CAPITULO V

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No puede ser, estoy embarazada, salí de la habitación, mi abuela se levantó para esperar a que le dijera que había pasado, yo solo corrí hacia ella y la abracé, estaba llorando, ahora que haría, estoy embarazada, claramente no me desharé de mi pequeño, pero ahora tendría que buscar otro trabajo, tener doble turno para poder pagar los gastos, pero si se enteran de mi embarazo me correrían, mi abuela me abrazó, ella entendía con solo verme cual había sido el resultado, seguí llorando, mi abuela no dijo nada hasta que me tranquilicé.

-Tienes que decirle.

-Pero..

-Pero nada, tiene que tomar la decisión de si quiere estar cerca o alejarse.

-Abuela yo...

-No Freen, no puedes quitarle la oportunidad de estar cerca de su hijo y a tu hijo no puedes quitarle la oportunidad.

-Está bien, mañana iré a decirle.

-Así es mi niña, pero no llores, dar vida a un hijo es lo más hermoso que puede pasar, tienes la oportunidad de ser madre, aunque no estaba planeado este pequeño será la luz de tu vida, tu pequeña luz que iluminará tu camino.

-Te quiero mucho abuela.

-Y yo a ti, vamos a que cenes para que te vayas a descansar.

-Está bien.

Fuimos a la cocina, preparamos la cena, cuando estuvo lista nos sentamos a cenar juntas, hablamos durante un rato mientras limpiábamos la cocina y después nos fuimos a dormir, cuando me acosté caí dormida al instante.

Escuché mi alarma, me levanté, esta vez no tuve malestar, me duché e hice mi rutina diaria, salí a desayunar con mi abuela, cuando terminé me levanté y me despedí de ella, salí del apartamento directo a la empresa, le diría a Becky lo de mi embarazo, como mi abuela lo dijo es su decisión no mía, el autobús me mareo un poco, cuando baje se me pasó, caminé hasta la empresa y llegué a mi escritorio, me iba sentando cuando Rebecca se paró frente a mi.

-Freen ¿Qué haces aquí?

-Vine a trabajar.

-Ven a la oficina.

Me levanté del escritorio y fui directo a su oficina, entramos y se sentó en su silla, era ahora o nunca.

-Tenías que quedarte a descansar.

-No puedo.

-¿Por qué?

-Porque tenemos que hablar.

-Sobre trabajo podías mandar un email.

-No es trabajo.

-Entonces que.

-Esto no estaba planeado y cambiará nuestras vidas, la mía y si tú decides que también cambie la tuya lo hará.

-¿De qué estás hablando?

-No estoy enferma, estoy embarazada.

Su rostro perdio color, sus ojos se abrieron tanto que parecía como si se le fueran a salir, no sabía que decir, hasta que después de unos minutos habló.

-¿Pero cómo?

-¿Quieres que te explique cómo?

-iNo soy estúpida!

-Entonces no preguntes cosas estúpidas.

-¿Cómo te enteraste?

Le dí la bolsa con las tres pruebas, el las sacó y vió las tres pruebas, no podía descifrar la expresión de sus ojos.

-¿Cómo estoy segura de que sea mío y de qué no eres una arrivista que quiere mi dinero?

-iEres una maldita estúpida!

-iEs la verdad, pudiste haberte revolcado con otro y decir que es mío!

No lo deje que dijera más, estampé mi mano contra su mejilla, para ese momento ya estaba llorando, creía que soy una cualquiera pues no, no soy de esas con las que le gusta divertirse.

-iNo te dije esto para que me des dinero, te lo dije porque mi abuela me hizó entrar en razón de que ésta es tu decisión, a mí no me importa tu dinero, solo te vine a decir que estoy embarazada por si quieres acercarte a tu hijo, pero si no lo quieres no es necesario!

Tomé mis cosas y antes de salir me giré para verla.

-Otra cosa, renuncio.

Salí de la oficina, no me quedaría un momento más allí, quería ir a otro lugar, lejos de esta maldita empresa, comencé a caminar y caminar, tenía la vista nublada por las lágrimas, me cansé de tanto caminar y me senté en la banca de un parque, bajé mi vista a mi vientre y puse una mano en el.

-Hola pequeño o pequeña, perdón por mi reacción cuando me enteré de mi embarazo pero es que no me lo esperaba, pero no te preocupes, yo te quiero mucho y si tu otra mamá no quiere estar cerca de ti no te preocupes, yo te sacaré adelante y te voy a querer y cuidar.

No me dí cuenta, cuando levanté la vista estaba Rebecca mirándome, no podía decifrar que había en su mirada.

-¿Puedo sentarme?

-Como quiera, yo ya me iba. - me levanté.

-Freen no, tenemos que hablar.

-Yo no tengo nada que hablar con usted.

-Freen por favor, deja de hablarme de usted y dime Rebecca.

-iNo, estoy harta, primero me trata como una zorra y ahora viene como si nada hubiera pasado! - dije con lágrimas en los ojos.

-Tienes razón, perdóname.

-No tengo ganas de hablar con usted.

-Tenemos que hablar.

-¡No quiero, déjeme sola!

-Tienes que calmarte, puede hacerte daño.

-Sí quiere que me calme mejor déjeme sola.

-Bien, pero tendremos que hablar, no podrás huir por siempre.

-Bien.

Comencé a caminar, dejándola atrás sentada sola en la banca, caminé hasta llegar al apartamento y me encerré en mi habitación a llorar.





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¿Que harían ustedes si estuvieran en el lugar de Freen?

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