ALEXANDRA:
¡Hola mi amor, mi estrella! Hoy te extrañare muchísimo mientras estoy ocupada, pero no puedo esperar a que llegue la tarde para hablar contigo y escucharte sonreír. Eres mi chica y mi mundo. Te amo con todo mi corazón.
Antes de entregar mi teléfono al inspector de seguridad, pulse el botón de enviar.
Hoy era el cumpleaños de Paolo, así que, durante nuestro descanso de la mañana, lo habíamos celebrado con un pequeño pastel que mi madre había hecho. Mas tarde, todos vendrían a nuestra casa para una cena especial. Todos necesitábamos este momento de alegría, especialmente de estar preocupados por Priscila y la desaparición de esas personas. Priscila había dormido en nuestra casa, buscando consuelo, y acepte dormir con ella. Mientras ella descansaba cabeza en mi pecho, y una mano sobre mi hombro, yo acariciaba el cabello. Por la mañana, mientras Priscila se maquillaba en el baño, mamá y yo acordamos no hablar mucho del caso. No queríamos añadir más estrés a Priscila, aunque yo no podía evitar seguir pensando en las dos personas desaparecidas y en las circunstancias de su participación. Lo único que sabíamos era que ella se había encontrado con alguien peligroso en ese bar, y que deberíamos estar allí para ella, pase lo que pase.
Hoy fue un dia complicado en la cocina, por dos razones principales. En primer lugar, hubo un nuevo ingreso, no en la cocina, sino en el equipo de jardinería. solo nos dieron su apellido, Leal, un hombre mayor con una mirada fría y pesada. Se notaba que no quería estar allí, aunque dijeron que sería temporal. A pesar de eso, en la cocina tratamos de hacer que se sintiera bienvenido, aunque nos mirara como si fuéramos muy inferiores, como si trabajar allí fuera un castigo. En segunda lugar, hoy hubo un gran almuerzo, con la presencia del primer ministro de las fuerzas armadas para celebrar a los nuevos graduados de la academia militar, así como la asistencia de los primos de Amelia, Cristina y Lucas. Amelia debía de ser muy fuerte hoy para enfrentarse a la presencia de alguien que guardaba rencor por cosas que ella no había hecho. Sentía enojo hacia Cristina, recordando la polémica de años atrás en la que Amelia y sus primos estuvieron involucrados. Una polémica llamada Noah, quien reflejo negativamente en la monarquía británica. Amelia fue duramente criticada y sus padres tuvieron que lanzar una campaña para mejorar su imagen. Aunque yo sabía de estas cosas a través de tabloides y portales de internet, Amelia no me ha contado nada sobre su adolescencia, y yo respetaría su privacidad.
Aun así, estaría molesta con Cristina, Amelia no merecía tener que cargar con cosas que no le correspondían.
- Hey, termina con ese trapo y prepárate para salir. Tenemos que ir al banco y al mercado.
Menciono Priscila entrando al comedor. Hoy estaba tratando de recuperarse, aunque no del todo. Habíamos cantado el feliz cumpleaños y trajimos globos temáticos para celebrar. La vi sonreír, pero luego su expresión se volvió muy seria y callada. Aunque en parte fue bueno tener un dia tan ocupado, esperaba al menos eso la hubiera distraído.
- Bueno, ya me falta limpiar esta mesa y termino. - Ella asintió con una sonrisa fruncida. Luego, me dio la espalda y abrió su casillero. Me moví hacia la otra mesa con el limpiavidrios en mano, y empecé a pasar el trapo. Alcé la mirada y vi a Priscila tomar su cartera, guardando algo plano y bastante delgado, parecido a un celular. Fruncí el ceño, pero antes de que volteara a mirarme, levanté el trapo para ir a lavarlo. Poco a poco, nuestros demás compañeros fueron llegando.
Paolo, últimamente había estado algo ansioso por ir a mi casa. Desde que fue el cumpleaños de Amelia, no había vuelto, quería volver, pero debido a la situación de Priscila, ha postergado su visita. A menudo escucho a mamá hablar con él y decir que Paolo le levanta mucho el ánimo con sus llamadas. Él ha sido u gran apoyo para la salud de mi madre en el pasado y lo sigue siendo ahora. Son almas gemelas, sin necesidad de estar enamorados.
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UNA PRINCESA ENCANTADORA
Teen Fiction( LGBT) Amelia, es una princesa atrapada por las obligaciones reales. En medio de la pomposidad de un evento real, una repostera llamada Alexandra se infiltra en la fiesta gracias a un plan maestro de su amiga. Alexandra, con su encanto y dulzura ca...