Meredith visita a Addison para ofrecer sus disculpas, sin imaginar que esa noche terminará cambiando para siempre la forma en que se ven la una a la otra. Iniciando un romance prohibido que tendrá que pasar por sobre todas las adversidades para pode...
Amelia pidió un traje con una máscara que le permitiera entrar aunque sea por un rato, al parecer la sangre de la paciente soltaba gases tóxicos que viajaban por el aire, era un peligro para todos.
- ¡Está despertando! No la puedo dejar así - gritó Addison desesperada y entró corriendo a la sala sin dejarnos detenerla.
Mi corazón latía como loco, la ví demasiado cerca de Marina, respirando directamente aquel aire contaminado, tuve que contener mis impulsos de ir tras ella. A pesar de que fue rápida, Addie colapsó antes de lograr salir del cuarto. Mark la atrapó en sus brazos y la trajo hacia mí para ponerla a salvo, mientras él se unía al grupo que debía ingresar junto con Amelia para cumplir con la labor.
- Ven aquí, respira, estás bien- dije mientras llevaba a Addie en brazos hasta una camilla.
Una enfermera le colocó oxígeno, mi chica ruda sólo quería volver para ayudar, pero apenas podía respirar, así que me quedé con ella.
- Ésto es...una locura...- dijo agitada mirando a su alrededor.
Junto a nosotras, estaban todos los demás enfermeros que habían sufrido las consecuencias de aquella sangre envenenada, algunos peor que otros.
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- Lo sé, pero lo importante es que tú estás bien - respondí, besando su cabeza y dándole un abrazo, al que ella se aferró con fuerza, llenándome de su ternura y afecto.
Extrañé estar así de cerca durante el trabajo, pasé días comportándome bien y evitando ser demasiado cariñosa en el hospital, pero no engaño a nadie, me muero por besarla y amarla en dónde sea que estemos.
- Deberías ir...creo que acaba de desfilar por el pasillo una nueva ronda de doctores descompuestos- señaló mostrando cómo Amy, Mark y Callie salían casi sin aire de adentro del cuarto.
Le dí un beso en los labios para la buena suerte y luego corrí para iniciar con el nuevo plan de acción.
El plan consistía en turnarnos, entrar de a uno durante 20 segundos conteniendo la respiración, y luego rotar para que el siguiente pudiera continuar la operación evitando respirar aquellas toxinas. Éramos Izzie, Lexie, Cristina, April, Alex y yo, teníamos en total unas 6 rotaciones para poder completar la cirugía con éxito. El método funcionó, pero lo más difícil fue la sutura. Tuve que quedarme más de lo que debía, pero alcancé a cruzar esa puerta antes de tocar el suelo, lo habíamos logrado.
Nos felicitamos entre todos mientras nos hacían el chequeo médico, algunos necesitaron oxígeno, otros sólo un poco de reposo, pero valió la pena. Fue un trabajo desafiante y ni siquiera sabíamos si la paciente sobreviviría, pero teníamos la satisfacción de saber que habíamos dado el cien por ciento para lograrlo.
Una vez nos recuperamos, una parte del equipo siguió trabajando, mientras que los demás fueron por algo dulce para terminar de recuperarse. Me invitaron, pero preferí quedarme para poder estar a solas con Addie. Tuve que seguirla hacia el pasillo, por alguna razón ese es como su escondite cuando las cosas no marchan bien. Sus ojos se veían tristes, me hacía daño notar que algo le pasaba y no poder hacer nada para cambiarlo, así que dejé los rodeos y le hablé.
- ¿Vas a contarme lo que pasa?- pregunté sentándome a su lado en el suelo.
Se quebró a llorar mientras ocultaba su rostro entre sus rodillas. Levantó la mirada por un segundo mientras reía sin saber por qué, supuse que eran los nervios y la mezcla de emociones en su pecho.
- Creo que estoy teniendo una crisis de la edad o algo - contestó entre lágrimas.
La abracé y la acerqué a mi cuerpo todo lo que pude para protegerla. Estaba cerca de cumplir 40 y era entendible que eso la golpeara fuerte, yo sufrí mi crisis de los 20 y fue horrible, supongo que debe ser peor a los 40. Nunca hablamos sobre nuestra diferencia de edad, ella siempre ha parecido tener más vitalidad y ser más joven que yo, es como un buen vino, "entre más años pasan, se pone más bueno" (me matará por usar ese dicho para referirme a ella, pero ya le perdí el miedo a la muerte).
Sea como sea, creo que me equivoqué al pensar que alejarme era la respuesta, tal vez ella sólo necesitaba una charla y mucho amor.
- Siento celos Mer, y dudas también, no puedo dejar de pensar que ésto sólo durará unos años y que luego decidirás que ya no soy tan importante para tí. Tendrás otras prioridades, tu carrera aún tiene mucho por crecer y no quiero sentir que soy un obstáculo en tu vida - sollozó, alojando un gran nudo en mi garganta.
Respiré hondo y tomé su cara entre mis manos, mirándola fijamente a los ojos, quería asegurarme de que oyera con atención cada una de mis palabras.
- No soy Derek - sentencié.
- Yo soy Meredith, yo no voy a aburrirme de ti, no voy a dejar de recordarte lo perfecta que eres todos los días, no voy a dejar de amarte aunque todo se vaya al diablo, nunca te haré sentir abandonada o ignorada. Addison, yo siempre te voy a elegir - dije mientras limpiaba sus lágrimas con las yemas de mis dedos.
- Eres la mejor decisión que haya tomado- dijo sonriendo, esa sonrisa llenaba de calor mi pecho. - Gracias por escuchar mis lamentos - agregó dándome un beso como agradecimiento, sentí que acababa de quitarle un peso de encima.
Fue una pequeña crisis para ambas, pero la superamos como a todas las otras, cada día me siento más orgullosa de nuestra relación.
Hay cosas que se vuelven tan complejas de solucionar que requieren a todo un equipo de médicos enmascarados y con oxígeno para ponerles fin. Pero también hay cosas que sólo requieren una buena comunicación, requieren de un oído dispuesto a escuchar y un corazón dispuesto a sentir. Soy nueva en ésto del matrimonio, pero soy una experta en el complicado arte de amar a Addison Montgomery, sé que pase lo que pase yo jamás dejaré de amarla, y jamás dejaré de demostrarlo. Ella es mi favorita, en todas las categorías, y si Derek fue demasiado imbécil como para darse cuenta de lo maravillosa que es, yo voy a ser mejor, y voy a demostrarle que se merece el amor más sincero y puro que se pueda dar. Así es como tratas a la mujer que amas, y yo nunca dejaré de amarla.
