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- ay perdón - la chica abrió sus ojos con enojo al ver de quien se trataba

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- ay perdón - la chica abrió sus ojos con enojo al ver de quien se trataba.

- Matías Alvarado que mierda estas haciendo acá - la voz de la chica cambio completamente.

- ¿y vos que haces acá, no ibas a ir al shopping? - le dedico una mirada de enojo al escucharlo, sonaba nervioso.

- vine a ayudar a Rita a unas cosas -  ¿ME ESTAS PREGUNTANDO ESO CUANDO LITERALEMNETE ME DIJSITE QUE NO PODAIS IR CONMIGO Y TE VENIAS A VER CON LA MALENA ESA? - comenzó a gritarle, hoy ya no tenia paciencia - ME TENES HASTA ACÁ, TE JURO HASTA ACA DE QUE NO ME DIGAS LA VERDAD, ¿QUE TE PASA? - le tiro la cartera en la cara.

- pero solo vengo  por las batallas - la chica abrió levemente su boca, ofendida.

- ¿o sea que dejaste lo que teníamos planeado hace días solo por eso? - pregunto incrédula, no podía más de lo enfadad que estaba - me estas jodiendo Matías.

- perdón Emma, es que no sabia como decirte - se rasco la nuca

- em, no se, tal vez como una persona normal que quiere a su novia y no la hace sentirse completamente insegura y traicionada?, ¿esa te la sabes Mati? - se cruzo de brazos 

- Emma, ¿podes parar de hacer un escandalo acá? - soltó una risa sarcástica, acercándose a el lentamente.

- ¿que, te estoy avergonzando enfrente de los pibes?, Matías posta te importa mas eso que lo que yo siento?, todas estas ultimas semanas me estuve sintiendo para el orto y lo único que haces es hacerme sentir peor, ¿Qué te pasa? - quedaron enfrentados, había muy poca distancia entre los dos, los ojos de Emma solo expresaban bronca. 

-estoy llegando tarde a la batalla, charlémoslo después - comenzó a retroceder.

- Matías, si te vas no va a haber un después - el chico se enderezo, carraspeo su garganta y miro a su novia.

- chau Emma -  dijo, comenzando a caminar.

- Mati - su tono de voz se quebró.

la chica comenzó a llorar sin más, para colmo se había perdido por el barrio y no encontraba su auto, así que lo mejor que se le ocurrió fue sentase en donde estaba.

tenía miedo, ¿pero que podía hacer más que llorar?, odiaba su vida, odiaba a Matías.

- ¿todo bien corazón? - una mujer con campera verde la observo desde arriba, con preocupación.

la chica no pudo articular una palabra, simplemente negó y comenzó a llorar nuevamente.

- ¿tenes hambre? - ella asintió - veni vamos al comedor a comer algo rico.

- gracias- decía entre lágrimas la chica.

- ¿como llegaste acá?, ¿te perdiste? - pregunto algo preocupada, mientras ayudaba a la rubia dirigiéndola al comedor.

MENTIRA; Felipe Otaño (La 1-5/18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora