Misterio

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Entre las paredes blancas y estériles de la sala de interrogatorios, una mesa de metal frio ocupaba el centro del espacio, rodeada por unas sillas igualmente impersonales. El aire estaba impregnado de tensión, agravado por la oscuridad que se filtraba por la única ventana, iluminada solo por la luz de la luna. Priscila y su madre adoptiva se sentaban frente a Abigail, cuyos ojos mostraban determinación. Aunque Abigail era nueva en el puesto de practicante, su semblante serio y profesional demostraba que ese era su lugar. Había luchado por ganar una beca para estudiar en la universidad, pero su camino no había sido fácil. Vivir en una casa de sus tíos con cuatro primos, en una residencia con apenas dos habitaciones, había sido un desafío constante. Aunque la culpa no recaía en ella, su supervisor le había prohibido ver las grabaciones. Solo le había indicado que las llevara a estación, y que las revisarían juntos cuando tuviera un momento libre. Sin embargo, la estación estaba abarrotada de caso más urgentes. Ojalá esa fuera su única preocupación, también le angustiaba las dos personas desaparecidas.

— Priscila, entiendo que estés preocupada por la situación, pero quiero explicarte lo que sucedió con las grabaciones del bar. Durante el procesamiento de la evidencia, encontramos un problema inesperado: Las imágenes de las cámaras se volvieron borrosas y con un fondo verde. Parece que hubo un fallo en el sistema de grabaciones se vieron afectadas por esta anomalía técnica. Además, las cámaras ubicadas en las calles del bar, donde ocurrió el accidente, también sufrieron el mismo problema de pixelado.

— ¿Es enserio, Abigail? ¿Todas las grabaciones del bar y la... calle están dañadas? ¿Qué significa todo esto para la investigación, además que pasa con las personas desaparecidas? ¿Podrían haber sido captadas por estas cámaras? - Menciono Priscila, exasperada.

Abigail asintió. Sabía que las investigaciones policiales no serían fáciles, pero nunca había imaginado tener un caso tan difícil y extraño como este.

— Comprendo tu preocupación Priscila. Esto ciertamente complica las cosas, pero te prometo que no nos vamos a rendir. Aunque las grabaciones estén dañadas, aún tenemos otras líneas de investigación para seguir adelante. Nos enfocaremos en recopilar testimonio, revisar registro de ingreso y salida, y buscar cualquier detalle, aunque sea mínimo, que nos pueda ayudar a resolver este caso. Te lo prometo, no me voy a rendir hasta saber quiénes te golpearon. - Abigail, puso su mano sobre la de Priscila, que se veía triste y aterrada desde que llego del hospital. Ha estado así desde entonces.

Su rostro y su humor habían cambiado, y todos sus compañeros de cocina lo notaban. Hoy había estado más callada de lo habitual, tanto que sus amigos, Robert y Rebecca intentaron animarla, pero nada funciono. Sin embargo, su amiga Alexandra estaba allí para ella cuando quería y necesitaba hablar, o allí simplemente estar en silencio. Sabía que discutir con su amiga en un transporte público no arreglaría nada, y reconocía que la culpa había sido suya. Después de todo, Alexandra había logrado su sueño de conocer a Amelia gracias a ella. Debía entender eso. Pero, a veces anhelaba sentir a Alexandra más cerca. Desde que se conocieron, siempre había sido así. Entre sus compañeros, Alexandra era su persona favorita: Tierna, dulce y Amable. Además, había sido la que abrió su alcancía y le entrego el dinero a su madre para que pudiera comprar una cama para ella, no había conocido a nadie tan abnegado, y esto Priscila siempre lo apreciaría.

No podia enojarse con ella.

Diana, su madre adoptiva tomo la palabra: — ¿Podría decirnos que descubrieron por favor? ¿están buscando a estas personas desaparecidas? ¿Cómo es que las grabaciones de las calles cercanas al bar también pudieron dañarse?

— Señora Diana, le informare sobre todo lo que hemos estado haciendo en este caso. Después del incidente del bar, fuimos a hablar con el dueño, pero su esposa nos dijo que él está desaparecido desde la noche del suceso. Lo mismo ocurrió cuando intentamos contactar al empleado que estaba trabajando ese día; su novia nos informó que también estaba desaparecido desde ese día. Es como si ambos hubieran desaparecido en el momento mismo del accidente.

UNA PRINCESA ENCANTADORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora