Capítulo 16

114 14 10
                                    

Narra Emma:

Ahora ya conoceís mi secreto. Todo este tiempo me había dedicado a actuar. Me había sido un poco difícil, en especial con mi prima Megan, porque aunque, esto que voy a decir ahora no lo sabe ni ella ni sus padres, yo soy adoptada. Me adoptaron de bebé y como mis padres tenían mucho dinero se lo pudieron permitir. Pero ellos no me dijeron nada hasta que tuve 13 años. Durante mi niñez, ellos me habían consentido todos mis caprichos,y el día en el que me dijeron la verdad entendí el porque de todos aquellos días de mi infancia. Aquel día, me enfadé tanto que hice la maleta y me fui de casa. Me fui a casa de una amiga. Yo a esa edad ya disponía de una tarjeta de crédito asociada a la cuenta demos padres, así que podía hacer lo que quisiese. Mi amiga también estaba un poco harta de sus padres, así que decidimos irnos a dar una vuelta al país, ya que habain pasado ya dos meses demo escapada. Estuvimos 2 años dándonos a la buena vida. Hasta que un día conocimos a un hombre, se hacía llamar el gran jefe. Nos contó que tenía un plan para destrozar a mis padres y a sus compañeros de trabajo. No nos dijo la razón, pero nosotras aceptamos. Nos dijo que teníamos que volver a nuestras casas y hacer como si nada hubiese pasado. Luego nos dijo que hiciésemos como que no nos conocíamos y que yo me tenía que hacer la mejor amiga de Megan. Así que esos dos años se hicieron eternos, yendo de tiendas, a fiestas de pijos, a hacer la manicura... Hasta que llegó el momento que me dijo ese hombre. Me dijo que mi instituto organizaría un concurso para ver a algún animal marino, ahí fue cuando me pusé en contacto con mi amiga para decirle que tenía que ir al lugar donde nos había dicho el hombre. Desde ahí, mi siguiente tarea fue convencer a Megan de que nos teníamos que apuntar a ese concurso. No tuve que rogarle mucho, y además fuimos las únicas en apuntarnos. Y ya el resto de la historia la conocéis, pero cuando Megan y los chicos dormían, yo iba a la sede central a que el gran jefe me dijese que iba a ocurrir en ese día. Y ahora ocupo el puesto de subdirectora de la misión, y yo sería la que tomaría muchas de las decisiones de esta segunda y durísima fase.

Narra Megan:
Seguimos el camino, y nos dirigimos a la cabaña. El hombre, que por fin nos dijo su nombre, Harry, nos dijo que teníamos que ir solos, que el se quedaría en aquel lugar libre de cámaras, para que los vigilantes no lo viesen. Y eso fue lo que hicimos pero él nos había dado unos pinganillos que no se podían captar con ningún tipo de radar, y así nos podríamos comunicar con él.
-¿Tú crees que podemos fiarnos de Harry?- me preguntó Edward.
-Creó que si, si conoce nuestros nombres y a nuestros padres, le deberiamos hacer bastante caso-le dije yo.
Seguimos caminando, el lugar sin cámaras estaba justo en la otra punto de la isla. Tomamos el camino más corto, pero ala vez peligroso para llegar, el centro de la isla. Cada uno iba absorbido en sus pensamientos. Hasta que se me ocurrió preguntarle a Edward:
-¿Crees que ellos estarán bien?
-Peter sabe defenderse bien, y creo que habrá hecho lo mismo con Emma. De Eric no estoy tan seguro- respondió Edward.
-Esperó que estén bien. Pero una cosa¿y si no están en la cabaña?- le pregunto.
-Bueno creo que igual han dejado alguna nota o habrá huellas o alguna pista. Cuando lleguemos allí, veremos lo que hacemos. ¿Te parece?- me dijo.
Yo asentí. Seguimos yendo hacia la cabaña. Como no los encontrará allí, me los cargaba en cuanto los viera. Habían pasado ya 4 horas y seguíamos caminando. En ese momento Edward me dijo:
-Megan,¡ cuidado con la...- se paro, yo lo iba mirando, en ese infante me giré y vi una rama en mi camino- rama!
Caí al suelo de bruces, me hice mal en el tobillo. Edward me ayudó a levantarme.
-¿Estás bien?
-Si, pero me hace mucho mal el pie. No puedo andar. Auch...
En ese momento se escuchó por el pinganillo:
"-Rápido, tenéis que seguir, no podéis parar ahora. Hacer lo que queráis pero tenéis que encontrarlos, puede que no estén vivos por mucho tiempo..."
Eso hizo reaccionar a Edward que me dijo:
-La única forma de llegar allí es que carge contigo encima- me dijo él.
Y antes de que pudiese ni siquiera contestarle, ya me encontraba en sus brazos.
-Edward, bajame, que te vas a hacer mal. No queremos más lesionados.
-Que va Megan,si tu eres un peso pluma.
Él seguía corriendo, cuando yo le dije:
-Prometeme que cuando lleguemos a la catalán descansaremos un poco. LOS DOS- le recalqué esta última parte.
-Vale, pero sólo una hora. Además me parece que todavía nos queda algo de vendaje en el botiquín de la cabaña.
-¿Tu sabes algo de primeros auxilios?Porque yo o tengo ni idea.
-Si, di un cursillo en el instituto, junto con Peter.
-Vale.
Llegamos a la cabaña, y Edward me ayudó a ir hacia la habitación, allí me vendó el pie y se fue a por algo de comer. Después volvió y comimos juntos. Tras esto decidimos echarnos una siesta. Edward me abrazó y me quedé dormida en un instante.

Narra Edward:
En el momento justo en el que me quedé dormido, me pitó mi pinganillo, sólo el mío, el de Megan no. Era Harry:
"-Deja sola a Megan y ves a buscar a los otros dos. La chica se ha ido. Si le pasa algo Megan te aviso. Rapido, antes de que se enfrenten al siguiente desafío."
No entendí ni una palabra de la que me había dicho Harry, pero si era verdad que Emma había desaparecido, Megan no me lo perdonaría. Debía encontrar a Peter y a Eric rápido.

Continuará...

La isla Dizzley (Wattys 2016,  #oreosawards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora