Capítulo 2

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Narra Emma:

Estábamos ya en el barco cuando el capitán se nos acercó, y muy serio nos dijo:

-Vosotras debéis de ser las ganadoras del concurso ''Nada con delfines''.

Yo le di un codazo a Megan para que contestara porque a mí me daba vergüenza hablar, y ella le dijo muy resuelta:

-Sí, somos nosotras. Yo soy Megan y ella es mi prima Emma.

-Encantado Señoritas, yo soy el Capitán Don Gustavo Adolfo Luis Fernando Bartolomé ...  pero podeís llamarme Capi.

-Vaaaaleeee- contestamos Megan y yo alucinadas por su largo nombre.

-Señoritas podríais hacer el favor de poneros el chaleco salvavidas, no pasa nada pero es por precaución- nos informó Capi.

Nos preocupemos y corrimos a coger un chaleco. No queríamos morir en medio del mar.
Entramos al barco ayudadas del capitán  pues este era un poco inestable.
El capitán fue a su puesto y el barco zarpó.
-¿Y cómo es que usted sabe español si vive en California?- le preguntó Megan para poder entablar una conversación.
-Señorita aquí estamos en la parte sur de Estados Unidos, y casi todos procedemos de México- le respondió el capitán.
-Ya decía yo que ese acento lo había escuchado por algún sitio, es que verá señor, yo tengo un vecino que es mexicano y tiene un tono de voz muy alto, por lo que yo ya estoy muy acostumbrada a su forma de hablar- le informe.
- Y ustedes señoritas, ya se que son españolas, pero ¿de que parte exactamente?- nos preguntó Capi.
-Somos las dos de Madrid, pero también tenemos familia en Zaragoza.
- Madrid es una ciudad preciosa y con un clima estupendo- nos dijo Capi.
-Sí, la verdad es que estamos contentas de poder vivir allí- dijo Megan recordando nostálgica la ciudad en la que creció.
-Bueno señoritas, es hora de que se vayan poniendo los trajes de submarinismo, porque en 15 minutos llegamos al lugar en el que se encuentran los delfines.
Tras esto el capitán nos tendió los trajes y las botellas de oxígeno. 
No teníamos ni idea de como utilizarlo por lo que nos dio una rápida explicación sobre que hacer con las botellas de  oxígeno, señas que teníamos que  hacer por si no podíamos salir del agua y estábamos en peligro  y todos esos rollos a los  que Megan estuvo muy atenta,  pero yo pensaba en mis cosas.
Espera a conocer a algún chico aquí en Los Ángeles.  El problema sería si el chico no sabía español,  pues yo no es que me defendiese muy bien en inglés.
Me imaginaba como sería el chico.  Yo nunca antes había tenido novio,  tenía dieciséis años.  Sólo había visto llorar a mi prima por un chico que tras dos años la dejó. Por eso decidí no encapricharme en España.  Pero aquí puede que los chicos sean diferentes,  tengo la esperanza.
Además se podría venir a vivir a España.  O también podía yo venir aquí a Estados Unidos para ir a la universidad,  porque pese a que yo no quería,  mis padres me obligaban a hacerla.  Así que  les metería un rollo sobre que aquí la calidad de mi educación sería mejor y todo eso.
Si es que  cuando me pongo a pensar soy inteligente.
Mi prima me sacó de mis ensoñaciones con un codazo y susurrándome que si me había enterado de algo.  Yo lee dije que de todo y ella puso los ojos en blanco,  típico de ella.
Tras esto me dijo ''ya hablaremos luego''.
Veía lo que iba a pasar: Megan la responsable me echaría una chapa y me arruinaría las vacaciones.  Me haría ir a todos los sitios aburridos a los que  ella va y no conocería al amor de mi vida y tampoco estudiaría en Estados Unidos.  Mi futuro estaba siendo tirado por la borda.

Continuará...

La isla Dizzley (Wattys 2016,  #oreosawards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora