la mensualidad de mis padres y mi trabajo a medio tiempo en el café de la Universidad, que por suerte no tuve turno hoy en el día.

Cierro los ojos y disfruto el silencio. Mientras me debatí en como terminar con este Infierno. Una parte de mí quiere esperar a la graduación, pero otra muy cobarde quiere dejar la carrera y volver a mi pueblo natal a la seguridad de mis padres.

Pero entonces recuerdo las palabras de Tara de cada día

"No dejes que nadie te haga sentir menos de lo que eres Berli y eres una chica hermosa y valiente que persiguió sus sueños. Hasta Ashley quisiera ser tú"

Pero por otro lado están las palabras crueles de Ashley.

Mi debate mental es interrumpido cuando pasan un sobre por la puerta y cae a mi lado dejándome confundida ya que estoy sentada en el suelo con la espalda contra la puerta.

Lo tomo entre mis manos y tardo un poco en levantarme para abrir la Manilla de la puerta y mirar quién fue el que pasó dicho sobre. Pero no hay nadie, el pasillo frente a mi puerta está completamente vacío dejándome confundida.

Por lo que vuelvo a cerrar y miro el sobre entre mis manos abriéndolo con curiosidad por lo que podría ser, ya que se encuentra sellado.

Quizás una carta de mamá o alguna invitación de algo del pueblo. Miles de ideas pasan por mi cabeza pero nada de compara con la realidad que hace que mi corazón cobre una mínima ilusión y quiera volver a la vida.

Curvas PerfectasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora