Dolor

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Narra Addison

Mi paciente llegó de emergencia, no sé qué pasó, todo iba bien, ya llevaba 26 semanas de su embarazo, había hecho un viaje de dos semanas, no estuve de acuerdo con eso, pero insistió en que se sentía bien, estuvo en contacto conmigo todo el tiempo, me sugirieron entregar el caso, pero fuí muy obstinada al respecto y me arrepiento.

Drenamos el líquido hace semanas, la estábamos tratando y supervisando lo mejor que se podía. Hoy debíamos hacer la cirugía para dividir la placenta, quise esperar un poco para que la intervención fuera menos riesgosa para los tres, pero creo que me equivoqué, las cosas se mezclaban en mi cabeza y no estaba dando mi cien por ciento.

Llegó antes de lo esperado con un fuerte dolor, no paraba de llorar y pedirme que por favor los salve. Uno de los fetos estaba teniendo insuficiencia cardíaca, el otro se encontraba muy débil, aunque lograra salvarlos ambos tendrían complicaciones y defectos al nacer.

Cuando hice el ultrasonido exploratorio supe que ya no podría hacer nada. La falla cardíaca del feto más grande había sido demasiado para él, mientras que el más pequeño llevaba horas sin moverse. No podía culparla por haberse ido, yo debí convencerla y adelantar la cirugía, conozco éstos casos, sé perfectamente que la taza de mortalidad es muy alta, debí estar atenta.

Tuve que decirle a la madre que sus dos bebés ya no respondían y que debíamos hacer una cesárea de emergencia. El dolor de sus ojos penetraba en mi alma, no paraba de llorar y de decirme que le fallé y que les fallé a sus bebés. Tuve que hacer la cesárea sintiendo muchísimo malestar. Uno de los bebés nació con vida, pero no iba a sobrevivir, le faltaba mucho y no había tenido un buen desarrollo dentro del útero, sólo estuvo con nosotros pocos minutos.

Salí del quirófano llena de lágrimas y me fuí a un pasillo vacío a llorar desconsoladamente. Escuché pasos detrás mío y ví a Richard preocupado.

- Addison ¿Estás bien? - preguntó acercándose a mí.

- No, hice una promesa que sabía que no podría cumplir, yo fallé, debí entregar el caso cuando empezó a afectarme - lloré sintiéndome acabada.

Él me abrazó dejando que me desahogara.

- Addison, eres la mejor doctora y cirujana a la que haya instruido, haces que me enorgullezca de haber sido tu mentor, eres mi estrella - se detuvo y me miró a los ojos - pero tienes 18 semanas de embarazo, tienes dos cerebros extra en tu interior, sin contar los riesgos a tu salud, tienes que empezar a reconocer tus límites -

- Lo sé, debí dejarle el caso a alguien más, pero mi cerebro no funciona, mis emociones hacen que todo se nuble y terminé arruinandolo -

Él limpió mis lágrimas intentando darme seguridad.

- Addie, ésto no fue tu culpa, sabíamos que la taza de mortalidad en esos casos es casi del 100%, no debí dejar que siguieras con eso, sabía que no querrías darte por vencida, sabía que terminaría afectandote y no intervine, si quieres buscar culpables, cúlpame a mí - me calmó, pero aún me sentía demasiado culpable, tenía el estómago revuelto, era la sensación más horrible del mundo, todo me daba vueltas.

- No...no me siento bien - alcancé a decir antes de que todo se volviera negro.

Narra Meredith

Arizona vino a contarme lo que ocurrió con los bebés que estaba atendiendo Addison, me sentí terrible. Ese caso se volvió muy personal para ella, entre más crecía su pancita, más se preocupaba por todo. Fuí a buscarla para hablar con ella, no quería dejarla sola en ese momento.

En eso, me llega un mensaje de Richard pidiendo que me dirija a obstetricia. Tuve un mal presentimiento, así que corrí hacia allá lo más rápido que pude.

Llegué y ví a Addie siendo atendida por Carina, me preocupé porque estaba muy pálida.

- ¿Qué pasó? - dije en estado de alerta.

- Tuvo un pico de estrés y se desmayó, la anemia no mejoró nada desde la última vez- comentó Carina mientras le realizaba un ultrasonido a mi novia.

- Amor, me enteré de lo que pasó, lo siento mucho, sé que hiciste todo lo que pudiste - la abracé y acaricié su cabello, la sentí débil, me partía el corazón.

- Los bebés están bien, sus latidos tienen buen ritmo y todo parece estar en orden - anunció DeLuca logrando devolverme la respiración.

- Gracias Carina ¿Puedes imprimir las imágenes de ésta ecografía?- preguntó Addison, a lo que ella respondió que no habría problema, era un alivio saber que todo estaba bien con mis hijos.

- Perfecto, y para asegurarnos de que sigan bien, no quiero verte pisar el hospital hasta que des a luz - dijo Richard en tono autoritario, Addie sólo asintió, estaba consciente de que el trabajo no estaba ayudándola.

- Yo puedo tomarme un tiempo también ¿Verdad? O reducir mis turnos, para estar con Addie - pregunté con una sonrisa de esperanza.

- De hecho, harás sólo el turno de mañana, pero cubrirás también el nocturno los sábados, quiero que cuides muy bien a Addison -

Bueno, eso pudo salir peor, al menos así podría cuidar a mi familia y pasar tiempo con mis tres amores.

Le dieron unos suplementos intravenosos a Addie antes de dejarla ir, le recetaron más vitaminas y nos entregaron una copia del ultrasonido.

Llegamos a casa y fué directamente al sofá a sentarse, estaba exhausta, la acompañé y se acurrucó en mis brazos, estuvimos así un buen rato.

- Fue un día largo ¿Quieres que cocine algo para las dos? - propuse logrando hacerla sonreír.

- Cocinemos juntas - agregó ilusionada.

La besé, la ayudé a levantarse y luego nos pusimos manos a la obra. Fue divertido, preparamos una lasagna increíble, el proceso fue un poco desastroso pero el resultado valdría la pena.

- Será una tortura limpiar todo ésto - dijo apreciando el desorden que armamos.

- Eso será un problema para la Mer del futuro - bromeé haciéndola reír.

Estábamos sirviendo nuestra obra maestra culinaria, se veía deliciosa, íbamos a la mesa cuando Addie se quedó paralizada.

- Mer, amor - puso una mano en su vientre y casi me da un infarto. Dejé los platos y corrí hacia ella.

- ¿Que pasó? ¿Qué tienes? ¿Qué sientes? - pregunté intentando no enloquecer.

Ella levantó la mirada, estaba sonriendo y ví lagrimas escapando de sus ojos, no entendí nada de lo que pasaba.

- Los sentí - dijo con un hilo de voz.

- ¿Qué?- pregunté aún abrumada.

- Los sentí moverse Mer, se movieron - exclamó emocionada.

Me agaché y puse mis manos sobre su panza, apenas pude percibirlo, pero se sentía como un pequeño aleteo.

- ¡Hola! - dije completamente emocionada cuando pude sentir sus diminutos movimientos - Hola bebés, aquí está mami -

No podía creer que unos pequeños revoloteos podrían provocarme tanta felicidad. Le dí dos besitos a la pancita y luego me paré para besar a mi novia, le dí un abrazo levantándola del suelo, cada vez faltaba menos para conocerlos, los amaría más que a nada en éste mundo.

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El primer movimiento de los bebés Meddison 😭❤️

No Quiero Ser Tu Amiga // Grey's Anatomy (Meddison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora