El chico más popular, descubre el secreto de Severin, y para que él se quede callado, ella deberá aceptar ser su novia.
Y así es como un día dejas de pasar desapercibida.
Historia participante en Open Novela Contest. Disparador: 123.
Busco a Severin y la encuentro, está haciendo yoga. La verdad iba a reírme de que golpeó a Stevy, pues me llegó muy rápido la noticia, pero verla haciendo esas posiciones me hace olvidar de todo lo que estaba pensando. Espero a que termine, sin interrumpir la clase, entonces cuando me ve, chilla.
―Se nos hará costumbre gritar ―opino, poniendo las manos en los bolsillos de mi chaqueta y sonrío muy natural―. ¿Te acompaño? ―consulto.
No me responde, entonces la sigo, así que decide aclararme:
―Te recuerdo que incumpliste mi beneficio, tengo todo el derecho a gritar ―expresa, indignada, y con la cabeza en alto―. Por otro lado, tú no lo tienes permitido, así que deja de buscar cosas en común entre nosotros y abandona esa sonrisita molesta.
―¿Te haces la fina ahora? ―Me río―. Regrésame a mi chica bruta.
Se detiene, por lo tanto, también lo hago, luego se gira de manera abrupta y me apunta con su dedo índice. Parece que va a explotar, pero suspira para relajarse o algo así.
―Lo admito, soy muy impulsiva, pero no me gusta.
―A mí me gusta. ―Mantengo la sonrisa.
―¡Cállate! ―expresa, sonrojada―. ¡No quiero tus cumplidos!
―¿Me estás culpando a mí porque golpeaste al amor de tu vida? ―teorizo.
―¡¡Sí!! ―Reacciona―. ¡¡Digo no, Stevy no es el amor de mi vida, era solo alguien que me interesaba!! ―Reacciona por segunda vez―. ¡¡Espera!! ¡¿Cómo sabes que lo golpeé?!
―Me encanta escuchar que ya no te interesa.
―¡¡¿Cómo los sabes?!! ―insiste con su pregunta.
―Soy Renart Nowell ―declaro con orgullo, luego me río―. Nah, es solo porque en esta universidad vuelan las noticias.
―Eres un estúpido. ―Rueda los ojos―. Y para tu información, aunque ya no me interese Stevy, tú estás a años luz de gustarme, recuérdalo bien.
Ignoro su acotación, entonces cambio de tema.
―¿Quieres ir por un helado? ―consulto.
―¡No! ―chilla―. ¡¿No escuchaste lo que te dije?!
―¿Qué quieres que te diga, Darling? No me voy a rendir, tengo todo este noviazgo para conseguirlo.
―¿Y cuándo se termina? ―Refunfuña.
Miro para un lado y otro, revisando que no haya nadie.
―Ay, mi falsa novia, tengo maldad de sobra para que esto dure mucho tiempo ―expreso con orgullo.
―¡Renart! ―se queja.
La miro fijo.
―¿Qué?
―¿Por qué estamos haciendo esto? ―Hace una pausa―. Aparte de que ahora te gusto.
―¿Quieres que te cuente mi secreto? ―jugueteo con las palabras.
―¡Sí!
―¡Nah!
―¡¿Por qué?! ―insiste.
―¿Quieres saberlo para condenarme?
―Bueno, tú ya lo haces con el mío. ―Enarca una ceja.
―¿Y si te digo que ambos secretos están relacionados?
―¿Disculpa? ―Queda en shock.
―Sí, no te conozco Severin Wagner, pero sé que tu secreto te condenará, junto con el mío ―revelo.
Permanece estupefacta ante la confesión, y yo también, ya que al fin lo dije en voz alta. Creo que lo llevaba guardado en lo más profundo de mi ser, mintiéndome a mí mismo de igual manera.
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