Los excluidos buscan venganza sin embargo no siempre les sale bien, como al Noveno Dios al que su pueblo nunca perdonará su error.
Esta es la historia de Kyn, un chico que también busca venganza tras la muerte de sus padres, haciendo alianzas para e...
Quizá ahora me me crean, necesito que alguien me crea para no sentir fracaso.
En el Consejo Celestial se rumoraba que Kyn había logrado iniciar su redención, eso les sorprendía bastante a los Ángeles ya que él era muy valiente como para iniciar una nueva revolución con tan poco ejército, era asombroso que lo lograra tan rápido.
Por primera vez todos esperaron oír la opinión de Cori pero él solamente se quedó callado para darles a entender a los otros ángeles que no se encontraba en el consejo.
Quinto Ángel: Que irresponsable de parte de Cori al faltar a una reunión del concejo.
Octavo Ángel: ¿Qué hay del muchacho? ¿Le ejecutaremos o no?
Primera Ángel: Yo voto a favor de Kyn, mi gente ha cambiado estos días.
Los otros miembros del concejo comenzaron a debatir si Kyn merecía ser juzgado por La Señal o por el Noveno Dios hasta que Cori dijo:
- Él no va a ser juzgado ¿Qué no entienden lo que hace?
Los demás ángeles reclinaron su cabeza y Cori les pidió que se quiten la máscara para que puedan ver como es el mundo en realidad, los ángeles siguieron dudando de hacerle caso hasta que la cuarta ángel dijo:
- Tal vez hay que hacerle caso a Cori esta vez.
Después de eso los otros siete ángeles la dejaron de hablar a excepción de Cori que la apoyaba en su decisión, con frecuencia Cori le convencía de quitarse la máscara.
La cuarta ángel se llamaba Shim, ella habitaba en las nubes con su rebaño, desde que los otros ángeles la dejaron de hablar se quedó en las nubes a cuidar de su rebaño y no volvió en un largo tiempo, Cori la visitaba a menudo para ayudarla y acompañarla, así con el tiempo quizás se harían buenos amigos.
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Al mismo tiempo en la tierra mortal, Veckars y Gukín se habían quedado en el molino con Lam, él hacía preguntas sobre los planes de la organización para poder idear una nueva estrategia mientras que el resto fue al centro de la capital para abastecerse de suministros. Las personas no podían ver a Kyn sin que le dieran apoyo a su rebelión. Estando ahí se toparon con un dama muy misteriosa, traía capucha y un medallon dorado en la frente, era algo anciana, su voz era dulce, ella se les acercó, se quitó la capucha,
Dama extraña: La princesa quiere verlos, por favor vengan conmigo.
Kyn: ¿Cuál princesa?
Dama extraña: No tengo permitido responder preguntas, solo siganme.
Esa dama era la mensajera del Templo de las Hiedras, ellos no sabían para que la princesa quería verlos pero accedieron con precaución de que no sea una trampa de Whoz, una vez cerca del templo la dama les dijo que ahora no se podía entrar debido a que los reyes no los dejarían ver a su hija pero que si esperaban al anochecer ella los esperaría en el jardín del templo junto a la fuente.
Paens regresó al molino para dar la noticia al resto de que se quedarían una noche en la parte central de la capital.
Veckars: ¡No me digas! ¿Tan rápido?
Paens: Nadie murió, se quedaron en el templo de las hiedras para hablar con la princesa.
El resto del equipo descansaba en el molino mientras que los otros esperaban el anochecer cerca del templo, Niimit se quedó dormida en un árbol, Kyn y Mericci se sentaron debajo de el árbol a esperar, era un atardecer espectacular y algo romántico de ver.
Mericci: ¿Alguna vez has visto a la princesa? ¿Será tan hermosa como dicen?
Kyn: Jamás la he visto, pero si hablamos de mujeres bellas la más bella es mi hermana menor.
Mericci: ¿Alguna vez haz sentido amor por alguien?
Kyn: No estoy seguro de que entiendo por amor, muchas veces lastimamos a gente que amamos y eso no es amor.
Mericci desvía la mirada con decepción, ya que esperaba que le dijera que ella era la más bella, era obvio que Kyn aún no sentía nada por Mericci, pero el hecho de tener tiempo a solas era suficiente para ella.
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Horas después un ruido despertó a Niimit, eran los reyes hiedra saliendo del templo, ella les avisa a Kyn y Mericci, entran con cuidado al jardín, ahí estaba la princesa con un saco en la mano, se acerca con mucha elegancia a ellos y se sienta al lado de la fuente.
Princesa: Mi nombre es Calypso y soy la princesa hiedra, esto es un saco con Novenas.
La Novena es una moneda color violeta que cada una tenía el valor de 5000 realezas.
La princesa les dice que si la sacan del templo sin dejar rastro, ella les daría el saco con las Novenas, Kyn sospecha un poco.
Kyn: ¿Qué te hace creer que te podemos ayudar?
Princesa Calypso: La gente habla de ustedes, sus nombres están en todas partes y por si fuera poco yo los admiro desde que llegaron a la capital.
Ella se refería a el día del culto, el día en el que habían ido para pedir protección a Leami, Kyn aceptó con la condición
Kyn: Acepto, pero primero contesta ¿Posees una maldición?
Princesa Calypso: !SÍ! Sí lo estoy, no me dejan de hacer la misma pregunta.
Kyn: Tengo otras que hacerte pero, te las haré en otra ocasión.
Princesa Calypso: Ahora juralo a Khalaaca que no se lo dirás a nadie.
Kyn: ¡¿Quién!? ¿Lo conoces?
Princesa Calypso: Khalaaca, ese es el nombre de nuestro Dios ¿No lo sabías?
Kyn no estaba seguro de entender lo que la princesa decía pero acepto el trato así que debían empezar a idear un plan lo más pronto posible, Mericci era la estratega por lo que comenzó a idear un plan para antes del amanecer mientras que Kyn y Niimit examinaban el lugar para hallar algún punto de escape, la princesa estaba apunto de cumplir su sueño de ser libre por primera vez, pero no era una noticia de la cuál su pueblo estaba preparado para saber.
Pensamiento de Princesa: Lo lamento mamá, lo lamento papá, pero ahora ustedes lo deben lamentar.
