Parte 2
Final bonito, lo prometo
Mi abuela me estaba tratando de enseñarme a tejer, aunque en realidad yo prefería estar haciendo ejercicio en este momento. Pero cuando intente dirigirme al jardín para ello, mi abuela me intercepto en la puerta trasera. Es este momento, me sentía atrapada en la silla. No podía moverme para recoger algo del suelo ni levantarme para atraer algo, porque para eso estaba ella. Nuestra conversación abarcaba diferentes temas. Discutimos sobre el comportamiento extraño de papá esta mañana, y otros asuntos cotidianos, como el clima. Luego, pasamos a hablar sobre los planes para el séptimo aniversario de muerte de mi abuelo. Organizábamos una pequeña reunió y almuerzo en su honor. Además de alguna que otra actividad.
Me contaba historias de mí y Enmanuel antes de que naciéramos. No podía evitar pensar en las calorías que probablemente había consumido durante el desayuno y el almuerzo y durante el día de ayer.
Nuestras risas se vieron interrumpidas cuando mi tía entro en la sala y se acercó a nosotras.
— ¡Hey Catalina y Amelia! Tu madre me envió especialmente para llevarte al jardín. ¡tiene una sorpresa especial para ti! - Su emoción están contagiosa que no pude evitar sonreír. Dejé la lana sobre la mesa y me recosté en mi asiento.
— ¿Que hay en el jardín que te tiene tan emocionada? - Pregunte con curiosidad, pero sin mucho entusiasmo por la idea de estar allí.
— Solo ve y descúbrelo, siempre haces las cosas sin preguntar y hoy si preguntas- Dijo mi abuela con una sonrisa, mientras dirigía una mirada emocionada a mi tía. Al darme cuenta de todos estaban ocultándome algo, suspiré y me puse de pie.
— Bueno, espero que esta sorpresa no involucre al primer ministro o algo así. Ya sabes, como cuando entre en la academia militar y la primera ministra llego para asegurarse de que no tuviera ningún privilegio durante mi estadía.
Mi tía y mi abuela rieron mientras yo las observaba con seriedad.
— No es nada de eso te lo prometo. Te va a gustar, pero antes tengo que taparte los ojos. - dijo mostrando una delgada venda color negro.
No tenía ganas de sorpresas y menos la que se relacionaban con Rose. Aun así, accedí solo para salir de la situación. Una vez que me pusieron la venda, mi tía me condujo al jardín, donde el sol estaba en su punto más alto. Me pregunto si Enmanuel ya estaba por llegar. No es como que extrañara al zángano, pero al menos el hacía que pelear fuera divertido. Prefería pelear con el que con Rose, y pelear con Alexandra, porque eso solía terminar en una sección de besos en la mejilla, o en abrazos y en cosquillas, lo que me hacía sonreír al recordarlo.
En la caseta de cristal, los olores se mezclaban en el aire con una riqueza sensatorial. El aroma a flores llenaba el espacio. Sin embargo, también detectaba otro olor entremezclado en el ambiente. El aroma fuerte y masculino de una loción se destacaba. Además, percibía un aroma a albano fresco, reconocible por la similitud con la loción que yo usaba, aunque no era mi fragancia favorita. La utilizaba más que nada para perfumar mi habitación.
— Okay te la quitare, pero no podras abrir los ojos, hasta que te diga ya.
— Bien.
Sentí como la venda se deslizo sobre mi rostro, paso un rato antes de que la voz de Enmanuel rompiera el silencio. Mi corazón dio un vuelco al reconocer a mis primos Cristina y Lucas. No podía creer que estuvieran aquí enfrente de mí. Mis ojos se iluminaron y una sonrisa se formó en mi rostro mientras los abrazaba. — Con razón olía tan mal aquí- bromee mirando a Lucas y me dio un pequeño empujón en el hombro.
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UNA PRINCESA ENCANTADORA
Genç Kurgu( LGBT) Amelia, es una princesa atrapada por las obligaciones reales. En medio de la pomposidad de un evento real, una repostera llamada Alexandra se infiltra en la fiesta gracias a un plan maestro de su amiga. Alexandra, con su encanto y dulzura ca...