2.1 Crush y Amenazas

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Berli Adams

Aprendí que la vida nos da momentos de felicidad efímeros. Ese instante justo dónde crees que todo puede ir perfecto pero ocurre un desbalance demostrando que no es así.

Así como el hecho de que hay personas malas en el mundo; y no soy quien para jusgar; es algo que no me gusta. Pero hay que ser un psicópata para estar meses de acoso intimidado a las personas; al principio pensé que se trataba de alguien lo suficientemente resentido; un ex, como la rubia que apareció en la fiesta frente a Alex. Pero después de esta noche y las palabras escritas en rojo simulando sangre, no me cabe duda que se trata de una persona enferma mentalmente.

"Separados o muertos"

Dos simples palabras

- Todo estará bien- esas fueron las palabras de Alex cuando ahogue mis sollozos en él tras mi grito de terror. Intentando calmar el ataque de pánico en que me sumergí.

Y es que esto es mucho peor que recibir bullying en la facultad.

Es una amenaza clara con nuestra vida. Y está persona no piensa dejarnos en paz nunca.

Cuando creía que podíamos avanzar más.

Y ahora me da mas temor no solo por mí, si no por el secreto que le guardo a mi esposo; él cuál pensaba contarle estos días. Pero ahora mismo no sé si sea lo mejor, mientras carga con mis miedos y los suyos.

- Tenemos que hacerlo parar - es todo lo que me sale decir y asiente besándome para sacarme de ahí.

Me encanta el sabor de sus labios, es como un poco de paz.

- No mires amor, mandaré a que limpien esto.

Asiento robóticamente ante sus palabras. Y me entran náuseas con solo mirar las letras nuevamente, sin poder evitarlo. Las tripas se me revuelven al igual que el corazón.

Alex me deja en la habitación de huéspedes ordenandole a nuestro mayordomo que me traiga agua y unos calmantes. Lo escucho gritarle al personal de la mansión.

Yo solo me acurrucó en posición fetal cerrando los ojos.

Obviando que todo es un caos en estos momentos.

Debo ser fuerte

Debo ser fuerte

Repito como una mantra en mi cabeza.

Y por más que evito dormirme después que me traen los medicamentos termino sucubiendo en la oscuridad.

No siento ni si quiera el momento en que Alex se llega a acostar.

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Mis ojos se abren lentamente con el sol que se filtra por las cortinas de la habitación. Palpo a mi lado pero no hay nadie, solo estoy yo en la inmensa cama. Por un momento estoy confundida, ya que está no es mi habitación matrimonial.

Pero en seguida vienen a mi los recuerdos y salgo a correr hacia el baño de la habitación cayendo de rodillas frente a la tasa vaciando mi estómago. Lo que más sale es líquido y bilis. A penas comí ayer, y no por el incidente precisamente. Aunque si hubiera ocurrido antes creo que tampoco hubiera podido probar bocado.

A penas pude disimular ayer con la champagne y los olores en la fiesta. Cada vez me era más difícil controlar a mi cuerpo.

Y me preocupa Alex.

Joder gruño cuando reparo la hora las 10 am.

Me ducho y lavo bien mis dientes antes de ir a mi habitación a por mi ropa. Cubro mi cuerpo con dos toallas una grande para mi cuerpo y otra para el cabello. Miro hacia los lados para no toparme a nadie del personal y corro en puntillas hacia la misma.

Curvas PerfectasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora