Capítulo 10

206 17 8
                                    

Narra Emma:
Al ver la nota, nos pusimos todos histéricos, pero no por la desaparición de Eric, sino porque o lo encontrábamos o desaparecería uno de nosotros.
-Tenemos que separarnos para buscar a Eric. Lo haremos por parejas, yo con Megan y Peter con Emma. O como queráis. Unos explorarán el centro de isla y el bosque cantarín y otros la ciudad de las luces y la playa. Luego nos reuniremos todos en la zona de los gatos. ¿Os parece bien?- dijo Edward.
-Vale, cada pareja lleva un reloj y a las seis en punto nos encontramos donde los gatos.¿De acuerdo?- dijo Peter.
-Vale- dijimos las dos al unísono.
Edward y Megan se fueron por su lado y Peter y yo por el nuestro. Nos dirijiamos hacia el bosque cantarín, cuando de repente Peter me dijo:
-¿Te ha hablado algo Megan sobre Edward?
-Bueno...¿y a ti Edward de Megan?- le pregunté yo.
-Bueno...-me respondió él.
-¿Eso es un si verdad?- le dije yo.
- Si, y lo tuyo también es un si. Si es que esos dos van a acabar juntos- dijo Peter.
-Si, y nosotros vamos a hacer todo lo posible para que acaben juntos y pasen una agradable estancia en esta paradisiaca isla- concluí yo.
-A mi me parece bien. Esta noche si quieres nos vamos nosotros a dormir y que ellos se queden un rato en el sofá hablando- dijo Peter.
-Vale. Pero creo que deberiamos seguir buscando a Eric, porque como desaparezca alguno de esos dos, el otro se llevará un disgusto enorme y nunca podremos salir de la isla- le dije a Peter.
Seguíamos adentrándonos en las pofundidades del bosque cantarín, tras recorrerlo entero descubrimos que no había rastro ni de sangre ni de nada, así que Eric no había pasado por allí.
Nos fuimos para el centro de la isla, el cual yo desconocía, todavía. En el centro de la isla no había más que árboles como los que rodeaban la cabaña. Al adentrarnos en el centro de la isla, pasamos por la cabaña,aprovechamos para comer algo a escondidas de nuestros amigos. Tras esto, patruyamos todo el bosque del centro del centro de la isla. Tampoco encontramos nada.
-Bueno, ¿que te parece si nos vamos a dormir un poco a la cabaña ponemos la alarma dentro de media hora y después le preparamos la cena a los dos tortolitos?- preguntó Peter
-Vale, y luego vamos a encontrarnos con ellos al bosque de los gatos azules.
Así que eso hicimos. Les preparamos una deliciosa y romántica cena y luego nos fuimos a dormir un rato. Con lo que nosotros no contábamos era con que ellos no podrían disfrutar de aquella maravillosa noche que les habíamos preparado...

Mientras tanto, narra Megan:
Me había quedado a solas con Edward, pero durante la primera media hora no ocurrió nada, ninguno de los dos había dicho nada. Pero justo en ese instante Edward me habló:
-Sabes que siento su has dormido mal esta noche por estar en mis brazos. Si no te gustó te prometo que no volverá a ocurrir- me prometió un poco avergonzado.
-No, he dormido genial. Esta noche tus brazos me han servido para calmarme. Estaba muy asustada por todo lo que había acontecido durante el día.
-Pues, de nada...
-Yo por mí dormiría así todas las noches...- le dije ruborizándome un pelín.
-Eh... Oye Megan...¿puedo hacerte una pregunta?- me dijo esperando ansioso mi respuesta.
-Si Edward, puedes preguntarme siempre lo que quieras- le respondí.
-¿Tú... en Madrid... tienes.....- me dijo temeroso.
-Edward,¿tienes qué?- le insistí.
-¿Tienes novio?- me preguntó.
Yo en ese momento me quedé muerta, porque yo creía que me iba a decir que si tenía algún animal o algio así, pero nunca me hubiera esperado esa pregunta.
Al ver que no contestaba, Edward me dijo:
-No pasa nada, sino quieres responder no pasará nada, no me enfadaré. Te lo juro, yo...- y ahí fue cuando le corté diciéndole:
-No, no tengo ni he tenido ningún novio ni en Madrid ni en ningún sitio, porque mis padres no me dejaban salir de casa por si me pasaba algo, al se ellos unos científicos famosos...¿Y tú, Edward?- le pregunté. Él tampoco se esperaba esa pregunta.
-Yo... tampoco. Me pasaba lo mismo que a ti con tus padres- dijo él.
-Bueno si quieres, cuando salgamos de la isla, podríamos quedar a tomar un café o lo que tú quieras- le dije yo muy lanzada.
-Vale, me parece buena idea.
Tras esto, él me apartó el pelo de la cara y situó sus manos en mis mejillas. Yo me fui acercando lentamente a él y justo cuando nuestros labios estaban a punto de unirse se oyó un fuerte grito de auxilio que provenía de la playa.
-¡Socorroooooo!- parecía la voz de Eric.
-¿Ese no es Eric?- preguntó Edward.
-¡Si! ¡Corre vamos!- dije yo un poco enfada con Eric por estropearme aquel momento con Edward.
Llegamos a la miga de galleta y nos encontramos con un Eric muy ensangrentado, por lo que decidimos llevarlo a la cabaña. Ya luego iríamos a avisar a nuestros amigos de que habíamos encontrado a Eric, ya que ahora nuestro principal objetivo era salvarlo.
Llegamos a la cabaña a duras penas, y justo cuando entramos, nos encontramos con una cena romántica para dos personas.
-¿Ya sabes quien ha preparado todo esto verdad?- me dijo Edward. Lo sabíamos ambos porque se oían los ronquidos de Peter desde el comedor.
-Lo aplazamos para otro día,¿ Vale Edward?- le dije guiñándole un ojo.
En todo este tiempo Eric no había hablado porque estaba inconsciente. Al oír voces Peter y Emma salieron de la habitación.
-¿Qué ha pasado?¿Dónde estaba?- preguntó alterada mi prima.
Les contamos todo a ambos y les dijimos que nos había gustado mucho la sorpresa y que la aplazábamos para otro día.
Tras esto, Emma, Peter y yo fuimos a curar a Eric. Me sorprendió que en la cabaña hubiese hasta un botiquín. Edward no vino con nosotros porque se narraba al ver la sangre.
Después de curar a Eric, este recuperó la conciencia y se quedó dormido en la cama de Emma.
Nos fuimos los cuatro a cenar y después nos fuimos a dormir. Al final decidimos dormir como la noche anterior, yo con Edward y Emma en mi cama.
Al día siguiente nos despertó un ruido en la puerta.
Fuimos a ver que o quién era, cuando llegamos descubrimos otro papel en el que según puede leer rápidamente ponía "No os separéis, no sabéis de que son capaces. Una persona que os ayuda"
A los diez segundos de haber abierto la puerta y que sólo yo haya leído la carta, apareció un gato azul y me la quitó de las manos para luego irse.
Les conté lo que había leído a mis compañeros en la habitacion, para que Eric también se enterase. Ahí fue cuando nos empezamos a preguntar si estábamos sólo los cinco en las isla...

Continuará...

La isla Dizzley (Wattys 2016,  #oreosawards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora