Catorce

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La alfa y sigma llevaban una semana sin salir del granero, los padres de Rosé habían entendido la situación y habían mantenido lejos a todos los empleados, en especial a los alfas.

-Buenos días.- Saluda perezosamente la alfa.

-Hola, buenos días.- Responde igual la sigma.

-¿Como te sientes para volver a casa?-Lisa preguntaba intentando ocultar la tensión que le provocaba esa idea, y aunque la sigma solo dio media sonrisa tampoco sabía como decirle a la alfa que se mudara con ella, porque no quería estar lejos de sus amadas pertenencias.

-Ya me siento lista.-Responde Rosé buscando sus prendas, regadas en la habitación.
-Me daré una ducha, deberíamos decirle an mis padres que hemos estado mucho tiempo fuera y tenemos que volver al trabajo.- Rosé preparaba la ducha mientras hablaba con la alfa.

-No es mentira del todo, me he perdido una conferencia muy importante y creo que debieron reagendar varias cirugías.- Responde Lisa con humor.

-Lo siento.- Rosé se sentía avergonzada de encontrarse una semana encerrada con la alfa, realmente necesitando de ella.

-No pasa nada, es otra conferencia de médicos hablando los mismos temas, en cuanto a las cirugías, no soy la única cirujana general del país.- Lisa mintió, claro que las conferencias médicas eran muy importantes, y las cirugías, ella era la que llamaban para las más difíciles y complicadas, por lo que muy difícilmente podía ser remplazada, pero no tanto como estar con su sigma, que necesitaba de ella, la alfa se levanta y entra a la ducha con la rubia que sonríe al verla entrando.

-Te habías tardado en venir.- Lisa sonrió y tomó a la sigma de la cintura pegándola a ella, ambas entre risas hasta que escuchan alguien llama a la puerta.

-Yo iré.- Le dice Lisa con un ligero gruñido.

-No, yo iré ya termine de bañarme y no quiero que algún omega te vea así tan sensual y húmeda.- Lisa sonrío al ver el rostro serio de la sigma, si estaba celosa, una semana atrás la mataba con la mirada, ahora la sola idea de otro omega viéndola la ponía celosa.

-¿Y si esperamos que se vaya quien sea que esté ahí?- Pregunto Lisa, Rosé suspiro al sentir el miembro de su alfa en su entrada, como se deslizaba poco a poco.
-Anda.- Lisa mordió el cuello de la sigma, Justo donde la reposaba marca que le había dejado una semana atrás.

-Lili, enserio, tengo que ir a abrir, tengo que abrir la puerta.-Rosé hacia pausas mientras disfrutaba la lengua de Lisa acariciando su piel.

-¿enserio enserio?- Pregunta Lisa viendo con una mirada burlona a la rubia.

-Enserio.- Rosé se separa de la alfa.
-Quizás sea mi papá, o peor, mi madre.- Se burla la sigma.

Rosé salió de la ducha tomando una toalla, quizás si se habían marchado quien fuese que estuviese en la puerta, pero no estaba lista para la sorpresa que la esperaba tras la puerta.

-¡Vaya Rosie! No me esperaba un recibimiento así, no después de la última ve que nos vimos.

-Kang Dong Won.- Dijo Rosé en un susurro, al ver al alto alfa, era Justo como lo recordaba, alto, peli negro, su piel bronceada y su sonrisa burlona, la razón por la que no quería alfas cercas de ella, por lo menos no antes de Lisa.

-Así es nena, moría de ganas por verte.-Saluda el alfa.

-Hola, ¿tu quien eres?- Lisa hablaba en un gruñido teniendo en frente al alfa viendo a su sigma en toalla.

Alfa y sigma (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora