15: Tu beso te condicionará

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Severin

Al final Renart no se enfermó, así que no me salvé de la maldita reunión. Lástima que tampoco camina como pingüino, ojalá el dolor le hubiera durado para siempre. A menos que sea un experto en fingir, es que mueve bien sus pasos. Además, lo detesto, ni una le sale mal.

Visualizo por mi ventana, cómo camina de un lado a otro en la acera.

―¡¿Por qué me vienes a buscar a mi casa?! ―chillo cuando abro la puerta principal de mi hogar.

―No te cambiaste todavía ―afirma al verme y se detiene.

―Me dijiste que era a las diez de la noche, ¿por qué has llegado a las ocho?

―Supuse que tardarías. ―Se ríe, abre la reja y avanza hasta mí―. Y le atiné.

Lo miro de manera más detenida, tiene un traje formal. Le queda bien al imbécil. Ojalá le pudiera partir su carilindo, pero con la suerte que tiene, seguro se le arregla sin explicación alguna.

―Como sea, voy a cambiarme, espérame en el living.

Me giro y me sigue detrás, caminando, tranquilo, con las manos en los bolsillos. Subo las escaleras, entonces me detengo para echarle una mirada final, él se queda al pie del último escalón. Me sonríe, aunque yo no le devuelvo el gesto. Es más, lo miro de mala manera, luego me voy en dirección a mi cuarto.

Tardo un poco, me pongo el vestido azul francia, que compramos en aquella tienda, luego de esa charla de beneficio. Tiene un bolado en la falda y un bonito escote de encaje. Peino mi cabello, me hago dos trenzas pequeñas y las ato hacia atrás, luego me maquillo un poco. Una vez termino, me reúno con Renart, él se queda mirándome hipnotizado cuando bajo de las escaleras.

"Supongo que insististe tanto con eso del sentimentalismo que me generaste un afecto hacia ti".

¿Qué clase de mentiras se inventó este bobo? ¿Realmente le gusto? Me parece una estupidez. No es que me importe, pero lo estoy pensando demasiado, pues si en realidad es cierto, estaré atrapada de manera eterna con este infeliz. Seguro se las arregla para atraparme luego de que acabe la facultad. Debe haber un plan maquiavélico detrás de toda la situación, lo sé. ¿Qué habré hecho en mi otra vida para merecer esto? Necesito saber.

Se aproxima, entonces retrocedo, pero bajo mi estado de alerta, cuando solo pone una flor en mi vestido.

―Pensé que te quedaría bien ―aclara.

―Sí, gracias.

Ofrece su brazo.

―¿Nos vamos? ―consulta.

―Hagamos eso cuando lleguemos a la reunión. ―Avanzo sin aceptar su gesto―. En marcha, apúrate. ―Refunfuño.

Cuando cruza la puerta, cierro con llave, entonces nos dirigimos a su coche. Saludo al chófer de manera amigable y cuando entra Renart al vehículo, este arranca. Mi acompañante presiona un botón para cerrar la ventanilla, separándonos del conductor.

―Ya te pedí disculpas ―aclara el pelinegro―. Deja de ponerte a la defensiva.

Me cruzo de brazos.

―Me besaste desprevenida, no puedo evitarlo. ―Refunfuño otra vez.

―Y tú al fin me pegaste en las bolas. ―Se carcajea―. Estamos a mano.

Muevo mi cuerpo de manera abrupta para mirarlo directo.

―No me juraste que no lo harías de nuevo. ―Lo señalo con el índice.

Aunque debí haberlo hecho con el dedo mayor.

―¿Y por qué iba a hacer eso? ―Enarca una ceja.

―Para darme tranquilidad y respeto, así que júralo.

―No ―dice cortante.

―¡¿Por qué?!

Enarca una ceja.

―Porque eres mi novia y te tengo que besar en algún momento.

―No soy tu novia, estamos fingiendo ―enfatizo lo último.

―Lo sé, pero las parejas se besan. ―Me observa con un gesto que parece que dice "claro, capitana de la obviedad"―. Hay que hacerlo en algún momento.

―Supongo, aunque si vas a besarme, exijo que sea planeado y necesito saber todo, dónde y cuándo, son muy importantes.

Se carcajea.

―Está bien. ¿Ese es tu beneficio? ―consulta.

―¡No! ―Hago una pausa―. Podría ser algo parecido.

Pone las manos en su nuca y se acomoda en el asiento, estirándose.

―Bueno, todavía tienes toda una noche para pensarlo. De todas maneras, pienso que nos besaremos en algún momento y te juro que no te enfadarás ―expresa altanero―. Yo sé que puedo conquistarte.

Sigue soñando, rey.

Me quedan unas horas para saber qué beneficio quiero de este trato y mi cabeza de coco no coopera, menos con el exuberante ego de Renart, revoloteándome en todas partes.

¡¡Piensa, estúpida, piensa!! 

Yo también me estoy preguntando qué beneficio puede obtener de esta relación 😂

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Yo también me estoy preguntando qué beneficio puede obtener de esta relación 😂

Saludos, Vivi.

Tu secreto te condenará #ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora