Narra Addison
El ardor era tan fuerte que sentí que me quemaba, estaba teniendo recuerdos de aquel fatídico encuentro con el roble venenoso. Creí que el karma ya se había cansado de perseguirme, pero al parecer aún me quedaban cosas por pagar.
- Iré por los cochecitos, nos vamos al médico - dijo Mer vistiendose a las apuradas.
Como si no me sintiera lo suficientemente mal con mi ardor, ahora debía ir a un hospital en otro continente por ronchas en mi vagina, no pienso aceptar eso, es humillante.
- Amor no, soy ginecóloga, sé cómo tratarlo, podemos ir a una farmacia y buscar un ungüento y un antialérgico, estaré bien con eso - dije casi suplicando, éste tipo de situaciones hacen que mi estado emocional se desborde.
Empecé a llorar por la frustración y por la quemazón, me quedé sola en el baño mientras Mer corría a buscar algo. Regresó con su bolso, y hurgó en él hasta que sacó una especie de crema muy familiar para mí.
- Aquí está, es el ungüento que te dió la doctora Bailey cuando te atendió por el roble venenoso- me explicó - Lo olvidaste en mi casa una noche y yo olvidé devolvértelo, qué suerte que aún le queda algo de producto- exclamó con una sonrisa alentadora.
Me quedé mirándola perpleja, tuvo eso metido en su bolso desde aquella noche y nunca lo sacó ni lo tiró, incluso después de que me fuí a Los Ángeles. No sé si tomarlo como algo lindo o como algo raro, sea como sea, nos servía.
- ¿Por qué nunca lo sacaste del bolso? - pregunté mientras ella se agachaba para colocarlo.
- Porque no tenía nada más para recordarte, era la única cosa que me quedó de tí cuando te fuiste a Los Ángeles - respondió con total tranquilidad.
- ¿Entonces me recordaste por la erupción volcánica en mi vagina?- pregunté aguantando el dolor que tenía al sentir el tacto de Mer colocando el ungüento.
- Algo así - dijo riendo - pero preferí mantenerte cerca mío pensando en los momentos que pasamos juntas, no necesito que ningún objeto me recuerde lo maravillosa que eres- agregó logrando sacarme una sonrisa en aquel incómodo momento.
Se levantó y me besó con ternura, sólo ella podía convertir un momento así en algo dulce.
- Iré a la farmacia, intenta colocarte algo frío para la hinchazón...y no te rasques - indicó sonando muy mandona, mientras iba por sus zapatos para poder correr a la farmacia cuanto antes.
Me considero una persona independiente y fuerte, pero me siento tan segura con Meredith que me permito ser vulnerable. Soy una mujer empoderada todos los días, cuido personas y salvo vidas, pero a veces sólo quiero olvidarme de todo eso y acurrucarme en los brazos de mi esposa para que me cuide y me mime.
Narra Meredith
El pequeño accidente con el lubricante nos limitó bastante al día siguiente, conseguí lo que necesitábamos de la farmacia, pero Addie se sentía demasiado incómoda como para seguir con los paseos y excursiones que habíamos planeado.
Me dijo varias veces que yo podía ir sola con los niños, pero odiaba la idea de dejarla sola en el hotel sufriendo por un ardor que yo provoqué con ese estúpido producto.
No nos quedó mas remedio que pasar el día en el hotel, lo cual terminó siendo muy divertido. Intentamos descifrar el idioma bebé de nuestros gemelos, cantamos y jugamos con ellos, descansamos y contamos cuentos. Les dedicamos todo el día sólo a ellos, fue la mejor forma de aprovechar ese tiempo.
Durante la tarde noche, me puse manos a la obra para preparar el pastel, parecía fácil al principio, pero creo que terminé modificando varios pasos. Lo que importa es el resultado, metí el pastel al horno y sólo me quedaba esperar y rezar por que no se queme.
- No entiendo éste horno, no es como el de casa, sólo espero que todo se cocine bien - dije mirando cómo mi creación empezaba a inflarse.
- Saldrá bien, tiene harina , huevo, avena y frutas, no hay forma de que sepa mal, sólo debes estar atenta - dijo mientras Bailey besaba su rostro torpemente.
Me quedé cerca del horno y preparé la decoración, quise hacerla con yogurt griego y fresas, los bebés las aman y sé que estarán felices.
- ¡Cristina! Me alegra recibir tu llamada - exclamó Addie desde el suelo.
- Hola ¿Qué tal París?-
- Ay, es increíble, la ciudad es mágica -
Volteé y la ví teniendo una videollamada con mi mejor amiga ¿Desde cuándo se hacen llamadas esas dos?
- Oye, quería saber tu opinión sobre los regalos que les compré a mis sobrinos, he estado ocupada pero juro que me esforcé - habló Cristina desde el otro lado de la pantalla.
Saqué mi pastel del horno y me acerqué a ellas.
- Hola Cristina ¿Qué tal todo por allá? - pregunté asomándome.
- Ya te la devuelvo Meredith, no tienes que vigilarnos - bromeó, yo les hice una risa sarcástica y volví a mis actividades.
Terminé la tarta sintiéndome muy orgullosa, se veía increíble, superé todas mis expectativas y también las de Addison. Cristina me felicitó por mi trabajo de repostería antes de colgar para volver a reparar corazones.
No logramos mantener a los niños despiertos hasta las doce, preferimos dejarlos descansar así podrían disfrutar de su día especial con la mejor energía.
Narra Addison
Casi no pude dormir en toda la noche, me quedé en vela admirando a mis niños y lloriqueando con Mer. Ya tienen un año, todo un año ¿Cuándo pasó? Me cuesta creer que de verdad hayamos engendrado y criado a esas preciosas criaturitas, me hace sentir orgullosa de nuestra familia.
La noche se disipó y nos dispusimos a decorar el hotel, despertamos a los bebés con una canción de cumpleaños. Ellos aplaudieron, aunque no entendían muy bien el por qué. El pastel de Mer fue todo un éxito, no le tuve mucha fé, pero me cerró la boca.
- ¿Por qué el tiempo pasa tan rápido?- pregunté a mi esposa mientras contenía el llanto.
- No lo sé, pero sí sé que lo aprovechamos al máximo - dijo dándome un beso lleno de cariño.
Tuvimos largas videollamadas con sus tías y tíos, todos los extrañaban y querian verlos, desde que nacieron nos robaron el protagonismo, pero estoy bien con eso, ellos son las verdaderas estrellas.
- ¡no Eeliii!- gritó Bailey en un momento, regañando a su hermanita por soltarle un manotazo.
Nos miramos sorprendidas, había dicho el nombre de su hermanita, cada vez entendían más el entorno que los rodeaba, sus cerebros se desarrollaban a un ritmo que nuestros corazones de mamás primerizas sentían demasiado acelerado.
Salimos al parque a pesar de mi comezón, sólo queríamos ver qué se diviertan, y así lo hicieron, Meredith parecía más emocionada que ellos, se subió a todos los juegos "para corroborar que sean seguros". Los observé mientras reía, me daba una inmensa felicidad al verlos divertirse, son mis personas favoritas.
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Otro capítulo tiernito 🥹❤️
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No Quiero Ser Tu Amiga // Grey's Anatomy (Meddison)
FanficMeredith visita a Addison para ofrecer sus disculpas, sin imaginar que esa noche terminará cambiando para siempre la forma en que se ven la una a la otra. Iniciando un romance prohibido que tendrá que pasar por sobre todas las adversidades para pode...