Alfa y sigma (Chaelisa)

Quince

-Soy Kang Dong Won, o como Rosie Posie me dice, Kangy.- Se burla el Alfa extendiendo su mano a la alfa.

-Kang, es Rosé para ti.- Lo amenaza la castaña.

-Me iré a vestir, para podernos ir.- Le avisa Rosé a su alfa, que gruñía sin apartar la mirada de Kang.

-¿Que necesitas?- Pregunta Lisa recargada en el marco de la puerta.

-Me entere que Rosé tiene un alfa y que pronto tendrá un cachorro, y como dicen por ahí, ver para creer.

-Pues ya viste, ahora cree.-Lisa cerró la puerta en el rostro del alfa sin esperar otra respuesta.

-Listo me deshice de él.- Lisa de una manera posesiva toma a la sigma, va al cuello de la rubia y comienza a besar de una manera desesperada y posesiva.

-Lili, traeré a mas ex, si así te vas a poner.-Se burla Rosé, la risita de que salía de la boca de Rosé de inmediato cambio por un gemido al sentir no solo la lengua de Lisa, eran sus dientes lo que sentía, gimió más al sentir el miembro de la castaña ya listo para entrar en ella, desesperada le quita a Rosé las prendas que ya se había puesto, la habitación se llenó de gemidos, de Rosé y de la alfa, la sigma se sorprendió al sentir a Lisa marcándola nuevamente, el mismo dolor al sentir los colmillos de la alfa.
Rosé estaba perdida sintiendo el dolor de los colmillos de Lisa y a la alfa unida a ella por el nudo.
-¿Porque me volviste a marcar?-Rosé preguntaba y Lisa aún unida a la sigma no sabía la respuesta, ¿Había sido porque estaba celosa del alfa que acaba de conocer? ¿O porque no recordaba haberla marcado? Sabía que era por ambas razones, no recordaba haberla marcado, era la primera vez que lo había hecho, la primera vez que su loba exigía a alguien.

-Se que odias mi respuesta, pero sabes que es cierto, porque eres mía Roseanne, se que te parece primitivo y ridiculo, pero eres mía.- Dice Lisa sintiendo como el nudo se iba soltando.

-Y tu eres mía.- Rosé se odiaba por esas palabras que salían de la boca de Lisa y de la propia, pero se sentía tan posesiva con la castaña, era su alfa y tenía que tenerlo claro, aún con las piernas temblorosas,  Rosé se levanta para vestirse.
-Vamos, levántate, anda cariño.- Rosé le da unas palmadas en el trasero de la castaña mientras le hablaba y Lisa sonrío al escuchar como la llamo.

-Bien cariño, volvamos a casa.-Dice Lisa sonriendo buscando sus prendas.