Renart
Toda mi vida me he sentido solo. Ver a mis padres preocupados nada más que por el dinero, quejándose de cada error que pueda cometer, me convirtió en alguien meticuloso para no poder fallar. No obstante, las miradas se las llevaba Hall, él siempre ha sido mejor que yo. Nos criamos juntos, luego de que sus padres murieron, y toda la atención creció más para él. Supuestamente, Hall no es una amenaza para mis padres, no obstante, yo soy su hijo, pero también su enemigo, tarde o temprano, piensan que les sacaré todo. Al menos eso es lo que especulan sobre mí, y no se los niego, como si los miedos que se inventaron, se los hiciera realidad.
Seré sincero, yo también me llevaba bien con Hall. Lo envidiaba, pero nunca se lo refregué en la cara. Es más, hasta quería ser su amigo. Aunque, al final, eso no funcionó, ni sirvió.
Hall me odia más que yo a él.
El año pasado me demostró su verdadera cara. Sabía que era todo un estafador, manipulador, hipócrita y una mala persona, pero confiaba en él. Me apuñaló por la espalda, fui un ingenuo. Debí suponerlo, pero no creí que lo haría.
Lo irónico es que mis papás creen que yo les sacaré todo su dinero, sin embargo, la realidad es que su sobrino amado es quien lo hará.
Ese día hubo muchos chistes, nos reíamos de nuestras aventuras absurdas y le seguí el juego. Era un inocente juego, era gracioso.
Hace un año...
Hall y yo estamos sentados en el suelo, tomándonos unas cervezas. Si mi padre nos ve en su oficina, definitivamente, nos matará. Aunque no me preocupa mucho, seguro mi primo lo convence de que no es un problema. Después de todo, lo quiere más que a mí. No obstante, no tengo la certeza de que me tenga afecto, pero me basta con que Hall lo solucione.
―No creo que no estés saliendo con nadie, te vi con unas cuantas chicas, alguna debe gustarte ―me provoca el rubio y bebe de su botella―. Vamos, alguna debe haber.
Tiro mi espalda al piso, me quedo observando la luz del techo.
―No, tú lo dices porque siempre estás con la misma.
―¿Qué problema tienes con mi novia? ―Se ríe.
―Ninguno, deberías presentármela algún día.
―¿Para qué me la robes? No, gracias.
―Qué poca confianza. ―Ahora me río yo, pero se forma un silencio―. ¿Qué pasa?
―¿Apostamos?
―¿Qué cosa? ―Me mantengo observando la lámpara.
―A que no duras ni un año con una chica ―se burla.
―Qué aburrido.
―Cobarde ―insiste.
Me siento de manera abrupta, entonces lo miro de mala gana.
―Bien, pero... ―Enarco una ceja―. ¿Qué apostamos?
―La herencia de tu abuelo.
En un momento creo que bromea, luego me río.
―¿En serio?
―¿Y tú para qué la quieres? Seguro para darle la razón a tus padres de que quieres destruirlos.
―Son unos paranoicos. ―Ruedo los ojos.
―Exacto. ―Me ofrece otra botella, pero no la agarro―. ¿Aceptas?
―Tú ganas la cosa por la que mis padres me odian, ¿y yo qué obtengo?
―Una novia. ―Se carcajea.
―Muy gracioso.
―Te presentaré a la mía.
―¿Y yo para qué quiero conocerla? ―Me río también―. No creo que eso sea un premio justo.
―¿Y si me voy por unos meses? ―Mueve la botella―. Es más, te lo puedes cobrar ahora, así es con mayor valor. Dejarías de ser mi sombra.
―No me importa serlo ―digo, preocupado, desde lo más profundo de mi ser, ya que no me quiero quedar solo.
―De todas formas, me iré pronto, debo viajar, mi novia es muy exigente. ―Chasquea los dedos―. Ya sé, lo único que me quedó de mis padres es un departamento, te lo daré, así puedes huir lejos de los tuyos y su horrible control.
Quedo un poco aturdido.
―¿De verdad estamos apostando?
―Claro que no. ―Me da la botella, sin siquiera ofrecerla esta vez―. Es solo un juego.
Miro la cerveza, dudando.
―Creo que ya nos pasamos de bebidas ―opino.
―Una más ―insiste.
―Supongo.
~~~
Se me parte el cerebro. Me inclino en el suelo, no veo a Hall por ningún lado, solo un montón de papeles, esparcidos por el piso. Los levanto, confundido, antes de que mi padre los vea, pensando que son documentos de él, no obstante, visualizo mi firma con mi vista borrosa, así que me refriego los ojos, para intentar ver mejor.
―¿Qué?
¿Por qué mierda esto parece legal? ¿Qué hice anoche?
―¡¡Renart Frederick Nowell!! ―grita mi padre, al verme en su oficina, visualizando todas las botellas en el piso.
Por suerte, no vio los documentos.
―¡¡Adiós!! ―Salgo disparado en busca del culpable.
Actualidad...
El día no terminó ahí, pero creo que es lo más importante, lo otro es puro estrés de mi parte. No se puede confiar en nadie en esta vida, ni en tu propia sombra. Por eso, amigos, el alcohol no es bueno.
Lo único bueno es...
Pongo mi mano en la pared y detengo a Severin en el camino.
―Mi novia. ―Sonrío.
―¡¡Ah!! ―chilla y se va corriendo.
¿Qué le pasa? Últimamente, me evita mucho, más de lo habitual. Me deja en shock. Aunque no me preocupa, amo sus locuras.
Lo bueno es que no puedo perder en esta apuesta, pues esta relación la inventé yo, y mientras complete el tiempo, lograré mi objetivo. Soy el único capaz de romperla, pero eso no pasaría ni en un millón de años. No tengo otro problema, nada más me preocupa que Hall me descubra.
Este es el capítulo que más me ha costado editar, porque soy malísima con los tiempos verbales, pero espero que eso no haya sido un impedimento para disfrutarlo.
Saludos, Vivi 💖
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Tu secreto te condenará #ONC2024
Teen FictionEl chico más popular, descubre el secreto de Severin, y para que él se quede callado, ella deberá aceptar ser su novia. Y así es como un día dejas de pasar desapercibida. Historia participante en Open Novela Contest. Disparador: 123.